En el Gobierno aseguran tener controlado el dólar. Se habla del oficial y, en todo caso, del contado con liquidación. Las herramientas están, las reservas también. Pero el mercado sigue corriendo la cancha porque utiliza los agujeros negros que el propio Gobierno deja. Y esos agujeros no parecen estar en el Banco Central. Tampoco hay un poder claro sobre el blue, que tiene una suerte de vida propia.
Es obvio que al Gobierno le molesta no poder tener un control en ese sentido. Porque el blue, que es un mercado chiquito, ilegal y todo lo que se sabe, no deja de ser un termómetro para la gente. A nadie se le ocurre vender dólares, si los tiene, al precio del oficial. Hay más: en la Argentina el dólar es cultural. Se compra cuando está barato y se compra cuando está caro. A pocos de los que compraron dólares les importa que si invertían en un plazo fijo el año pasado, con inflación y todo, le hubiesen ganado en varias oportunidades al blue.
Lo único bueno del blue para el Gobierno es que no implica venta de reservas, como sí sucede con el dólar para atesoramiento. En ese sentido el monitoreo de este mes estuvo muy atento a lo que pasó con el aguinaldo. Y el resultado era el de esperar: crecieron las ventas de dólares.
Pero tal situación no va a pasar con el bono para los jubilados que se pagará el mes que viene. A través del decreto 481/2021 publicado en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo dispuso “otorgar un subsidio extraordinario por un monto máximo de $ 5000 que se abonará en el mes de agosto de 2021”.
El bono será destinado a “los beneficiarios de las prestaciones previsionales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) a que refiere la Ley N° 24.241, sus modificatorias y complementarias”, además de los beneficiarios de la “Pensión Universal para el Adulto Mayor, instituida por el artículo 13 de la Ley N° 27.260 y sus modificatorias”.
También está dirigido a los beneficiarios de “pensiones no contributivas por vejez, invalidez, madres de siete hijos o hijas o más, y demás pensiones no contributivas y pensiones graciables cuyo pago se encuentra a cargo de la ANSeS”, detalló Télam.
El decreto dispone, en su artículo 2°, que para aquellos que “por la suma de los haberes de todas sus prestaciones vigentes, perciban un monto equivalente de hasta $ 46.129,40, el subsidio extraordinario será de $ 5000; y para aquellos titulares que, por la suma de todas sus prestaciones vigentes, perciban un importe superior al precitado monto, el subsidio extraordinario será igual a la cantidad necesaria hasta alcanzar la suma de $ 51.129,40”, explicó la agencia.
El bono se volcará al consumo. Está claro que también forma parte de compensar una inflación que en siete meses se comió lo presupuestado para el año.
Autor: Horacio Reggi
Medio: El Cronista
