El impacto de esta investigación es tan alto que lo que es un producto subvalorado, generalmente de la categoría "vacas conserva", puede tener la potencialidad de transformarse en un artículo de alta calidad para el consumidor y producido a bajo costo.
El destete hiperprecoz -realizado a los 30 días de edad- en vacas de descarte de los sistemas de cría, es una práctica novedosa que fue incorporada a partir de experiencias realizadas para "disminuir drásticamente el período de dieta líquida de los terneros de tambo". Así lo afirmó la coordinadora del trabajo, Andrea Biolatto, junto con el equipo de investigadores del INTA Concepción del Uruguay -Entre Ríos-, quienes aplicaron esta experiencia inicial a terneros para la producción de carne.
En este sentido, Biolatto destacó que "esto abre la posibilidad de acceso al mercado local por su costo y al mercado internacional, ya sea por los cortes carniceros de calidad producidos a pasto o por la liberación para exportación de la carne producida convencionalmente por los novillos pesados".
El objetivo de la investigación "calidad nutricional de vacas de refugo con destete hiperprecoz", que se lleva a cabo mediante un convenio de vinculación tecnológica entre el INTA y la División Nutrición Animal de la Asociación de Cooperativas Argentina (ACA) buscó evaluar los efectos de este tipo de método en la calidad nutricional de la carne.
Actualmente, la nutrición es un factor determinante en las enfermedades crónicas no transmisibles que puede modificarse. En este sentido, existen investigaciones que apoyan la creencia de que la dieta puede provocar efectos -positivos y negativos- en la salud humana.
Asimismo, la carne también cuenta con aminoácidos esenciales necesarios, y vitaminas y minerales de vital importancia para el crecimiento, el desarrollo y el correcto funcionamiento del organismo -vitaminas B12, zinc, yodo, selenio y fósforo, son algunos de los minerales-.
De las muestras extraídas de los dos lotes de vacas se realizaron determinaciones de ácidos grasos y aminoácidos y se estableció que la brusca disminución de los requerimientos al anular la lactancia y las diferentes dietas afectó el perfil lipídico de la carne.