Saber que día y dónde realizan las compras los consumidores es hoy una misión posible y sencilla. Si la tarjeta de crédito o débito que utilizan es de Santander Río, son los miércoles y jueves en Carrefour; en el caso de Galicia, eligen los martes y jueves en Coto; y si es del Francés irán los lunes a Disco o a Vea. En el interior del país se da una situación similar, aunque con distintos tipos de acuerdos, pero también se busca direccionar las compras de los consumidores a un momento y a un lugar determinado.
Lo cierto es que los convenios entre bancos, supermercados o shopping se han transformado en una suerte de "salvavidas común", utilizado tanto por las entidades como por gran parte de la sociedad para flotar ante la crisis:
A los bancos, porque al caerse otras líneas de financiamiento, como préstamos hipotecarios o prendarios, el plástico es el que les permite mover algo de dinero y captar nuevos clientes
A la gente, porque aprovechan descuentos de hasta el 50% que ayudan a hacer frente a la estanflación o pagar en cuotas la compra de productos que, de otra forma, se tornarían inaccesibles
Lo cierto es que este mecanismo de otorgar suculentos beneficios para capturar la billetera del consumidor, se transformó en un arma de doble filo, también para ambos. Las entidades reconocen que ya se instalaron en la sociedad y les será muy difícil quitarlos, mientras que gran parte de las familias hicieron un uso desmedido y ahora se les hace cuesta arriba el poder cancelar los compromisos asumidos.
Según Osvaldo del Río, gerente de Retail de Nielsen Company, este es un camino de ida que no tiene retorno, donde los actores involucrados tendrán que otorgar cada vez más beneficios y descuentos con tal de satisfacer la demanda de la gente, que difícilmente aceptará comprar sin acuerdos.
Creció el endeudamiento y la mora
Desde las entidades reconocen que este entramado de acuerdos es una metodología ya consolidada en el mercado. También explican que es el costo que deben asumir por bancarizar a una parte de la sociedad, que aún no lo está, o bien encuentran en el plástico la puerta de entrada para luego vender otros productos. En definitiva, esto permite compensar gran parte del esfuerzo.
Es así como los principales bancos apuntaron este año su artillería a profundizar y comunicar este tipo de estrategias. Un actor fuerte es el Galicia y su gerente de tarjetas, Sergio Kahan, en entrevista exclusiva con iProfesional.com así lo explicó:
Kahan reconoció que a las familias les resulta más dificil cancelar las cuotas y que por ello aumentó la morosidad aunque, por ahora, los niveles no son alarmantes. También que ahora son muchas más las que se financian pagando el mínimo.
Según datos de PriceWaterhouseCooper, en el mercado hay 12 millones de poseedores de tarjeta de crédito.
Según datos de la consultora, el nivel de endeudamiento por familia alcanza los 8,5 sueldos en promedio cifra que considera, además del crédito por tarjetas, adelantos en cuenta corriente y otro tipo de préstamos. A febrero, el total otorgado bajo estas líneas de financiamiento acumuló los $58.500 millones.
En 2007 el nivel de endeudamiento era de 7 sueldos, y así se mantuvo gran parte del año pasado. Sin embargo, en los últimos meses el incremento de deuda pegó un fuerte repunte.
FUENTE: Infobae Profesional