El sector textil e indumentaria se reunirá en el marco del foro para disertar con el Gobierno nacional sobre su problemática actual y las perspectivas futuras. La cita será hoy.
Si bien el déficit del rubro textil se ha achicado en los últimos años, para los primeros meses del 2011 las importaciones textiles han vuelto a crecer con fuerza, llegando a una tasa del 70%.
Según el estimador mensual industrial (EMI) que elabora INDEC, la industria textil creció un 28,5% entre 2008 y 2010. En los primeros 4 meses de 2011 creció un 10%, si se compara con igual periodo del año anterior.
La producción textil nacional abastece el 75% del mercado local, mientras que en indumentaria dicho peso se eleva al 82%. Sin embargo, el sector se caracteriza por ser estructuralmente deficitario en cuanto a la generación de divisas ya que las importaciones exceden con creces los montos exportados.
Sin embargo, el déficit del rubro textil se ha reducido en los últimos años, pasando de u$s -656 millones en 2008 a u$s -222 millones en 2010, debido al menor consumo de 2009 y las medidas de restricción de importaciones. No ha ocurrido lo mismo en cuanto a indumentaria ya que el déficit de 2010 alcanzó proporciones similares al de 2008, ubicándose en u$s -345 millones.
En 2011, las importaciones siguen mostrando dinamismo, con un crecimiento del 30% en el acumulado de los primeros 4 meses del año para los textiles en toneladas y un avance de 20% para el caso de la indumentaria, también en toneladas. Si se analiza en dólares CIF, el crecimiento de las importaciones de textiles se revela inclusive superior, siendo de 70% para lo que va de 2011. En indumentaria, el crecimiento en valores es de 32%.
En el segmento indumentaria, el factor moda resulta fuertemente relevante por lo cual existe una alta rotación de la cartera de productos por lo cual se requiere una estructura flexible a la hora de competir. De ahí el fenómeno de tercerización, innovación de diseños y tecnologías.
Este sector se encuentra en permanente competencia contra los productos importados, ya sea por precio como por la calidad y la diferenciación del producto. Debido al volumen que mueve y a la demanda de trabajo que consume, algunos gobiernos han optado por proteger a este sector de la competencia externa. Otros, en cambio, han decidido dedicar sus esfuerzos al diseño, marca y comercialización en lugar de la producción y abastecerse con mercancías importadas.
Las propuestas de precios mínimos y cupos máximos de ingreso de importaciones apuntan a incentivar un proceso de sustitución de importaciones que preserva la producción nacional. Las medidas utilizadas fueron las licencias no automáticas, los compromisos con Brasil, valores criterio, y medidas antidumping. Esto último para resguardo de la competencia desleal externa.
Pero las asimetrías y la competencia desleal no solo surgen en el mercado externo sino también en mercado local. En los eslabones finales de la cadena existe un alto grado de informalidad, según fuentes del sector. Esto se explica la baja rentabilidad de los pequeños confeccionistas que en general son terceristas de propietarios de marcas (quienes tercerizan la producción). Estos deben competir por precio y reducir sus márgenes para obtener mayores contratos de producción. Lo que se agrava con la falsificación de marcas y la contratación de talleres clandestinos. Estos factores conforman un fuerte limitante ante la falta de financiamiento, accesos a estándares de calidad y condiciones de competencia desigual interna.
En cuanto a las últimas tendencias, el aumento en el precio de los productos de origen petroquímico parece estar revirtiendo la tendencia que se venía evidenciando en el mercado textil. Los hilados sintéticos, que habían registrado un importante crecimiento desde mediados de la década del `90 están cediendo posiciones frente a los productos de origen natural, derivados, fundamentalmente, del algodón.
Para el año 2011 se espera que continúe el modelo de descuentos y el sendero de crecimiento del mercado interno de consumo. El desafío vendrá por el lado de la búsqueda de competitividad en un contexto inflacionario que afecta la estructura de costos de la industria local y la reversión del déficit comercial.
Fuente: sectoresonline.com