“Aprendizajes para acelerar sin tropiezos en el mundo”. Bajo este título se desarrolló el primer panel del encuentro sobre el desarrollo de las tecnologías de la información y de comunicación (TIC) en LA NACION. Enrique Carrier, analista de la industria de telecomunicaciones, explicó cuáles son los caminos para que un país como la Argentina logre estar más conectada y tenga un desarrollo digital que le permita potenciar su economía en el futuro.
“Inversión para conectar a toda la población, que el Estado genere las condiciones para incentivar al sector privado y más y mejor conectividad para que todas las regiones del país y sus habitantes desarrollen su potencial”, dijo el especialista en referencia a la expansión del negocio, y agregó que el desarrollo de las TIC “no se desarrollan en una burbuja” ya que se definen en gran parte por el contexto macroeconómico.
En tanto, aseguró que el Estado no puede hacerlo solo, pero que si debe asentar las bases para que haya más inversiones y se logre achicar la brecha digital que hay en la sociedad. Así, aseguró, se puede llegar a “conectar la población dispersa” por el país.
La pandemia de Covid-19 demostró lo indispensable que son las comunicaciones para la sociedad. “Teletrabajo, teleeducación, ecommerce, telemedicina” son términos nuevos que pasaron a estar en nuestro día a día de un momento al otro. Carrier aseguró que el coronavirus fue un “acelerador”, ya que “en dos meses nos digitalizamos más que en los últimos cinco años”.
Asimismo, el coronavirus estableció las falencias que las sociedad tenía al respecto. “Hoy quedó en evidencia la profundización de la brecha digital”, dijo. Además, se vio la necesidad de tener más capacidad digital de la que teníamos antes de la pandemia: de servicios, dispositivos, aplicaciones y conocimientos.
Desafíos de la conectividad
“Es un desafío conectar a la población que está muy dispersa, en el AMBA hay la misma cantidad de personas que en algunas provincias”, aseguró Carrier, y agregó que la Argentina es el octavo país más extenso, pero que está arriba del puesto 200 en el ranking de densidad poblacional.
Por otra parte, explicó que otro desafío es que hay una gran variación en el acceso a conectividad en el hogar entre provincias. ¿Cuáles son las soluciones? “Mucha fibra, maximizar el uso de la capacidad inalámbrica y 5G”, afirmó.
“Va a haber un reemplazo de la conectividad de banda ancha que perdió un 36% de sus suscriptores en los últimos dos años”, dijo. La “fibra en plena expansión” creció más del 400% en los últimos años y, según él, establecerá una “interconexión” de las localidades.
“Las tecnologías inalámbricas permiten dar conectividad en zonas donde hay baja densidad poblacional y donde hay bajos recursos económicos“, explicó y aseguró que potenciar el recurso inalámbrico permitirá modelos prepagos y aprovechar recursos de espectro inexplotados.
En tanto, explicó que el desarrollo del 5G depende de una infraestructura más grande de la que conocemos y que el país tiene por eso “va a tardar en llegar”, pero no negó que es importante para el desarrollo de las TIC en el futuro. “Va a requerir de mayor necesidad de espectro, más sitios y más antenas”, dijo y agregó que cuando se logre desplegar permitirá conectar industrias y aplicaciones de ciudades digitales.
¿Qué hacer?
Ante estos nuevos desafíos, Carrier aseguró que se debe desarrollar la infraestructura para “realidades geográficas y sociales distintas”. “Hay sectores que reciben conectividad adecuada y otros que están con conectividad deficiente o nula”, dijo. Además, explicó que se debe “reducir los costos de despliegue de redes y de consumidores”.
“Propiciar interacción de diversos actores, lograr infraestructuras físicas mayoristas y moderar avidez recaudadora” son los tres puntos que él recalcó para reducir los costos de despliegue. “Hay que tener una normativa que sea de referencia y que establezca incentivos”, dijo.
“Los TIC son servicios esenciales para el desarrollo del país”, explicó. Para él, el reducir costos a los consumidores ayudará a que este desarrollo se logre y disminuir la carga fiscal de los servicios aportará a este objetivo.
LA NACION
