En el primer trimestre de 2021 los números fueron una buena noticia a las empresas alimenticias de la Argentina. Si bien advierten por aumentos de costos, los controles de precios y el estancamiento en las ventas, ajuste de gastos, reducción del endeudamiento y la apreciación del peso se combinaron para generar resultados positivos en dos grandes compañías del sector.
Ayer, Arcor informó que entre enero y marzo de 2021 sus ventas crecieron un 9% en pesos (llegó a $53.672 millones), pero logró una ganancia de $3857 millones en el período (US$41 millones, al tipo de cambio oficial).
Hoy, por su parte, Molinos Rio de La Plata publicó sus resultados trimestrales, con una ganancia neta de $1180 millones en el período, que equivalen a US$12,6 millones al dólar oficial.
De esta forma, la compañía que integra el Grupo Perez Companc y tiene participación en el segmento de pastas, harinas, arroz, yerba, aceites, vinos y café, entre otros, revirtió el escenario de hace un año. En el primer trimestre de 2020, la firma había informado un rojo de $114 millones, pero el año concluyó con una ganancia de $1746 millones, impulsado también por un ingreso de $2027 millones por la venta de las oficinas centrales de la compañía en Victoria.
Y aún con un resultado positivo, la empresa destacó en su presentación que sus ventas en los primeros tres meses de este año cayeron un 14,5% en términos reales (totalizaron $11.246 millones). “Fue un período donde los consumos de las principales categorías en el mercado argentino han tenido un importante descenso”, informaron en un comunicado.
Según detallaron, una política de reducción de costos y la “disciplina financiera” fueron dos puntos que permitieron a la firma llegar a un balance positivo en el período. A su vez, advirtieron por el impacto a favor de “la baja del costo financiero” y la “desaceleración del ritmo de devaluación de la moneda local” que afecta su estructura de costos: muchos insumos y materias primas que utiliza la compañía para su producción tienen precio dolarizado, como el café, el aceite o la harina.
En ese marco, la compañía informó el 22 de abril de este año la decisión de repartir $1300 millones en concepto de dividendos a sus accionistas, a partir de los resultados registrados en 2020.
A su vez, el comunicado de la empresa incluyó un guiño al Gobierno, al destacar “la flexibilización de la política de precios máximos para algunos productos de mayor valor agregado”. Este punto fue uno de los temas que mayor tensión generó en las últimas semanas entre las empresas productoras de alimentos y el oficialismo, que desde la Secretaría de Comercio impulsa medidas de control de precios, sistemas de información, distribución en las góndolas e intimaciones para que las fábricas produzcan al máximo de su capacidad instalada.
En ese contexto, advierte sobre las “amenazas” de corto plazo que podrían afectar su negocio. Más allá de sus ganancias en el primer trimestre, desde la empresa plantean que los precios de venta “están atrasados con respecto a los costos y la inflación en general”, en otro de los temas de mayor disputa con el Gobierno, que atribuye a las grandes empresas la responsabilidad de la inflación, que acumuló 13% en el primer trimestre.
A su vez, desde Molinos hicieron referencia a la caída del consumo y afirmaron que, según datos de la consultora Kantar, las ventas de alimentos se contrajeron un 12,6% en el período en comparación con 2020. En marzo del año pasado, ante la incertidumbre inicial por los efectos de la pandemia y las restricciones a la movilidad, los hogares adelantaron sus consumos y generaron un ‘efecto stockeo’, que según datos del Indec generaron un incremento del 9,6% interanual en las ventas de supermercados.
Los números positivos de Molinos coinciden en el período con el resultado de Arcor, la alimenticia de la familia Pagani, que informó recientemente una ganancia de $3857 millones en el primer trimestre. La firma indicó además que casi dos tercios de su operación (65,3%) corresponden a ventas dentro del país, mientras que el 34,7% restante son ventas en el exterior.
“El resultado final alcanzado se ha visto fortalecido por una reducción en los gastos financieros, generada mayoritariamente por la disminución del nivel de endeudamiento y la apreciación en términos reales de la moneda en Argentina”, indicaron en un comunicado desde Arcor, que luego de registrar pérdidas en 2019 alcanzó una ganancia en 2020 de $5441 millones.
Distinto fue el caso de Mastellone, la firma láctea que comercializa la marca La Serenísima (y en la cual tiene una participación accionaria Arcor), que anunció una pérdida neta de $828,3 millones en el período. En todo 2020, la firma que tiene su planta en General Rodríguez había acumulado un rojo de $1470 millones.
Por: Esteban Lafuente
Fuente: La Nación