La ministra de Salud, Carla Vizzotti, adelantó que “en abril” estarían llegando al país las vacunas de AstraZéneca para sumarse a las Sputnik V y Sinopharm que ya se están aplicando en la Argentina. Además, enfatizó la intención de “vacunar a la mayor cantidad de gente” posible antes de que llegue la segunda ola, incluso si hubiera que diferir la aplicación de la segunda dosis.
Al anticipar que “durante abril estaríamos recibiendo dosis de AstraZéneca”, también dejó claro que aún no se sabé “cuántas” y admitió que “si hubiéramos dependido de la producción europea o de la India estaríamos más atrasados”.
Ante las críticas, precisó que las cantidades de inyecciones que llegan al país no se conocen “hasta que no están embarcadas” porque “la provisión es dinámica”. Y agregó: “Vamos a saber cuántas dosis han podido embarcar cuando cierren la puerta del avión. Por eso informamos cuando tenemos la certeza de la cantidad”.
En diálogo con C5N, precisó que “estamos tratando que vengan más vacunas lo antes posible porque si logramos vacunar a la mayor cantidad de personas en riesgo de morir, con una dosis, esto tendría impacto directo en la baja de la mortalidad“.
Y explicó que la posibilidad de diferir la aplicación de la segunda dosis de la vacuna más allá de los 21 días mínimos quedó demostrada en el Reino Unido, donde se pospuso hasta septiembre. Aclaró que esa modalidad “busca captar lo antes posible a la mayor cantidad de personas” y dejó claro que el período de 21 días es “el lapso mínimo” y no máximo.
Con relación a la demora en la llegada de vacunas, la ministra admitió que cambió la situación respecto al momento en el que “se firmaron los contratos y se presentaron los cronogramas“, una situación que definió como dinámica y extensiva a todos los países. “Entre la teoría y la práctica, han surgido infinidad de inconvenientes que alargaron los tiempos”.
Y se desmarcó al señalar que la fabricación de vacunas y su provisión “es una situación totalmente extraordinaria desde todo punto de vista” debido a la escalada de la producción que se requiere para satisfacer la demanda mundial, con vacunas aún en desarrollo y la pandemia a pleno.
Fuente: La Nación
