Hasta hace unos años, pensar que una marca coreana podía vencer a las infalibles japonesas era casi un imposible. La excelencia y perfección que caracteriza a esas compañías las posicionaba a años de distancia de muchos de sus rivales.
Pero la industria automotriz evolucionó demasiado, la plataforma global se devoró a los productos pensados para cada país o continente y hasta las fusiones y colaboraciones entre marcas se convirtieron en una tendencia común a todas las compañías, que no discrimina de origen ni status.
En este cambio global, Hyundai también supo sacar ventaja y hoy sus productos cuentan, no solo con una alta tecnología y calidad, sino también con muy buen gusto.
El fiel representante de este cambio es el Tucson, un SUV compacto que tuvo en la Argentina la tarea más difícil de lidiar contra rivales históricos como Honda CR-V, Toyota RAV4 y Volkswagen Tiguan, entre otros.
Sin embargo, con un logrado rediseño y actualización, se convirtió en el más vendido del segmento y en uno de los productos más importantes para que la marca revierta sus años de crisis en el país (afectada por el impuesto interno y las trabas a las importaciones) y crezca más de 450 por ciento en el año.
Por qué se diferencia
El Hyundai Tucson pertenece a una de las categorías más exitosas dentro del segmento de SUV, que es la de vehículos medianos. Esto se da porque tienen el tamaño justo para andar en ciudad, con las prestaciones mecánicas necesarias para ser parte del mundo off road.
Si bien las más pequeñas son las de mayores ventas (Ford Ecosport, Chevrolet Tracker, entre otras), especialmente por una cuestión de precios, el aspiracional para quien ingresa a esta categoría de productos está un escalón más arriba.
En cuanto a Tucson, el gran acierto de Hyundai fue adelantarse a la competencia y relanzarla el año pasado cuando las trabas a las importaciones recién se habían eliminado y volvían a ingresar modelos al país.
Así, mientras Honda y Toyota se ponían al día, con una oferta muy limitada, la marca ganaba posicionamiento no solo con varias versiones del producto (es la única con motor naftero o diésel) sino también con una estética totalmente renovada y modernizada que rompía por completo con la versión anterior.
Su diseño
La tercera generación de Tucson dio un vuelco total en comparación con las anteriores. Es más rupturista, llama la atención a lo lejos y es moderna.
Su nuevo frontal caracterizado por una parrilla hexagonal con múltiples cromados es la carta de presentación, acompañada por ópticas más estilizadas que terminan de definir una impronta agresiva con una delgada fila de Led en la parte superior. También tiene faros antiniebla.
El cambio principal se puede decir que fue dejar de lado la sobriedad para buscar seducir. Y ese salto se dio, en parte, a que su diseñador es nada menos que Peter Scheryer, un ex creativo de Audi, que ideó nada menos que el TT.
Por fuera, uno de los detalles que sigue conservando de la anterior generación, es que hacia atrás va tomando una notable altura, aunque ahora es más proporcionada gracias a las líneas más suaves en sus laterales y el aumento de sus dimensiones, con un largo de 4.475 mm., un ancho 1.850 mm., y un alto 1.645 mm. La capacidad del baúl es de 503 litros.
Por dentro, la calidad se impone al diseño. Es decir, con líneas sobrias y sin grandes decorados, sus materiales son suficientes para definir un buen contexto.
El panel es sencillo, con teclas, perillas y varios botones para el climatizador e incluso para su pantalla central de 8 pulgadas desde la que se puede interactuar con el GPS y la telefonía. Además tiene conectividad USB, AUX y Bluetooth. También dispone de un display digital en el centro del tablero.
Las versiones más equipadas agregan climatizador bizona, techo panorámico corredizo, tapizado en cuero y asiento del conductor con ajuste eléctrico.
Motor y seguridad
La nueva Tucson se ofrece en dos versiones, con motor naftero 2.0 de 155 cv y otro 2.0 turbodiesel de 185 cv.La opción con motor naftero se puede combinar con caja manual o automática de seis marchas, 4×2 o 4×4 (Torque on Demand con bloqueo de 4×4). La turbodiesel se ofrece sólo con caja automática y 4WD.
Un dato para destacar corresponde a la efectividad del motor turbodiésel, ya que acelera de 0 a 100 km/h en 9 segundos y tiene un bajo consumo: 6 litros cada 100 km/h.
En cuanto al andar, es muy cómoda la posición de manejo, confortable y con una buena visibilidad. Es suave especialmente en el asfalto, donde se destaca su buena suspensión, aunque también se desempeña bien en ripio y caminos off road, garantizando una buena estabilidad y superación de obstáculos gracias a la activación de la doble tracción.
En cuanto a la seguridad, tiene de serie con seis airbags, frenos ABS con EBD, control de tracción, control de estabilidad, anclajes Isofix, asistencia al arranque en pendiente, control de descenso, cámara de retroceso y sensores de estacionamiento traseros. En la versión tope de gama también agrega sensores delanteros y luz de asistencia en curva (al girar, se enciende el antiniebla del lado interno de la curva, para mejorar la iluminación del camino).
Un dato para destacar es que en las pruebas de choque de EuroNCAP, Tucson Obtuvo la calificación máxima de cinco estrellas, con 86% de protección para adultos, 85% para niños y 71% para peatones.
El mercado
Con una variedad más amplia de productos, y una mejora notable en calidad, la coreana logró posicionarse como una marca competitiva y preparada para dar pelea en un mercado que aumenta su oferta.
En el segmento SUV, Tucson es la que más rápido ganó a los rivales, por su propuesta de valor y por la falta deactualización de la competencia. Por otro lado, están preparados para enfrentar todas las categorías con la Creta en el segmento de los más chicos, Santa Fe entre los medianos y Grand Santa Fe entre los de siete asientos.
El desafío para el año será sostener las ventas y lograr posicionar los nuevos productos que vayan llegando al mercado.
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