Hay varios factores a tener en cuenta a la hora de tomar esta decisión tan importante. En primer lugar, priorizar que la unidad actual no pierda demasiado valor y, a su vez, planificar el recambio de manera inteligente.
Kilometraje: la vida media de un auto ronda los 150.000 kilómetros, mientras que el “final de ciclo” se encuentra alrededor de los 250.000 o 300.000 kilómetros, siempre dependiendo del mantenimiento, los posibles choques y los cuidados que haya tenido el vehículo durante ese período. Un buen momento para empezar a considerar el cambio de vehículo es entre los 60.000 y los 100.000 kilómetros, ya que al superar la marca de los 150.000km el valor de los comienza a descender más rápidamente a medida que pasa el tiempo.
Por ejemplo, en distintos buscadores de autos usados, dos modelos de sedán idénticos pueden variar hasta en un 30% su precio dependiendo de su kilometraje, y esta diferencia puede aumentar más para los que pasan los 150.000km. Por su parte, los que no tienen más de 30.000km mantienen precios relativamente similares a los 0km.
Años: no todas las personas utilizan el auto con la misma frecuencia o intensidad. No es lo mismo un auto de tres años de uso durante los fines de semana que uno de una persona que viaja diariamente de provincia a la capital. No obstante, se recomienda cambiar las unidades cada tres o cinco años para que su valor no baje demasiado, especialmente antes de que se lancen al mercado las nuevas versiones de la misma. Una buena manera de planificar este recambio es a través de los Planes de Ahorro, que a través de cuotas bajas y estables permiten ir pagando una unidad 0km en pesos mientras se continúa utilizando la anterior.
Arreglos y garantía: cuando las visitas al mecánico se hacen más frecuentes, aunque sea por pequeños desperfectos, o bien cuando se agotan las garantías oficiales (que en promedio suelen cubrir hasta los 100.000 kilómetros), son indicadores de que es momento de comenzar a pensar en el recambio para continuar contando con esta cobertura de las automotrices ante cualquier eventualidad.
Ahorro: en la última década, hubo grandes mejoras en la industria automotriz en cuanto a consumo, mayor autonomía y menos emisiones contaminantes. Un auto de hace diez años, aunque esté en óptimas condiciones, probablemente consuma más combustible y requiera más visitas al mecánico que un auto 0km, aunque sean solo para arreglos o mecánica preventiva.
Oportunidad: 2017 fue el segundo año récord de venta de 0km en el país, con más de 900.000 unidades vendidas. Las opciones de financiamiento y las garantías explicaron en parte este boom, así como también los planes de ahorro que significaron el 32% de estas ventas. El Plan de Ahorro Toyota, por ejemplo, permite acceder a algunos de los modelos más vendidos de sus segmentos: el Etios, el Corolla y la Hilux.
Seguridad y tecnología: los últimos modelos cuentan con excelentes mejoras tecnológicas en materia de tecnología aplicada tanto a los sistemas de seguridad activa como pasiva de los automóviles, como “frenos inteligentes” que perfeccionan los sistemas ABS. Además, las unidades más modernas cuentan con paneles de control touch, conectividad bluetooth y sistemas compatibles con apps de manejo que pueden simplificar muchas acciones como el control de la temperatura de cabina o llegar al destino.
Fuente: infobae.com