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Ventas de garaje, una modalidad que crece

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Así como las ferias americanas, fueron ganado un espacio en el espectro del comercio y hoy lejos de estar prohibidas cuentan con clientela surtida y para todos los gustos, con una tendencia similar las ventas de garaje se van extendiendo y siendo parte del paisaje.


Los fines de semana, por lo tanto es habitual, encontrar en veredas de distintos barrios, las pizarras anunciando “hoy venta de garaje”.
Ya en Salta se van conociendo los lugares donde surgen, y los clientes se acostumbran a buscar “gangas” tanto en vecindarios de zonas residenciales como Tres Cerritos, en San Luis, y barrios que cubren los cuatro puntos cardinales.
“En estas ventas uno puede encontrar de todo, tengo varios años que casi todos los fines de semana voy a comprar algo, es emocionante salir en la mañana y no saber lo que habrá en venta”, dijo una clienta que ingresaba sobre calle Los Paraísos a un garaje que tenía desde electrodomésticos, juguetes, ropas, zapatos y carteras, entre cientos de productos.
Tanto para vendedores como compradores, hay quienes lo hacen por diversión, otros por necesidad y algunos para ayudarse un poco, lo cierto es que las ventas de garaje van ganado un espacio en los comercios, o saladitas, o ferias americanas, o compra-venta.
“Para mí no es por negocio, puse la venta porque en la casa teníamos muchas cosas que ya no se usan y sólo ocupan espacio”, aclaró quien atendía uno de los locales que abre sus puertas solo los fines de semana y generalmente una vez al mes.
La tradición, es un paisaje que se conocía en Estados Unidos, donde una familia que quería renovar sus artículos hogareños, o había dejado de usarlos, los sacaba al jardín con precios puestos en grandes números y atendidos por los padres y los hijos, los ofrecían a sus vecinos generalmente.
Lo que conocemos en nuestra tierras, tienen su característica propia ya que lejos de presentar solo los artículos familiares, se advierten grandes cajas con cientos de carteras, o percheros, con camperas de todos los tamaños y colores, mas relacionados con productos de las ferias americanas. Reconociendo, algunos de sus dueños, que si efectivamente van a las ferias, compran y revenden.
“A mí me encantan estas ventas porque uno puede encontrar artículos que muchas veces no hay en una tienda, cosas que se descontinuaron o simplemente que están muy caras”, dijo emocionada una mujer madura, mientras buscaba “gangas” en una mesa.
Aseguró que en las ventas de garaje ha encontrado adornos para su casa que en una tienda cuestan mas de 100 pesos y ella pagó menos de 40
En un recorrido realizado por Dossier Empresario, en alguno de estos garages, se constató que se pueden encontrar heladeras de marcas con freezer por 1.000 pesos, con garantía inclusive por tres meses, camisas por 20 pesos, carteras de cuero, con buena presentación por 400 pesos.

Que dicen los comerciantes
Consultados comerciantes que ejercen el comercio legal, tributando y con empleados, a la calle dijeron
“Nosotros no nos oponemos a que Doña Rosa le venda su saco usado a la vecina o que el estudiante pueda tener alguna actividad como para pagarse el viaje de egresados, pero el problema es que esto no termina en el garaje esta modalidad, ya que también se pueden ver cosas nuevas, como ya está sucediendo y lamentablemente el perjudicado va a ser el que trata de hacer las cosas bien”, señalaron Patricia y Gustavo.
Proponen que los que vayan a realizar esta actividad en una casa, soliciten antes la habilitación ante la Municipalidad para realizarlo solo los domingos, una vez al mes, de 9 a 20 horas. La característica de los productos que se venderían deberían ser “usados” y que correspondan a la propiedad del que esté al frente de esa feria.
El año anterior se trató esta situación en Resistencia, Cahco donde se buscó la posibilidad de conseguir un proyecto municipal que prohiba “la venta y consumo de bebidas alcohólicas, de productos alterados, contaminados, falsificados, la de venta de combustibles, armas de fuego, de medicamentos; la fijación de publicidad en la vía pública, etcétera”.
Entre las faltas que tendrá el que infringiera esta norma se detalla “que tendrá una multa equivalente de 100 a 500 litros de nafta súper”.

Ventajas de la informalidad
Los comerciantes señalan que para aquellos que no pagan impuestos municipales, provinciales ni nacionales este tipo de actividad los colocan en una posición ventajosa comparada a los que sí lo hacen. “Además el pequeño y mediano comerciante que nosotros representamos se encuentra por arriba con la competencia de las grandes superficies y las grandes cadenas multinacionales, que con la tecnología avanzaron en el país”.
Así se puede ver que la venta ilegal nunca termina, cada vez hay más puestos, lo mismo pasa con las parrillas, que cada vez se agrandan más y no se hace nada, conocida son estos comercios que pululan al costado de las rutas nacionales y provinciales.
En este sentido existe una clasificación casi de manual de estas modalidades novedosas de ventas fuera del sistema de tickets y facturas:
Saladitas itinerantes: vendedores ilegales que se instalan en lugares para fechas y eventos especiales.
Saladitas en ferias artesanales: se instalan junto a las tradicionales ferias artesanales, revenden su mercadería comprada en La Salada o de dudosa procedencia. Se descubrieron casos en Capilla del Monte, Córdoba, La Plata y en Neuquén.
Saladitas garaje: puestos en “garaje” de casa de familia, donde no se vende lo propio sino lo “americano o de la frontera”
Saladitas disfrazadas de comercios: Desde afuera suelen parecer locales comerciales pero en su interior son saladitas, puesteros revendiendo mercadería adquirida en “saladas”.
Saladitas delivery: vendedores recorren los domicilios, oficinas públicas y empresas con bolsos ofreciendo productos comprados en ferias americanas, o las traen en tours de compras desde Buenos Aires, o desde la frontera con Bolivia.
Usted eligue.


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