Las diferentes trabas impuestas este año por el Gobierno Nacional para la compra de dólares generó que muchos argentinos se vuelquen a obtener la moneda estadounidense a través del mercado informal. Dossier Web realizó un relevamiento sobre cómo opera la city salteña y si es que la demanda en la calle subió en base a las restricciones del Banco Central de la República Argentina.
Este medio dialogó con uno de los operadores más antiguos de Salta, quien prefirió no brindar su nombre pero dio detalles importantes sobre las operaciones que se realizan en el corazón de la capital provincial.
“Este año hay muy pocos movimientos en los bancos, desde que solo se puede comprar hasta 200 dólares por mes y con las trabas impuestas a quienes poseen créditos, beneficios como la ATP, IFE, etc. Esta es la época en la que menos se puede comprar el dólar oficial, prácticamente nadie compra la divisa norteamericana en las entidades bancarias”.
Para el operador hay una explicación muy sencilla: la brecha entre el oficial y el dólar paralelo.

“Cuando había más brecha, la gente se tomaba el trabajo de comprar dólares a través del home banking, pedir turnos y perder gran parte del día haciendo colas porque al final obtenían el dinero y lo cambiaban en la calle para obtener una diferencia que llegó a ser de 3.000 pesos cada 100 dólares. Hoy la diferencia que la gente puede hacer es aproximadamente de $500 cada 100 dólares y no le conviene”.
Explicó que las restricciones para la compra del dólar no generan un mayor movimiento en las operaciones de la calle. “Hay un movimiento similar o menor a otros meses aunque esto tiene que ver con la caída de la actividad económica en general”.
Los grandes clientes de los denominados “arbolitos” son, según dijo, empresas. “Hay empresas que nos compran para obtener un colchón o un resguardo económico. Son ellos quienes compran y luego venden aunque muchas veces ganen más dinero o pierdan un poco dependiendo a cuánto esté el dólar blue en cada momento. Creo que tiene que ver más con la tranquilidad mental de ellos pero últimamente muchos no salen a comprar y nos dicen que es porque están juntando el dinero para pagar sueldos”.
Sobre la falta de turismo internacional, el operador indicó que “generamente el turista extranjero nos vende al menudeo para gastos diarios pero esto bajó a cero por la pandemia”.
Respecto a la compra de dólares de los salteños para las próximas vacaciones, comentó que “algunas personas ya salieron a comprar con la expectativa de que en enero haya una mayor normalidad. Generalmente es para los viajes a países limítrofes, especialmente a Brasil”.
Si bien la demanda es menor “la cantidad de arbolitos se duplicó este año, ya sea por necesidad o por otras cuestiones. Algunas personas también ofrecen dólares a través de las redes sociales”.
Finalmente al ser consultado sobre un posible faltante de dólares en la “city”, sostuvo que por el momento hay circulación “pero cuando el blue se disparó de $130 a $190 hubo un momento en que dejó de haber dólares”.
El regreso del cepo
on el objetivo de frenar una masiva fuga de capitales, en 2011 la por entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner adoptó un “cepo” al dólar y a partir de entonces la brecha entre la moneda estadounidense oficial y el llamado “blue” o paralelo se llegó a triplicar. El descontento que generó el cepo y la disparada del dólar fue uno de los motivos que llevaron al triunfo de Mauricio Macri en 2015, quien eliminó esas restricciones aunque dos meses antes de dejar su cargo, en 2019, volvió a imponer esas trabas.
Este año, con la pandemia como principal protagonista, el Banco Central aumentó las trabas y además de la escasa compra de dólares que podía realizar la gente, el 15 de septiembre se anunció un recargo del 35% llamado impuesto PAIS.
Quienes ya no pueden comprar dólares oficiales son: trabajadores que cobran su sueldo por ATP (Asistencia para el Trabajo y la Producción), coloeros digitales, quienes posean créditos a tasa cero, dueños de empresas con programa ATP, los que operan dólares financieros, beneficiarios de planes sociales, ciudadanos sin ingresos estables, tarjetas refinanciadas, beneficiarios de créditos UVA, titulares de cuentas compartidas y tarjetas con consumo en dólares.