Lejos del pronóstico que realizaban hasta el año pasado empresarios y analistas, la crisis está por convertir a la Argentina una vez más en un país exportador de petróleo liviano –de buena calidad–, algo que no ocurre desde 2005.
Aunque cada vez menos, el país exportó petróleo en los últimos años, pero siempre excedentes que no eran requeridos por las refinerías.
En cambio, por la situación actual del mercado se espera que el mes que viene comiencen las exportaciones de petróleo Medanito (el de mejor calidad del país).
Mientras la economía arrojaba tasas de crecimiento cercanas a dos dígitos, la demanda de naftas y gasoil, y en consecuencia la de petróleo, aumentaba.
En el sector preveían que, a esta altura, el país se convertiría en un importador neto de petróleo.
El escenario cambió: la menor venta de combustibles –se estima que cayó un 10% en enero, aunque aún no hay números oficiales– hizo que las refinadoras –Esso, Shell, YPF y Petrobras– demandaran menos crudo a las productoras (las principales son Pan American Energy, Chevron, Oxy y Total).
Además, las primeras no quieren pagar por el barril el precio que les reclaman las segundas, algo que también inclina a las productoras a la exportación.
El resultado: las productoras venden menos de lo que producen, por lo que están casi agotadas sus instalaciones de almacenaje, así como las de las empresas que prestan ese servicio.
En el mercado aseguran que la terminal de Puerto Rosales tiene su capacidad colmada. Allí derivan la producción las compañías que producen en la Cuenca Neuquina. La más importante es Chevron –es la tercera productora, con casi 8% de la oferta nacional–, pero también hay otras firmas, como Apache, Petrobras, Pluspetrol y Tecpetrol.
Lejos de ser una buena noticia, las empresas resignarán ingresos con la exportación. Sucede que por la combinación de control de precios en el mercado interno y la caída en la cotización del crudo –ayer cerró a u$s 40, un tercio del valor en julio– el productor obtiene unos u$s 36 por cada barril que vende en el país, 64% más que los u$s 22 que recibe cuando exporta.
Pero el precio interno no consuela a las productoras: antes de la crisis, cobraban hasta u$s 47 –según el tipo de petróleo– y aseguran que los valores de hoy “no alcanza para explorar ni desarrollar yacimientos”.
Por eso en el mercado estudian cómo repartir las pérdidas.“Con esta situación hay tres opciones: distribuir una cuota de exportación según la participación de mercado, que uno decida por su cuenta exportar o empezar a parar los yacimientos, algo improbable, hasta que comience a evacuarse lo que ya esta producido”, explicaron en una de las empresas.
Fuente: El Cronista Comercial
