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Librerías y jugueterías todavía venden 50% menos que en 2019

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Las ventas en las cadenas minoristas mejoran, pero aún siguen muy lejos del 2019, cuando la recesión ya era algo bien palpable. Según un relevamiento efectuado por CAME no se salva ningún rubro, aunque algunos están mucho más abajo que otros en esa comparación. Esto ayuda a entender por qué los comerciantes se resisten a cualquier medida restrictiva que implique ir para atrás en materia de actividad.

La disminución promedio en relación a 2019 es de casi 25%. Y si bien aún un 60% de los comercios muestra tasas moderadas de expansión, un 40% no crece o sigue cayendo, según destacó el informe de la entidad. La comparación respecto a las ventas de hace dos años es ahora mucho más relevante, ya que resulta casi imposible comparar en relación a un año atrás, cuando ya comenzaba a regir una estricta cuarentena. Por lo tanto, las comparaciones interanuales se vuelven prácticamente irrelevantes.

La comparación respecto a 2019 muestra caídas en todos los rubros, con el siguiente detalle:

Alimentos y Bebidas: pese a que la mayoría de los comercios siempre estuvo abierto durante la cuarentena, igual las ventas cayeron 12,8% el año pasado. Pero en relación al 2019 las ventas siguen 5,3% por debajo de marzo del 2019. La caída del poder adquisitivo del salario se siente en este rubro quizás más que en ningún otro, ya que lo último que dejan de consumir los hogares son productos de la canasta básica. Los pequeños comercios terminaron más afectados por la mayor venta online, donde ganan los supermercados y otras grandes superficies.

Electrodomésticos, artículos electrónicos, computación, celulares y accesorios: es otro de los rubros que sigue bien por debajo de los niveles de 2019. La caída en marzo llegó a 27,2%, reflejando las dificultades de este segmento. Ni siquiera el crecimiento del Ahora 12, con tres meses de gracia, ayudó para un repunte más marcado. Aún así, el año arrancó un poco mejor de lo esperado.

Jugueterías y artículos de librería: se trata de uno de los sectores más golpeados, con caídas que llegan al 50% respecto a marzo de 2019. O sea que los comercios deben rebuscárselas con la mitad de las ventas que tenían hace dos años. Las dudas sobre el inicio de clases presenciales demoraron las compras y muchas familias decidieron comprar lo mínimo indispensable ante los temores de que las clases presenciales tengan corta duración. Esto demora la compra de útiles y de libros escolares.

Indumentaria: con menos dinero en el bolsillo pero también con menos reuniones sociales, laborales y fiestas, es lógico sea otro de los rubros más afectados. Las ventas en este segmento están 31% debajo de marzo de 2019. También afectaron las fuertes remarcaciones del año pasado, que llegaron a 60% en promedio, muy por encima de la inflación de 36,1% registrada. Esto volvió todavía más inaccesible la ropa, además de los menores ingresos familiares. Donde se registraron mejores niveles de venta es en los comercios que están dirigidos a adolescentes. Y muchos tuvieron problemas con los proveedores, por lo que hubo inconvenientes para abastecer los locales. Habrá muchos descuentos y liquidaciones adelantadas para mejorar los niveles de venta de la temporada otoño-invierno.

Fuente: Infobae


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