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Un viaje al pasado, la propuesta de una imprenta tipográfica en Salta

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La era de la tecnología y la digitalización ya forman parte de nuestras vidas, sin embargo aún quedan lugares y emprendedores que dan valor a aquello que hoy muchas veces pasa desapercibido. Candelaria Cornejo nos invita a un recorrido por Imprenta Boutique.

Anclada en su casa cuenta con cuatro máquinas con las que realiza tarjetería, álbumes de fotos tradicionales, invitaciones y muchas cosas más. Todo nació como un hobbie, la posibilidad de hacer recuerdos para sus amigos y parientes, pero hoy se convirtió en un negocio que paradójicamente nunca invirtió en publicidad.

Candelaria recibió a un equipo de Dossier Web en su casa donde funciona Imprenta Boutique, en el espacio reina la calidez, el buen gusto y se pueden apreciar sus cuatro imprentas, dos de ellas tienen nombre, Victoria, la primera en llegar a sus manos y Albert la última.

Rodeados de historia, de tarjetas hechas con papel 100% de pulpa de algodón que ella misma confecciona, nos cuenta que tiene 48 años, está casa y es mamá de tres mujercitas; contadora de profesión hace cinco años descubrió su pasión por la imprenta y hoy se reparte entre su trabajo formal en un colegio y este emprendimiento que ha crecido significativamente.

¿Cómo nació Imprenta Boutique?
Esta imprenta es un viaje al pasado, se llama tipográfica porque usa tipos móviles y para hacer una impresión tenemos que componer letra por letra y se compone al revés, al principio cuesta adaptarse, es cambiar la estructura mental, de hecho me equivoqué varias veces hasta que aprendí.
Todo surgió durante un viaje con una de mis grandes amigas, cuando volvimos imprimí las fotos, pero no tenía en dónde guardarlas por lo que decidí hacer un álbum bien casero, mirando videos en YouTube y se lo regalé, en ese momento me pareció una buena idea hacer álbumes para que la gente vuelva a imprimir sus fotos y las pegue de forma tradicional.

Encontré en Buenos Aires cursos de encuadernación del estilo que me interesaba así que viajé e hice varios para ir aprendiendo, así comenzó siempre haciéndolos para regalárselo a alguien en particular, familia y amigos realmente esto inició como un hobbie. Pero cuando los veían les gustaron y me los comenzaron a pedir, así que así inicié, todo era muy sencillo.

¿En qué momento decidiste crear la imprenta?
Bueno, cuando tenía bien aceitado todo lo relacionado a encuadernación vi que muchos personalizaban las tapas y me pregunté cómo lo hacían. Investigando me dijeron que se hacían con máquinas antiguas.
Desde ese momento comenzó un recorrido que solo me ha traído felicidad, averigüé en internet de qué se trataba y me llamó mucho la atención entonces llamé a mi papá para preguntarle si conocía a alguien que haya tenido una imprenta, él me ayudó a contactar a uno y así compré mi primera imprenta, vino con nombre y todo, se llama “Victoria” es una máquina alemana.

No sabía ni cómo usarla pero estaba feliz, mi marido siempre me apoyó y me ayudó incluso a traerla porque es pesadísima. La persona que me la vendió me contactó con un señor que tenía como 90 años que fue quien me enseñó a usarla, él había trabajado toda su vida en una imprenta del Colegio Salesiano. Lo iba a buscar y me enseñó a usarla durante un mes.
Yo tenía tanta ansiedad que muchas veces lo hice sola. Tuve la oportunidad de viajar a Estados Unidos, fui a la Universidad de San Petersburgo y ahí un profesor me enseñó muchas cosas como para ultimar detalles. En ese momento me largué, inicié con cosas muy sencillas.

¿Cómo hiciste para lograr encontrar toda la variedad de tipografía que hoy tenés?
Fue todo un trabajo, comencé a preguntar por todas las imprentas que encontré en Salta si tenían material, logré comprar toda la tipografía, es una reliquia y se la necesita completa, las minúsculas, mayúsculas, letras acentuadas, números, los signos de puntuación, para poder trabajar, hoy la tengo perfectamente ordenada en un lindísimo mueble que traje de Buenos Aires especialmente pensado para guardarlas.

¿Entiendo que una cosa lleva a la otra, cómo fue el proceso de seleccionar el papel ideal?
En esta experiencia descubrí el mundo del papel, y tomé cursos para aprender a hacer el papel de algodón, que es el que mejor se adapta a esta imprenta, el que hago es de pulpa 100% de algodón, la materia prima la compro en Santa Fe y lo preparo a través de distintos procesos.
Hoy también estoy experimentando en colores, porque más que nada trabajo con blanco, pero estoy aprendiendo a teñirlo para llegar a los tonos que estoy buscando. Para mi mientras más simple, es mejor.

¿Cómo promocionas tu trabajo?
Es un poco insólito lo que te voy a decir, pero nunca hice propaganda, todo se dio de forma muy natural, y fue gracias a la recomendación de mi familia y amigos, así llegaron los clientes.
Pienso que en otra vida tal vez fui tipógrafa, me encanta todo esto, el orden que requiere, la prolijidad, todo debe quedar equilibrado. Esto fue creciendo de a poco ahora tengo las máquinas, los muebles. Pudo pasar horas en el taller creando, armando y proyectando.

Si bien tu forma de trabajo es tradicional y artesanal ¿cómo te llevas con la tecnología dentro de este emprendimiento?
Sin dudas es necesaria, hoy trabajo con diseñadoras gráficas porque me ayudan a hacer diseños, porque con un proceso químico que se llama fotopolímeros puedo hacer mis propias matrices, compré las máquinas, pero necesito tener en un programa de diseño los gráficos y para ello me ayudan las diseñadoras.

Lo que armo con su ayuda son sellos para mejorar los diseños de las tarjetas, siempre siguiendo la misma línea de estilo que tengo. Actualmente trabajo en las cuatro máquinas que pude comprar, todas cumplen la misma función lo que varía es el tamaño de lo que puedo hacer.

Finalizando el recorrido Candelaria reflexiona, “uno puede hacer todo lo que se proponga, es cuestión de ganas, hay que tener la actitud. Todos tenemos una habilidad”.

Dossier Web


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