La sustentabilidad está de moda. Cada día hay más emprendimientos y marcas que apoyan al movimiento ecológico y lanzan nuevas líneas 100% libres de productos de un solo uso. Desde indumentaria y cosmética hasta juguetes y colchonetas deportivas, todos los rubros y sectores apuestan a un mundo mejor.
Con tal motivo, Infobae dialogó con los fundadores y creadores de algunos novedosos proyectos de fabricación, quienes fabrican sus productos tradicionales, pero con materiales que ayudan al medioambiente, ya que los elaboran en su versión ecológica. Estas son sus historias:
Anteojos
La historia de Bond (vínculo en inglés) Eyewear empieza en 2017 viendo botellas cubiertas de barro en la orilla de las costas del Río de la Plata. Un lugar tan lindo con un contraste tan fuerte. “Lunes, martes, miércoles, todos los días lo mismo. Cada vez más plástico acumulándose. Ahí fue cuando dije “cómo le abro los ojos a las personas de lo que está pasando acá. Algo hay que hacer con todo este plástico”, y ese fue el puntapié inicial, dijo Malcolm Rendle, quien apostó a cambiar de paradigma y poner a la venta productos sustentable.
Cuenta que eligió hacer este proyecto de gafas con el reciclado de botellas con un solo propósito, “dar un mensaje a la gente, para que abran los ojos, vean las cosas de otra manera y así concientizar sobre esta problemática”.
¿Cómo lo hacen? Desde que levantan las botellas que flotan en el río hasta que se convierten en gafas, el material pasa por una serie de procesos. “En primer lugar se hace la separación por tipo de color, luego se compacta y enfarda para facilitar su manipulación. De allí, es enviado a la planta de reciclaje, donde se tritura y se lava. Luego es fundido, extrudado y pelletizado. Finalmente estos pellets son los que utilizamos para la inyección en nuestras matrices, logrando de esta forma, que una botella de litro y medio se convierta en un par de gafas. Y por supuesto, así como cuidamos el medio ambiente, también cuidamos la salud visual. Por eso todos nuestros cristales son polarizados con protección 400UV”, explica a Infobae.
Es así que con 1 botella, se hacen 1 par de anteojos. Malcolm cuenta que hoy tienen una capacidad productiva de 15.000 gafas por mes y apuntan a duplicarse para mediados del 2022.
Y como si fuera poco, como apuestan al reciclaje, lanzaron una campaña llamada “pagá con plástico”, para incentivar las prácticas de reciclaje, es decir, invitan a todas las personas a que traigan sus plásticos domiciliarios a sus tiendas físicas para que tengan la certeza de que ellos los reciclan, mostrándoles el proceso y el producto final. A su vez, quienes lleven, le dan un 2% de descuento por cada KG de plástico que para luego ser canjeado por gafas. Un detalle no menor es que los descuentos son acumulables en el tiempo, no tienen fecha de vencimiento y pueden transferirse. Eso quiere decir que al cabo de 50KG se llevan un par de gafas gratis.
Bicicletas
María Muñoz y Corina Cassola se conocieron en 2018, cuando una persona en común las presentó en el gimnasio. Ambas tenían marcas de diseño y juego orientadas a los niños por lo que compartiendo estos mismos intereses, se hicieron amigas, colegas y luego socias.
“Estábamos buscando una bici de estas para mi hijo (Cori) y dimos con una marca que estaba en venta, con producción detenida. Veníamos con ganas de hacer algo juntas, y fue el empujón para arrancar, ya que Cori conocía el mundo de los niños y la madera”, cuenta María a Infobae, y ahí fue cuando nació Fanga, un emprendimiento de dos mujeres que realizan bicicletas de madera noble.
Sin embargo, estas no son las bicicletas comunes, son las que se instalaron en los últimos tiempos para que los niños aprendan, fortalezcan la musculatura de forma natural, exploren y se aventuren sobre una bici no convencional pero segura ganando equilibro e independencia.
“Elegimos la madera porque la madera es un material noble, vivo, que cuenta algo. La madera es natural, ideal para el contacto con los niños. Es biodegradable, así que no contamina el medio ambiente. Es durable, y es bella”, cuentan.
Está fabricada con madera multilaminada, de producción nacional, usamos ruedas macizas de Caucho, que son super durables y herrajes de acero inoxidable lo cual hace que el producto pueda pasar de un hermano, a un amigo, y atravesar generaciones, reduciendo el impacto ambiental y la generación de residuos.
“Es más que un juguete, es una herramienta que permite movilidad individual, además, prepara a los niños para ser conductores del medio de transporte”.
Ropa interior
Todo empezó por la amistad de dos eternas amigas (compañeras de banco de 4to grado) de emprender un proyecto juntas y crear una marca con el propósito de hacer del mundo, un lugar mejor para sus hijas. Ellas son: Romina y Juliana.
La llegada de sus hijas, Julia (Romina) e Isabella (Juliana), generó una necesidad de repensar cómo viven las mujeres, cómo el mundo está cambiando a favor de ellas y quisieron sumarse al hermoso desafío de acompañarlas y construir juntas a ellas un cambio que siga multiplicándose día a día.
Fue así como crearon Freeling, una marca de ropa interior high tech, sustentable, canchera y cómoda, pensada para la menstruación. Sus diseños permiten una gran absorción sin modificar su forma, neutraliza olores y elimina el 99 por ciento de las bacterias haciéndo además un producto seguro para la salud.
“Armamos un laboratorio en casa para probar las distintas combinaciones de textiles inteligentes que permitirían crear un producto como imaginamos. Hablamos con especialistas de las ramas más diversas, aprendimos muchísimo y por fin, luego de varios prototipos que no nos proporcionaban el nivel de performance que buscábamos y llegamos a una versión que superó incluso lo que buscábamos”, recuerdan.
