El Gobierno impulsa un proyecto de ley que grava con Impuestos Internos una serie de elementos electrónicos de uso común, al tiempo que duplica la alícuota de IVA que pagan los mismos, en lo que se perfila como un verdadero impuestazo a la clase media con subas trasladables a los precios de más del 30%.
La iniciativa propicia incorporar dentro del ámbito de los Impuestos Internos a bienes tales como celulares, laptops, equipos de aire acondicionado domésticos –de hasta de 6.000 calorías– y GPS. También objetos de uso casero, como calentadores eléctricos, secadores de pelo, estufas eléctricas y todos los demás “aparatos electrotérmicos de uso doméstico”.
La tasa para estos bienes es del 20,48%, aunque la nominal es de 17%. Ya la pagaban los televisores, radios, grabadores y hornos microondas.
En cuanto al IVA, se elimina la tasa de imposición reducida al 10,5% sobre algunos de estos bienes electrónicos, y complementariamente, se dispone la aplicación de la tasa general del tributo a aquellos bienes que pagan Impuestos Internos.
En conjunto, esto significa que todos los bienes alcanzados con Impuestos Internos están gravados en IVA a la alícuota del 21% y no gozaran más de la actual alícuota reducida del 10,5%.
El Poder Ejecutivo justifica la medida, por un lado, en la necesidad de enfrentar con mejores medios la crisis financiera internacional, y por el otro, para propiciar el uso racional de la energía por tratarse de bienes que demandan un alto consumo energético.
El superávit fiscal se redujo 60% en marzo, la mayor contracción interanual en más de cinco años. La recaudación apenas se sostiene por los impuestos al trabajo, el IVA y Ganancias, que al igual que el impuesto al cheque aportan más a medida que crece la inflación (el famoso impuesto inflacionario). En contrapartida, los impuestos ligados al comercio exterior, las retenciones y los derechos de importación, se derrumbaron 50%. El mayor proteccionismo mundial y la caída en los precios de los commodities afectó la caja del Tesoro, a pesar de que la soja le dio en las últimas semanas algún respiro con una suba hasta los u$s 400 la tonelada.
Para abril se esperan recursos por encima de los $ 20.000 millones, pero no alcanzarán para cumplir la meta presupuestada. Por primer vez en la era K, los ingresos obtenidos son menores a los proyectados. Los caminos para cerrar la brecha se acotan entonces a bajar el gasto o elevar la presión tributaria con más impuestos.
Claudia Ortiz, de la consultora Horwath Argentina, opinó que la medida también tiene un “propósito extrafiscal toda vez que se redireccionaría la demanda a bienes que se producen en Tierra del Fuego los cuales gozan de los beneficios otorgados por el Decreto 252/2009 que establecen importantes reducciones de alícuotas de impuestos internos, además de los fines recaudatorios”.
Esa norma redujo a menos del 40% de la tasa general los Impuestos Internos que pagan los productos eléctricos y electrónicos producidos en Tierra del Fuego, y también les otorgo beneficios en el IVA.
“Esto tendrá un efecto directo sobre los precios de los productos sobre todo en aquellos con demandas importantes como es el caso de los teléfonos celulares los cuales parecen tener una demanda inelástica”, añadió Ortiz.