El mayor fabricante de autos en el mundo experimentó una considerable caída de sus ventas en el marco de la crisis financiera global, que ha tenido un impacto dramático en Japón y que los resultados de Toyota reflejan. La automotriz, que vendió 1 millón 340 mil autos menos que el año anterior y la consiguiente pérdida de 4.400 millones de dólares, no había tenido hasta ahora una pérdida anual neta.
En efecto, es la primera vez que Toyota, fundada hace 72 años y que el año pasado alcanzó la primera posición a nivel mundial al superar en ventas a General Motors, termina el ejercicio con un resultado de explotación en números rojos desde que empezó a publicar sus resultados en 1941.
La facturación de la compañía cayó un 21,9% respecto del año anterior, a 20,53 billones de yenes (206.500 millones de dólares).
Para el trimestre enero-marzo de 2009, la pérdida neta de Toyota alcanzó la cifra de 7.702 millones de dólares, por encima de la registrada en el mismo periodo por la estadounidense amenazada de bancarrota GM, 6.000 millones de dólares.
En un comunicado, el presidente de Toyota, Jatsuaki Watanabe, atribuyó el resultado al "significante deterioro de las ventas de vehículos, especialmente en EEUU y en Europa, la rápida apreciación del yen contra el dólar y el euro, y la fuerte al alza de las materias primas".
Añadió que Toyota espera "una pérdida neta de 550.000 millones de yenes" (5.500 millones de dólares) en el ejercicio actual, que se inició el 1 de abril.
Watanabe comentó después: "Parece que la normalización de los mercados financieros en Estados Unidos y en Europa y la reactivación económica mundial tardarán un poco más de tiempo todavía" y prometió que Toyota apostará por las tecnologías híbridas y reducirá sus costos para enderezar la situación.
Para hacer frente a la crisis, el gigante automovilístico ya había anunciado en los últimos meses varias medidas, incluyendo miles de supresiones de empleos temporales, recortes en la producción y el congelamiento de las inversiones.
En junio tomará las riendas del grupo el nieto del fundador de la empresa, Akio Toyoda, de 53 años, ya que el directorio de la empresa habría decidido unificar sus acciones alrededor de una fuerte figura capaz de enfrentar la adversidad. "Las reestructuraciones por venir se anuncian duras y dolorosas, incluyendo eventualmente el cierre de fábricas y concesionarios y hasta el despido de empleados permanentes. Y todo esto será percibido mejor si lo decide un Toyoda", comentó Koji Endo, analista automovilístico de Crédit Suisse, para quien "la familia fundadora sigue siendo todo un símbolo" en Japón.