Lo que viene para los próximos años de la industria automotriz, como profundización de la era eléctrica que ya es una realidad, estará relacionado con nuevas familias de vehículos desarrollados desde cero como eléctricos. Es decir, a los modelos de las gamas actuales de las automotrices con motorización híbrida o “enchufables”, los empezarán a desplazar los eléctricos “nativos”, concebidos íntegramente bajo los nuevos parámetros de la nueva movilidad.
La electrificación impulsa y apura la renovación general de los catálogos de vehículos en todo el mundo. Volkswagen, por ejemplo, acaba de presentar el segundo modelo totalmente eléctrico, el ID.4, integrante de una flamante gama que ya empezó a develar en etapas. El que abrió el juego fue su auto más chico, denominado ID.3, y este SUV, que es el segundo de la era eléctrica del gigante alemán, se convertirá el primero en llegar a la Argentina. En varias oportunidades, la marca ha manifestado que será la punta de lanza de su renovada familia de productos en el país, aunque aún no hay precisiones de fechas.
Este primer SUV eléctrico de Volkswagen también plantó bandera en el mercado de los Estados Unidos, donde por tamaño no tiene rival directo. Allá, la versión más barata, denominada First Edition, salió a la venta a 44.000 dólares y, según la marca, las 2.000 unidades destinadas a aquel país se agotaron en sólo ocho horas después del lanzamiento.
Basado en el prototipo ID. Crozz, el VW ID.4 muestra una estética muy similar a la del ID.3, con la que la marca de Wolfsburgo busca reposicionarse en el mundo. Un diseño con trazos simples y limpios, modernas ópticas LED y el uso del nuevo logo son los elementos comunes y distintivos. En el caso del ID.4, esto se adapta a sus 4,58 metros de largo y su 1,85 metro de ancho. El bajo coeficiente aerodinámico, de 0,28, es otro de los aspectos donde el ID.4 muestra el logrado trabajo de la marca.
Es tecnológico al extremo, condición indispensable para estar a la altura de los tiempos que corren, y los que vienen. Ofrece pantalla táctil de hasta 12 pulgadas para el sistema de información y entretenimiento, instrumental totalmente digital y tecnología Head-Up Display de proyección de información en el parabrisas, además de conectividad con Android Auto y Apple CarPlay, el control por voz online, y la aplicación We Connect ID para controlar la carga o la climatización del coche de manera remota.
A todo esto, se suman los dispositivos de ayuda a la conducción, denominados ADAS, entre los que se encuentran el asistente de estacionamiento, aviso de salida involuntaria de carril, asistente de frenada de emergencia, control de velocidad crucero adaptativo con Stop & Go y limitador de velocidad, y un asistente de conducción eficiente.
Para contrarrestar el exceso de peso que generan los paquetes de las baterías, la carrocería del ID.4 incluye componentes de aluminio. Las baterías, que totalizan 493 kilos, van dispuestas en todo el piso del vehículo para conseguir el mejor reparto de peso, y además posibilitan que este SUV tenga el centro de gravedad más bajo que otros con mecánica convencional.
Este paquete de 77 kWh garantiza una autonomía de 520 kilómetros y cuenta además con una refrigeración líquida que, según el fabricante, permitirá que después de 8 años o 160.000 km la batería siga contando como mínimo con el 70% de su capacidad original. Con sólo 30 minutos de carga, el ID.4 logra una autonomía de 320 kilómetros.
Con tracción trasera –al menos por ahora-, el ID.4 está equipado con un impulsor eléctrico de 204 caballos de fuerza, asociado a una caja de cambios de una única marcha. Según Volkswagen, acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 160 km/h. Pone la vara alta frente a la inminente oleada eléctrica. Y eleva la expectativa ante la posible llegada a estas tierras.
Fuente: Infobae