Utilizan algodón y microfibra, con tecnologías especiales que permiten grandes absorciones, neutralizar olores, ser hipoalergénica la que está en contacto con la piel. Con su uso, se reduce el uso de las toallitas femeninas, siendo este uno de los productos más contaminantes del planeta.
“Le teníamos mucha fe al proyecto porque tiene mil aristas que nos hacen sentir que es un producto que nos cambia la vida realmente a las personas que menstruamos, que marca una evolución hacia un estadio mejor pero estas primeras semanas recibimos comentarios tan lindos y que nos sorprendieron. Por ejemplo, dos mamás con nenas con Síndrome de Down y otra con problemas madurativos que les cambió la vida este producto y acá sabemos que el tema de la menstruación en algunos casos es realmente un desafío para esas familias”, relataron.
Mats de yoga
Pilar Iribarren es Ingeniera Química de profesión y nacida en la Patagonia, empezó a practicar Yoga en el 2010 y nunca lo abandonó. Vegetariana y ecologista, creó SUKHA como un complemento de sus dos pasiones, para poder aportar su grano de arena en su visión de crear un mundo más sustentable.
Su emprendimiento nace con la intención de generar conciencia a través del yoga. “Buscamos promover una forma de vida sustentable, inspirados en la filosofía del yoga, para ayudar a cambiar el rumbo de nuestro mundo, siendo más conscientes del entorno”, explica su fundadora.
Y agrega, que la idea de crear este proyecto surgió luego de viajar durante dos años por el mundo recorriendo más de 40 países. “Descubrimos que existían otras tecnologías aplicadas a los insumos para la práctica del yoga. Habiendo contactado proveedores y seleccionado los mejores materiales, volvimos a Argentina con una clara idea del producto que queríamos ofrecer”.
Fue así como decidieron hacer yoga mats sustentables 100% libres de PVC, realizados con productos ecológicos compuestos por una base de caucho natural, un material biodegradable y sustentable, capa superior de poliuretano ecológico, de microfibra súper-absorbente o corcho reciclado.
Decidieron hacerlo así, ya que en el país, la mayoría de los mats que se comercializan en están hechos de PVC, un material que tarda más de 1000 años en degradarse y no se puede reciclar, sumado a que su fabricación libera compuestos tóxicos para el medio ambiente.
Cosmética y productos esenciales
Paola Pandra y Fernanda Meza hace 16 años que están en el mercado de la cosmética y tienen un emprendimiento que se dedica a desarrollar productos de cosmética y hogar para muchas marcas del país.
“Hace tiempo queríamos armar una nueva empresa, un B2C sustentable y que nos represente y con toda la experiencia que teníamos y las tendencias a nivel mundial de formulaciones naturales y concepto de refill, y decidimos durante la pandemia crear Refill Lab”, cuentan sus fundadoras.
Si bien el proyecto se gestó rápidamente, fueron 10 largos meses de desarrollo de producto, fórmulas, blends, packaging, certificaciones, y pudieron finalmente en enero de 2021 hacer su primer lanzamiento con 42 productos. Sus productos cosméticos para el hogar son naturales, aprobados por ANMAT, cruelty free, veganos, sin parabenos, son libres de sufrimiento animal, sin sulfatos y sin colorantes.
“Nos apasionan las fragancias, disfrutamos del uso de cada producto y la energía que nos dan en los diferentes momentos del día. Nacimos pensando en ayudar a reducir los desechos y tu huella ambiental”, fundamentan.
Dentro de sus productos ofrecen por ejemplo sanitizante alcohol al 70%, con una fórmula más suave para tus manos. Contiene aloe vera, caléndula y glicerina vegetal, lo que logra es que además de desinfectadas, tus manos van a estar suaves y humectadas todo el día. También cremas con fórmulas que dejan las manos y cuerpo humectados y suaves todo el día. Contiene aloe vera, caléndula, vitamina E, vitamina A y palta, y como otro destacado el alcohol en gel, de Aloe Vera & Caléndula que deja las manos desinfectadas, suaves y humectadas, este mata 99% de bacterias y gérmenes.
Ecología solidaria
Desde el mes de diciembre la Asociación Civil Comprometidas en forma conjunta con Leaf Social (empresa de triple impacto que realiza y de ecoproductos solidarios, hechos en Argentina con materiales reciclados, social y ambientalmente responsables) está llevando a cabo un gran proyecto de producción de diversos artículos realizados con silobolsas, lona de banners publicitarios, cinturones de seguridad y otros materiales reciclados.
En estos meses se elaboraron porta notebooks, bolsas, mochilas, porta anteojos, riñoneras, y muchos ecoproductos más. Los productos realizados se hacen bajo el sistema de las tres R de la ecología: reducir, reutilizar y reciclar.
Cinthia Fehling de Leaf Social y María Inés Blanco de Comprometidas, así lo definen: “Existen diversos modelos y estrategias de crecimientos pero hoy, no podemos mantener un concepto de bienestar que ignore el impacto que tiene el desarrollo económico sobre el planeta, la sociedad y las economías locales”.
Es una fuente de trabajo para costureras de la comunidad de Pilar, a las que se han sumado costureras de San Isidro, Escobar y San Martín, generando trabajo digno, oportunidades de ventas rentables y ejerciendo el comercio justo. Y si bien es un proyecto que tiene lucro, usa ese lucro como medio para un fin social, incentivando el comercio justo, la participación comunitaria y el bien común.
Por: Macarena Sánchez
Fuente: Infobae