Corolario del esfuerzo de un grupo de pequeños productores, que buscan mantener viva una producción ancestral muy valorada en estos tiempos por espacios gourmets de todo el mundo, la Fiesta de la Papa Andina volvió este fin de semana a El Alfarcito luego de una pausa de dos años impuesta por la pandemia.
Amanece en Alfarcito y los primeros rayos de sol son testigos del intenso despliegue de los pequeños productores de la Quebrada del Toro, que terminan de ajustar detalles para lo que será el retorno de la Fiesta de la Papa Andina, que en esta décima edición logró por fin dejar atrás dos años de ausencia a causa de las restricciones impuestas por la pandemia.
La jornada avanza y los primeros visitantes que llegan son recibidos con mate cocido y bollos. Luego será el turno para una ceremonia ancestral en honor a la Madre Tierra o Pachamama, los actos centrales y un espectáculo con números folclóricos y coplas que animan a los cientos de turistas que por ese entonces ya recorren la feria comprando, degustando y conociendo las bondades de un producto de origen ancestral que se obtiene en esta región de altura.
Un total de 30 familias productoras que componen la Asociación de Emprendedores de los Cerros Turu Yaco (Quebrada del Toro) fueron las encargadas de abrir una cantidad similar de puestos con variedades de papa andina y gastronomía regional. Además hubo artesanos de madera de cardón y vendedores de productos regionales como hierbas y yuyos especiales.
La papa es el cultivo hortícola más importante en la Argentina y tercero en el mundo en importancia alimenticia. De acuerdo al banco de germoplasma del INTA, en el país hay 62 variedades de papas documentadas, la mayoría en la zona andina y en el mundo hay más de 5.000 variedades entre silvestres y cultivadas.|
En Salta el cultivo de la papa andina se realiza en huertas de agricultura familiar en parajes lejanos a la ruta nacional 51 que atraviesa la Quebrada del Toro. “Tuni, negra ojosa, colorada, oca, collareja, runa, moradita, sani, sallama, Santa María, azul, blanca, malgacha” son algunas de las variedades que se cultivan en parajes como Las Mesadas o Tastil y que hoy tienen gran demanda en locales de gastronomía gourmet.
En sus mejores momentos se llegaron a comercializar estos productos con Buenos Aires, pero las sequias en la zona han hecho que hoy el máximo comercio se de en Salta, por lo que se pretende recuperar niveles de producción y volver a abrir mercados. Que la gente del lugar produzca, no se desarraigue y pueda vivir con dignidad es el desafío de las 14 comunidades de la región.
Cae la tarde y el público comienza a desandar los 82 km. que separan el Alfarcito de la Ciudad de Salta. En sus retinas se llevan grabadas la imponencia del paisaje, la sencillez de los productores y la paz de esos cerros que durante tantos años recorrió el recordado padre “Chifri”, verdadero arquitecto de la educación e impulsor del festival de la Papa andina.
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