Mientras la oposición trabaja en común para bajar impuesto al agro, el gobierno dice que un recorte afectaría a las finanzas públicas. El impuesto a las exportaciones del agro ya desató una crisis política en 2008.
Según el presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi, los diputados kirchneristas rechazan una reducción generalizada del polémico impuesto a las exportaciones agrícolas, impulsada por varios sectores opositores.
El próximo mes vence la autoridad del Poder Ejecutivo para fijar ese impuesto y los legisladores de la oposición intentan llegar a un acuerdo para recortarlo, a dos años de que ese tributo desatara una de las mayores crisis políticas en el país, que llegó a afectar al comercio internacional de granos de Argentina.
El mes pasado la oposición, que ahora supera en número al oficialismo en la cámara de Diputados, y los productores rurales, reactivaron su presión para disminuir las retenciones, cuyo centro neurálgico es el tributo del 35 por ciento a la exportación de soja, argumentando que la situación del agro se deterioró por la falta de crédito y la carestía de los insumos, entre otros obstáculos a la actividad.
"Hay un presupuesto que se está ejecutando. Ese presupuesto prevé una ecuación fiscal y hay que seguir manteniéndola", dijo Rossi, antes de agregar que una reducción de la retención a la soja sería particularmente grave porque implicaría una caída en los recursos de un fondo que el Gobierno gira a las provincias.
La Casa Rosada ha sido reticente a aplicar medidas que puedan afectar el recurso fiscal, que le permite, junto con los fondos de la ANSES (organismo de los jubilados y pensionados) financiar el creciente gasto público de cara a las elecciones presidenciales del 2011.
Fuente: empresariosnews.com