Los hoteles alojamientos están a punto de extinguirse. Antes de la pandemia, en la Ciudad de Buenos Aires funcionaban 120 establecimientos; hoy de ese total el 20% ya cerró definitivamente y con el paso de los días se suman nuevas víctimas. Además, la falta de eventos sociales, la crisis económica y el contexto epidemiológico generaron una caída drástica de clientes. “Estamos trabajando al 20% de lo que lo hacíamos un año atrás”, resumieron desde la federación que agrupa al sector.
“En noviembre, cuándo nos habilitaron a abrir nuevamente, solo 100 pudieron volver a funcionar de los 120 que trabajaban antes del Covid-19. Pero con el paso de los meses se sumaron más cierres, sobre todo en la zona centro de la capital”, indicó José Manuel Capelo, presidente de F.A.D.A.P.H (Federación Argentina de Alojamientos por Hora).
Durante todo el año pasado, el negocio sobrevivió gracias a los incentivos del estado como la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y las diferentes versiones del Programa de Recuperación Productiva (REPRO). “Hoy estamos inscriptos en el Repro II, pero necesitamos que estas herramientas continúen para poder seguir en pie. Cada semana cierra un nuevo negocio del sector”, sostuvo la fuente, preocupada por el futuro.
En todo el país se calcula que hay cerca de 6500 albergues transitorios, pero seguramente muchos no han sobrevivido al paso de la pandemia. Entre todos generan 11.500 puestos de trabajo. “El covid fue para nosotros un verdadero knockout. No tenemos forma de reconvertirnos, porque los hoteles convencionales también atraviesan una fuerte crisis. En este escenario no hay escapatoria”, reconoció Capelo.
“Nosotros dependemos del turismo y del movimiento de la gente. En 2020 solo pudimos operar los meses de enero y febrero, antes de la pandemia, y luego en noviembre y diciembre con muy poco movimiento. En términos de facturación constante, los ingresos no nominales cayeron un 80%. Estamos a un 20% del 2019, un dato más que preocupante”, remarcó Capelo.
La situación del mercado de hoteles viene en caída desde hace años. En los últimos dos, la situación se complicó aún más con el cierre de entre 5 y 6 establecimientos por año solo en la Ciudad, algo que se complicó aún más y duplicó esos números con la pandemia. El principal factor fue la caída del consumo acompañado de una suba significativa de gastos fijos para los hoteleros. “Hoy hay que mantener la estructura, que en muchos casos es muy grande”, sostuvo la fuente.
“En los últimos años, antes de la pandemia, ya hubo un proceso de deterioro en la demanda, así que ya acarreábamos una situación económica mala”, explicó Cesar Scioscia, administrador de hoteles en la provincia de Buenos Aires, entre los que se cuentan Jonde y Joker. “Nuestra actividad no cierra nunca, no tiene fines de semana. Uno de mis hoteles tiene 50 años y nunca había cerrado, y por la pandemia estuvimos absolutamente inactivos durante 7 meses, sin facturar”, describió Scioscia la complicada situación que debió atravesar el sector.
La pandemia cambió ciertos hábitos. Los clientes que se acercan “pagan todo con tarjeta de crédito y débito. Antes se querían esconder y ahora es todo más abierto. Previo al Covid era muy raro el uso de tarjeta, hoy está igual o más fuerte que el efectivo”, agregó el empresario hotelero.
En cuánto a los precios, luego de haber estado 7 meses inactivos, todos los hoteles alojamientos abrieron en noviembre con una nueva cartera de valores. “Tuvimos que aumentar en línea con la inflación, al principio nos parecía mucho pero los valores fueron convalidados. De todos modos, hay muchas promociones”, finalizaron desde el sector.
Fuente: El Cronista