Ya es histórico. En el fútbol argentino… todo puede ser peor.
Según propia confesión de sus popes, la AFA está quebrada. Todavía le debe plata ¡a Martino!
El último sube y baja que terminó con la esperanza, los pobres resultados y la caída de Bauza, costó 100 millones de pesos. La rescisión de su contrato, incluido el cuerpo técnico, de terror: ¡1.500.000 dólares!
Recuerdo una dura y honesta confesión de Rodolfo D’Onofrio al asumir como presidente de River: “Las arcas del club parecen las de una entidad de la B Nacional. Tenemos que arreglarnos con lo que hay…”.
Sin embargo, en el mismo país y en el mismo fútbol, la AFA parece el imperio del rey Midas…
Hago memoria. Por lo menos desde 2008 hasta hoy, los directores técnicos de la alicaída selección nacional, antes de ponerse el buzo y calzarse las zapatillas, declaran:
–Mañana viajo a Europa para hablar con los jugadores.
¿Cómo? ¿Para hablar con los jugadores? ¿Para qué? Basta citarlos. Si quieren venir, vienen. Si no, se quedan.
Una piedra de toque que no falla es “Tengo que hablar con Messi en Barcelona”.
Bien. Considerando que es el capitán, tal vez esa charla sea necesaria, aunque no garantice el éxito. Pero…, en lugar de volar a Barcelona, ¿no sería lo mismo hablar con él por teléfono? Sobre todo porque el súper genio de la pelota es hombre de pocas palabras…
Pero no. La madre del borrego, la verdad de la milanesa, parecen pasar por otro meridiano: el turismo. Es decir: la unión de lo falsamente útil con lo onerosamente agradable.
Imaginemos… El DT de marras jura que es imperioso, imprescindible, ¡vital!, hablar con varios players nacionales.
El problema (mejor: la solución…) es que uno juega en Inglaterra, otro en Italia, otro en España (Madrid: a Barcelona ya fue), otro en Grecia, otro en Francia, y el último en Turquía.
De modo que el sacrificado DT, en aras de una Copa del Mundo que no se gana desde hace tres décadas…, se zambulle en un tour de lujo. Porque no nos engañemos. Si no viaja en primera, por lo menos viaja en business. Si no come en Maxim´s de París, pega en el palo. Hoteles: qué menos que un cinco estrellas para el hombre que guiará nuestro destino como nación…, no en Davos ni en el G-7: ¡en el fútbol! Primera y última razón de nuestra existencia…
¿Se privará en Inglaterra de entrar en Westminster o de ver el cambio de guardia en Buckingham?
Ya que está en Italia, ¿no degustará lo mejor de la gastronomía de Parma?
Y una vez en Grecia, después de su sesuda, casi filosófica charla con el jugador –qué menos en la tierra de Platón y Aristóteles–… ¿no sería un crimen perderse un tour en crucero por las maravillosas islas?
Desde luego, este periplo que le ha permitido meditar en soledad si es mejor el 4-4-2 o el 4-3-3, a la hora de rendir cuentas en la maltrecha contaduría de la AFA es algo así como tres goles en contra antes de empezar el partido…
Pero no importa. Porque el dinero de la AFA proviene de los clubes, y el dinero de los clubes proviene de nosotros. Los contribuyentes. Los eternos pavos de la boda… Pero debo ser justo. Tal vez los DT den tantas vueltas al mundo porque ignoran los avances de la tecnología.
En ese caso, como una sana contribución, les sugiero quedarse en casita y hablar con Messi y los demás jugadores por otras vías. Por ejemplo, el teléfono, inventado allá por 1876… O el mail. O las múltiples redes sociales. O la teleconferencia. O el último modelo de celular. Y si me apuran, aunque algo pasadito de moda… ¡el fax!
Medios ba-ra-tí-si-mos, sobre todo para una institución en crisis que llora miseria en público, pero que en privado parece el Tío Patilludo del Pato Donald. Aquel que juntaba la plata con un tractor…
¿Viajar para hablar con Messi?
¡A otro perro con ese hueso!
Fuente: Infobae