El sueño de compartir buen gusto y buscar una salida para las habilidades llevó a que Tierra Azul se concrete y se afiance a través de Internet.
“Rochi” Cornejo y Verónica Aranda comenzaron años atrás juntándose en una hermosa galería ambientada country, para diseñar y poner algo distintivo a cada espacio de sus casas, así se encontraron poniendo un sello que de boca en boca, estuvo presente en otras familias.
“Eso nos llevó a que nos establezcamos de manera más formal, con un taller con pinturas diferentes, materiales, en fin buscando ampliar el espectro de posibilidades, para dar a cada artículo una distinción, queremos que cada quien tenga algo exclusivo”, dijo Verónica.
Macetas de todos los tamaños, packaging para botellas, identificadores con nombres para cuartos de niños, con letras en relieve, personalizar elementos como guitarras, sillas, bancos, muebles de distintos espacios, paneros, porta collares, porta anillos… un sinnúmero de artículos que no solo son los que cuentan sino además los que reciclan por pedido.
Rosario es quien tomó la actividad como un mimo para el alma, donde como en toda sociedad, uno tiene aptitud y actitud comercial, Verónica en este caso, y Rosario sueña.
“Rochi es la encargada de traer todas las técnicas que se usan, y buscar siempre lo nuevo , lo que se usa, lo que gusta, yo trato de recorrer y visitar a las y los clientes”, dijo Verónica, es a quien se le ocurrió el nombre, pensando en un país de ilusión y concrecion.
Por supuesto miran y están atentas a los nuevos materiales, a las nuevas metodologías, pero sobre todo a lo que piden los clientes, para ese espacio particular y muchas veces muy querido.
Siempre hay una habilidad una expresión que busca afianzarse en preferencia y en este caso para Verónica comenzó cuando llegaba desde Córdoba a compartir días con una prima, María Eugenia Wayar, artista plástica, “ella me hizo ver los colores desde su interior y eso permite una mirada diferente”.
Ese interés hoy llegó a Los Alpes italianos con packaging para botellas, para darles una distinción a un vino. “Un día vimos que uno puede comprar un vino de un precio alto y resulta que te dan una bolsa plástica como envoltura, lo que nos hizo pensar en que debía haber una posibilidad de darle estilo y así surgió la idea”, recordó Rosario.
Trabajan maderas, cerámicos, venecitas, lámparas, muebles… que no se queden quietos los maridos porque los recicamos, dijo Verónica. Así también llegan con técnicas mixtas de vitraux ,falsovitraux, decoupage, acrílico, teniendo en cuenta el reciclado.