Para fomentar el consumo, la mayoría de las empresas sacrificó rentabilidad durante el verano lanzando ofertas que repetirán a partir de los meses de bajas temperaturas Las empresas de indumentaria aguardan un invierno frío. No en términos climáticos, lo cual alentaría las ventas, sino en el consumo. Ya sintieron el impacto de la crisis durante las ventas del verano, cuando promociones y rebajas comenzaron antes de las oficialmente llamadas liquidaciones, en un intento por deshacerse de stock. Igualmente, el verano terminó tibio, con ventas similares o hasta 10% menores en volumen que la temporada anterior, y con una consecuente pérdida de rentabilidad, al trasladar sólo parte de los mayores costos al público. Algunas primeras marcas aseguran que esas pérdidas llegaron al 25%, y advierten que el invierno no será mejor.
“La gente empezó el año pasado a actuar de manera más racional, buscando promociones que mejoren su presupuesto y acortando gastos. La crisis profundizó un cambio de hábito de consumo que había comenzado con el conflicto del campo. Y esa conducta no creemos que cambie en el invierno, porque no se esperan modificaciones en lo macroeconómico”, explicó Álvaro Pérez Esquivel, gerente de Marketing de las marcas Portsaid y Desiderata.
Por eso, aseguran que volverán a hacer un esfuerzo para absorber parte de las subas de costos, y evitar así cualquier impacto que afecte más a las ventas. Aseguran que, a lo sumo, aumentarán hasta 15% los valores.
“La gente va a seguir retrayendo su consumo. Por eso no trasladaremos las subas en los costos a los precios, que serán casi iguales que el invierno pasado. Sólo en algunas prendas, los ajustes llegarán al 10% o 15%, pero no más”, dice Rafael Romano, gerente Comercial de Prototype.
Este menor ajuste, aseguran, también impactará en la rentabilidad, ya que las empresas comentan que los costos se incrementaron de 20% a 30% este año. Pero las pérdidas podrían ser incluso mayores si comienzan las rebajas tempranamente. Marcas como Giesso, Desiderata, Prototype o Portsaid, entre otras, prevén comercializar lo mismo o un 10% menos que en el invierno pasado, cuando las ventas ya no habían sido buenas, afectadas por la crisis de expectativas post conflicto entre Gobierno y campo y un clima poco frío, que dejó prendas de abrigo en stock.
Usuarios acostumbrados
Para no quedar
se con mucha mercadería en inventario o tener que salir a ofrecerlas a bajos precios, con la consecuente mayor pérdida de margen, muchas empresas ajustaron sus previsiones y fabricaron de 10% a 20% menos.
La fecha de inicio de las promociones será un eje central de la temporada. Las marcas explican que no fue una guerra entre empresas, sino que fueron los bancos y los centros comerciales los que dieron el puntapié inicial a las promociones, en plena temporada alta de verano, antes de las Fiestas, cuando tradicionalmente solían comenzar en enero.
“Cuando son los shopping los que hacen promociones, uno debe adherirse. Pero eso también impacta en locales a la calle, porque uno como marca no puede beneficiar sólo a los clientes que compran en sucursales en centros comerciales y dejar afuera a los demás. Por eso, tuvimos que replicar las rebajas en todos los locales”, explicó Romano.
“El problema es que la gente se acostumbra después a comprar todo en promoción. Y si bien el día con descuento se vende muy bien, es en desmedro del resto de los días, porque el consumidor espera hasta la oferta”, advirtió Pérez Esquivel.
En cambio, Ana María Giesso, vicepresidenta de Giesso, opinó que “como se vende mucho más por promociones, el descuento no afecta tanto. Lo importante es que se venda”.
Las promociones de los grandes bancos son costeadas por las marcas, mientras que la entidad se hace cargo de la publicidad. Sólo bancos con carteras más pequeñas ofrecen costear parte de las rebajas.
Algunas marcas comenzaron a hablar informalmente entre ellas sobre el tema, porque les preocupa. “Cuando la temporada está terminando y hay stock sobrante, es lógico aceptar una promoción. Pero cuando recién se inicia, ¿tiene sentido? Estamos comenzando a hablar entre nosotros para ver qué hacemos al respecto, porque las rebajas constantes y desde el inicio no favorecen a nadie”, comentó Pérez Esquivel.
Habrá que esperar al invierno. Si las liquidaciones podrán esperar hasta después del Día del Padre, en junio, o empiezan antes para alentar las ventas en esa fecha, las mayores durante la época de frío.
Fuente: El Cronista