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Tras el conflicto entre campo y Gobierno, habrá más soja sembrada que nunca

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Por primera vez en la historia, la pelea por las retenciones móviles y las trabas oficiales a las exportaciones de cereales volcaron a los productores de manera masiva a la oleaginosa

Si el Gobierno verdaderamente quería luchar contra la sojización del país, como dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la pelea por las retenciones móviles, le salió el tiro por la culata. Todo indica que la actual campaña agrícola marcará un hito en la producción de granos de la Argentina: como nunca en la historia, la superficie sembrada con soja rozará el 60% del total cultivado, lo que encontrará un correlato en la producción granos.

No se trata de que se expandió la frontera agrícola y el yuyo creció más que sus competidores, no. Mientras los chacareros están sentados sobre unos u$s 3.000 millones que tienen guardados en los silobolsas a la espera de precios mejores, y plantando toda la soja de segunda que pueden, las estimaciones agrícolas calculan que la producción de soja crecerá más de 7% respecto de la campaña previa, en tanto que el total de granos caerá en unos 10 millones de toneladas (alrededor de 10%), con un retroceso estrepitoso de los demás cultivos relevantes: trigo, maíz y girasol.

Estrepitoso, de acuerdo con estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, es:

1) Que el área cosechable de trigo es de 4,2 millones de hectáreas, un 20,7% menor que los 5,3 millones levantados en la campaña 07/08. Más allá de los cierres de los registros de exportación, que dejaron a los productores sin otro cliente que los molinos harineros en varias ocasiones, y de los precios absolutamente desfasados del comercio internacional, en este cultivo la sequía jugó una mala pasada. A ella se atribuye la pérdida de 450.000 hectáreas del cultivo. No obstante, cabe notar que, incluyéndolas en lo plantado, el área de todos modos era 12% inferior a la del año pasado.

2) Que la superficie que se sembrará con maíz –el otro de los cultivos que cayó en manos de las vedas a la exportación– es de 2,6 millones de hectáreas, un 18,7% menos que los 3,2 millones cultivados en 2007/08.

3) Que el área a implantar esta campaña con girasol será 20,7% inferior a la del año pasado, esto es, 2,1 millones de hectáreas contra las 2,7 millones de la campaña previa.

En tanto, según la Bolsa de Cereales, se sembrarán con soja 18,2 millones de hectáreas, un 7,6% más que los 16,9 millones plantados la campaña anterior.

Si estas proyecciones se cumplen, tendrán un impacto severísimo en la producción. Mientras que diversas estimaciones apuntan que la cosecha de trigo será de entre 9,5 y 9,7 millones de toneladas, la Secretaría de Agricultura prevé, en su estimación mensual más reciente (del 17 de diciembre) que se levantarán 9 millones de toneladas del cereal. Si la cartera a cargo de Carlos Cheppi está en lo cierto, se recolectará un 45% menos que los 16,3 millones de toneladas de la campaña pasada. Esto es más que todo el trigo que se consume en la Argentina, e implicará una reducción del saldo exportable del país (que supo ser el cuarto exportador mundial del cereal) de cerca del 70%.

En cuanto al maíz, las más de 600.000 hectáreas menos sembradas se traducirían en unos 5 millones de toneladas menos del cereal, 20% menos que el año pasado. En cuanto al girasol, las mismas hectáreas perdidas derivarán en algo más de 1 millón de toneladas menos de esta oleaginosa que produce el tipo de aceite más consumido en el país, de la que la campaña anterior se recolectaron 4,65 millones de toneladas.

La campaña Echegaray

Recién en los últimos dos años la soja rodeó la mitad de la superficie y de la producción granaria del país. El hecho de que ahora su relación con todo el resto de los granos se acerque a 60/40, con una cosecha que arañará los 50 millones de toneladas de los alrededor de 86 millones totales previstos, es motivo de preocupación.

“Estamos llegando al 60/40 tan temido, con los evidentes problemas de rotación que implica”, le dijo a El Cronista Jorge Ingaramo, economista y asesor de Asagir. “Lo ideal sería que la relación soja/maíz no pase de 4 a 1”, agregó.

Para el analista, el ciclo actual será recordado como “la campaña de (el flamante ex titular de la ONCCA Ricardo) Echegaray o el emporio del desaguisado”. Es que, sin poder aprovechar los precios inflados de los granos de la primera mitad larga de 2008 por los cierres a la exportación dictados por el organismo, y sin poder defenderse de los también inflados precios de los insumos, los productores optaron por la soja, que requiere menos cuidados, menos costos y prácticamente no se consume en el país, por tanto, nadie impide exportarla.

Fuente: El Cronista 

 


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