Nació en una familia de panaderos, la sangre emprendedora corre por sus venas y si bien fue un fiel colaborador del negocio familiar, decidió abrirse caminos. José es el creador de Pesto, un emprendimiento que vende pastas caseras por menor, por mayor y a granel.
Dossier Web dialogó con José Fernández, quien contó cómo fue perfeccionado sus productos y el desafío que asumió para romper con la estacionalidad de este producto. “Esta idea surgió porque me apasiona la gastronomía, el lugar que encontré para comenzar fueron las pastas”.
Si bien la idea era clara, tuvo que pasar por un proceso en su mente y corazón hasta convertirse en Pesto. “Somos un emprendimiento que vendemos pastas caseras frizadas y estamos en pleno crecimiento”.
Nació y creció rodeado de los negocios familiares y eso forjó su espíritu emprendedor, “en mi familia todos son panaderos, mis abuelos, mi mamá también y yo trabajé mucho con ella, así que, para abrir mi camino, aproveché la maquinaria que tiene y me animé a arrancar”.
José es licenciado en Administración de Empresas y la gastronomía es su pasión, en ambas encontró la armonía para poder emprender, “utilicé todo lo aprendido en mi carrera para mi propio negocio y eso fue genial”.
Se sabe que el mundo de las pastas es amplio, sin embargo se desafió a hacer la diferencia. “Estoy haciendo cosas un poco distintas a las que se acostumbran en el mercado, quiero destacarme. Todo el mundo cuando habla de pastas en lo primero que piensan es en sorrentinos, ravioles y tratamos de acercar otras variedades que, si bien no son algo de otro mundo, le damos nuestro sello con los rellenos”.
Actualmente realizan tortellinis, agnolotis, capeletis todo “lo hacemos a mano”. Los rellenos, explica van cambiando según la estacionalidad, ahora hongos, calabaza, espinaca, jamón y queso, berenjenas y hasta bondiola braseada.
La historia de la marca
José, como buen administrador de empresas, sabe que la imagen de marca es muy importante y por eso fue de las primeras cosas que hizo. “Tenía muy en claro que la imagen de marca es muy importante, sobre todo si quiero hacer un proyecto a largo plazo. Sabía que todo iba a comenzar con pastas, pero no sé dónde vamos a terminar, así que después de buscar y pensar terminé con Pesto”.
Con ese nombre abrió su cuenta de Instagram, la cual, junto a Whatsapp se han convertido en su local. “Hoy no tengo un local físico, estoy en tratativas de abrir uno, pero entiendo que hacerlo en pandemia es un desafío mayor”.
Sin embargo sus ventas son buenas, a pesar de que sean solamente con redes sociales, “te puedo decir que las redes son mi local”.
Desde el 9 de junio de 2019, que sacó al mercado su primer producto a la fecha todo ha ido mutando, “al principio solo teníamos tres variedades, no teníamos un packaging armado. Hoy tenemos una gama de variedad de pastas, salsas y todo lo que acompaña a este plato”.
Pastas para todo el año
Las ansias de crecer y desarrollarse lo llevaron a asumir un desafío, romper la estacionalidad en el consumo de pastas. “Si bien estamos en la temporada alta, durante el verano del año pasado no notamos grandes bajas, si en la venta minorista, pero no en la que es a mayor y a granel, donde vendemos a restoranes, bodegas y hoteles, el turismo hace lo suyo”.
Fue así que se animaron a mostrarle a los salteños que este producto se puede consumir de varias formas y no necesariamente siempre pasados por agua y con salsa.
“El verano pasado pusimos un carrito de comidas en La Rural, vendimos las pastas fritas, para que los salteños vean otro modo de consumirlas, y si bien es un desafío muy grande, hubo una buena aceptación. Las pastas se pueden comer fritas, al horno, a la plancha, pasadas por agua”.
Los resultados fueron buenos, lo que lo motiva a continuar con ese camino para abrir nuevas líneas de consumo.
