Al conocerse la propuesta de establecer un Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones, desde las usinas del kirchnerismo salieron una serie de eslóganes que inundaron el país con el objetivo claro de abortar la llegada de grandes emprendimientos, ya que sostienen un gobierno y desarrollan un país. Sin apego a la verdad, se trató de expertos en asustar comenzaron a operar: “La Patria está en Peligro”.
Curiosamente a nadie sorprendió su propagación instantánea a lo largo y ancho del país por parte de legisladores, sindicalistas, empresarios nostálgicos, líderes sociales, unidos tras un propósito oculto: Ley Bases y Reforma Fiscal se abortarán y este gobierno estallará.
“Benefician a capitales extranjeros”, “se destruye la industria nacional”, “las pymes no aguantarán”, “atenta contra el federalismo”, “limita las facultades fiscales de provincias y municipios”, “concede privilegios de comercio exterior”, “no estimula el agregado de valor”, “brinda excesivos beneficios fiscales”, “están entregando el país”, fueron frases lanzadas como parte de una orden que dio letra al populismo en un intento de malograr ambas iniciativas en el Congreso Nacional.
En una desesperada búsqueda de votos, el senador vocero de la ex -presidente disparó una farsa más: “El RIGI en Chubut derogará la ley provincial 5.001 que prohíbe la minería a cielo abierto en esa provincia”.
No es el propósito de esta nota rebatir esas falacias, ya lo hicieron algunos legisladores cuando aprobaron ambas leyes. Sí en cambio quiero destacar lo contradictorio del Gobierno Nacional en consentir que se arruine una herramienta pensada para atraer grandes inversiones, construir infraestructuras en territorios abandonados, y que el cobre en cinco o seis años empiece a exportar.
A un senador de Santa Cruz se le ocurrió en la redacción de la Ley de Reforma Fiscal incluir un artículo modificando el 22 de la Ley de Inversiones Mineras, aumentando las regalías mineras ad-valorem, es decir sobre el precio de venta, de 3% actual a 5%. Sin dudas confundió minería con hidrocarburos. Los costos operacionales para obtener las materias primas de exportación: cobre y petróleo convencional, no tienen ningún punto de comparación.
Se dejaba translucir que el voto del senador y de las senadora santacruceña eran indispensables para llegar al quorum y aprobar las leyes. Sin embargo, en los registros de la sesión ambos no dieron quorum y una vez logrado el mismo bajaron de sus despachos, se sentaron en sus bancas y votaron en contra de la propuesta oficial. Extraña muñeca política de los promocionados operadores del presidente Milei.
El valor de una materia prima es algo que no se puede manejar. Entre 2014 y 2018 la mitad de las minas del trasandino primer productor mundial de cobre no tuvieron renta, las regalías progresivas y móviles que instituyen para alta y baja renta de las regalías fue determinante para que no cerraran su operación. ¿Es tan difícil comprenderlo, no llevarse puesto al sentido común?
Que a un concentrado de cobre le quieran cobrar regalías, haya o no renta, 5% del valor de las exportaciones, es en principio una ingenuidad. Los capitales no vendrán aunque tengamos RIGI. Los miles de puestos de trabajos y pymes argentinas seguirán siendo un dibujo, una ilusión.
Lejos de ser una decisión apresurada, el RIGI otorga previsibilidades en materia fiscal, tributaria y aduanera durante largo tiempo. No es otra cosa que decretar seguridad jurídica y lograr establecer una carga tributaria similar a las que existen en los países que abastecen de cobre a la demanda global.
Extremos de competitividad
Una publicación del Banco Mundial de 2022 destaca que una carga tributaria para el cobre superior a 44% resulta confiscatoria (Capstone Copper, análisis del aumento de la regalía en Chile). Ubica a EE.UU. como el país más competitivo con una tasa de 30,9% y en el otro extremo, el peor, Argentina, con una tasa efectiva del 51,1 por ciento.
Esta es una de las razones por las que yacimientos que se conocen desde hace más de 60 años no entraron en producción. Las regalías ad-valorem son regresivas al tener mayor impacto en mineras con costos más altos. Mantiene un impuesto a las ventas sin considerar adecuadamente el ciclo de precios y costos, lo que significaría tener que pagar gravámenes aun teniendo pérdidas.
Una publicación del Banco Mundial de 2022 destaca que una carga tributaria para el cobre superior a 44% resulta confiscatoria
La Argentina no es el único país que tiene cobre, sí el único que no lo aprovecha. La demanda de cobre proyectada en función del Acuerdo de París desafía a los proveedores actuales y empiezan a vislumbrarse importantes nuevos protagonistas. Zambia el noveno productor global con 800.000 tn anuales, de la mano de la inversión privada se plantea ocupar el segundo puesto con 3 millones para el 2032. ¿Se perderá también esta oportunidad?
Como enseñó Aldous Huxley “La realidad no se puede ignorar, excepto que se pague un precio; y cuanto más persista la ignorancia, tanto más caro y terrible se vuelve el precio que se debe pagar”; la mitad de los argentinos pobres es el costo que estamos pagando por habernos negado a aprovechar con inteligencia nuestra riqueza mineral.
Tal vez fue que los plazos necesarios para poder llegar a concretar una producción metalífera son muchos más extensos que el de una presidencia o una gobernación. O una extraña amalgama de egos y desconocimientos donde no existen espacios para la humildad.
El kirchnerismo apuntó contra el RIGI por miedo a que de la mano de las inversiones el país se empiece a enderezar. Desde el Poder Ejecutivo los acompañaron, aumentando el costo argentino y lesionando la imprescindible competitividad.
El autor es Ex subsecretario de Minería, Miembro del Grupo Sarmiento
Fuente: Infobae