Esperan encontrar una salida al problema generado por la decisión de China de suspender la compra del aceite de soja local, en reclamo por los controles antidumping a los que somete sus productos la Argentina para proteger su industria.
Los productores de soja confían en hallar una solución a las medidas que podría implementar China sobre las millonarias exportaciones argentinas de aceite de soja, luego que la cancillería argentina expresase su malestar por las potenciales medidas que adoptaría el país asiático y citase al embajador chino ante Buenos Aires, Zeng Gang. Pero la Argentina también ha venido imponiendo medidas de restricción comercial a productos industriales chinos (sobre todo textiles, calzados y electrónicos) para proteger su industria.
Ese sería el principal motivo que empujó a Pekín a aplicar una vieja norma de calidad al aceite de soja de origen argentino, que lo dejaría fuera de su principal mercado, la cual no ha sido comunicada de manera oficial sino a través de voceros empresarios, que recibieron del Ministerio de Comercio chino la instrucción de dejar de comprar el aceite argentino.
Hacia fines de la semana pasada, en efecto, una dependencia del Ministerio de Comercio de China realizó una llamada a operadores de comercio exterior para que no compren aceite de soja proveniente de Argentina, dijo uno de los agentes que asistió a ese encuentro.
El agente citó a funcionarios presentes en una reunión de la Cámara de Comercio para Importación y Exportación de Productos Alimenticios, dependiente del Ministerio de Comercio chino, diciendo que la medida era parte de una disputa comercial más amplia. En los próximos quince días, una serie de buques cargueros tenían programada la carga de unas 250.000 toneladas de aceite de soja, la mayoría con destino al lejano país asiático.
La poderosa industria sojera local, que planeaba vender ese producto a China en 2010 por casi 2.000 millones de dólares, está pendiente de una rápida solución de este diferendo pues necesita deshacerse rápidamente de sus stocks en momentos en que la Argentina está cosechando un volumen récord de la oleaginosa.
"Se espera una solución"
El vicepresidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (ACSOJA), Miguel Calvo, instó a las autoridades a mantener una negociación rápida y efectiva, y así evitar males mayores. Pero desdramatizó el conflicto y desechó que China pueda dejar de comprar de manera automática 1,5 millón de toneladas de aceite de soja que habitualmente adquiere de la Argentina. "En el mundo no hay quien le pueda suplir de la mañana a la noche ese volumen", indicó.
Calvo dijo en declaraciones radiofónicas que "siempre se espera encontrar una solución", y sostuvo que la medida china sería una discriminación hacia la Argentina, puesto que se trataría de normas que no son exigidas a todo el mundo.
De adoptar China las medidas restrictivas anunciadas, éstas golpearían con fuerza las ventas externas de Argentina, que en 2009 exportó al gigante asiático 1,84 millones de toneladas de aceite de soja por un valor de 1.400 millones de dólares, un 77 por ciento de las importaciones totales de China.
Pero Calvo estimó que el gigante asiático no conseguirá en lo inmediato un país que supla esa demanda y que no podrá dejar de comprar soja argentina.
Sectores opositores citados este lunes por la prensa opinaron, por su parte, que la suspensión hace un mes de la visita de la presidenta Cristina Kirchner a China agravó el malestar con la Argentina de la potencia más poblada del mundo.
Con este panorama a la vista y mientras la cosecha de soja se acelera, se observa estos días un verdadero boom de ventas de "silos bolsas" para granos, de 60 metros de largo y con capacidad para unas 200 toneladas, que los productores usan para guardar la cosecha a campo. A raíz de este masivo fenómeno, se estima que se van a almacenar con esta técnica entre 40 y 45 millones de toneladas, una cifra récord ya que constituye casi el 45% de la cosecha de todos los granos en la Argentina.








