Como parte de un estudio académico, cuatro argentinos, Martín Cordasco (40), Ulises Mickelsen (40), Ariel Ismirlian (36) y Santiago Badran (45) comenzaron a investigar uno de los problemas más grandes y poco difundidos a nivel mundial, que es la pérdida y desperdicio de alimentos durante la cosecha y distribución posterior. A raíz de este trabajo, el equipo emprendedor comenzó a investigar cómo el uso de diversas tecnologías, como IoT (Internet of Things), nanosatélites, blockchain; inteligencia artificial o análisis de datos, entre otras, podían ayudar a resolver esta problemática.
Según explican, en la actualidad se estima que 1200 millones de toneladas de alimentos se pierden durante y después de la cosecha por varios factores como errores en el transporte o malas condiciones de almacenamiento, así como situaciones climáticas adversas.
Wiagro surgió con el objetivo de minimizar la pérdida y desperdicios de alimentos, y desarrolló una plataforma digital pensada para el proceso de postcosecha, que conecta a todos los activos y actores del ecosistema del agro, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren. El desarrollo tiene el fin de controlar la calidad y conservación de los cereales, evitando pérdidas por problemas de almacenamiento y dando la posibilidad de acceder a herramientas adicionales como la del blockchain, que permite garantizar la trazabilidad y transparencia de los datos.
“La solución genera un impacto positivo en la cadena de valor del productor agropecuario, específicamente en el proceso de postcosecha o almacenaje, porque además de reducir las pérdidas y el riesgo, minimiza los costos operativos del control y monitoreo”, explica Martín Cordasco, CEO de Wiagro.
Hace unas semanas el fondo de inversión Kamay Ventures anunció una nueva inversión en la empresa. “El fondo vuelve a pensar en proyectos relacionados con Agtech; también sostenemos que para impulsar el desarrollo de la agroindustria dentro de la región es imprescindible optimizar los recursos. Para poder concretar esta visión es que decidimos apostar por emprendimientos que se enfoquen en brindar respuestas concretas a los problemas que hoy siguen vigentes”, señala Gabriela Ruggeri, Managing Partner de Kamay Ventures. Si bien Wiagro posee operaciones en Argentina, Brasil y Australia, esperan que, tras esta inversión puedan instalarse en Paraguay, Ucrania, Rusia, Rumania y EE.UU.
Para minimizar las pérdidas, la compañía ofrece tres servicios: el monitoreo de las silo bolsas, el de los granos que se transportan en barcazas y el de asesorías y desarrollo personalizado a medida de las necesidades de los productores. Los dos primeros son los productos estrella de Wiagro, debido a que mediante el uso de sensores permiten al productor acceder en tiempo real a la localización de los granos y realizar un seguimiento de diferentes parámetros como la temperatura, la humedad, el dióxido de carbono presente en el silo, entre otros. Si algunas de estas variables se ven alteradas, el sistema envía una notificación inmediata, ya sea por mail, o por la aplicación Telegram.
Asimismo, otra de las herramientas que utiliza la empresa es la de blockchain; sus fundadores sostienen que su uso está basado en las virtudes que ofrece, principalmente la inmutabilidad, veracidad y perpetuidad de los datos almacenados. En esta línea, aporta una red segura en donde la información está encriptada y se encuentra descentralizada en diferentes computadoras.
Wiagro tiene un modelo de negocio en el cual los dispositivos son adquiridos por el productor para el control de calidad de los cultivos -sin importar si es soja, maíz, trigo o cebada- en diferentes medios de almacenamiento. Actualmente trabajan con silo bolsas, pero buscan incorporar silos verticales, silos celda, silos australianos, entre otros. Además, cuentan con una plataforma en formato SaaS (Software as a Service, por sus siglas en inglés) para lo relacionado a los diversos servicios como la visualización, el monitoreo, los contratos inteligentes (smart contracts), entre otros.
“Por otro lado, tenemos planificado para los próximos años, no sólo el desarrollo de nuevas soluciones para poder monitorear y controlar la calidad de otros tipos de alimentos como el arroz, el cacao y el café; sino también darle al cliente la posibilidad de hacer el seguimiento en diferentes medios de transporte como trenes, camiones y barcos transatlánticos”, apunta Cordasco.
Por: Leandro Africano
Fuente: La Nación