Golpeado como pocos por la irrupción del coronavirus, el turismo se prepara para enfrentar una temporada de verano con protocolos, cambios y tendencias que hace un año ni siquiera imaginaba: con una facturación total que será apenas un poco más de la mitad de los $250.000 millones que arrojó el promedio de los últimos cuatro años, se nutrirá de un tipo distinto de clientes, dará mayor relevancia a los espacios al aire libre, extremará las medidas de seguridad y adoptará con mayor velocidad distintas tecnologías.
Luego de meses de inactividad, el sector está muy resentido y no vislumbra una mejora importante hasta 2023. En lo inmediato, se estima que el turismo que se moverá será el regional y el local, y que los viajeros serán principalmente jóvenes, un público que, en muchos casos, no será tan gastador como el de franjas de edades más altas. El segmento de la tercera edad, que en los últimos tiempos se había convertido en la estrella del rubro, quedará en esta temporada reducido a su mínima expresión, porque está integrado por personas de riesgo que viajarán menos.
En ese contexto, hoteles, agencias de viajes y aerolíneas se preparan para el desafío y toman las medidas necesarias para poder cumplir con lo que se les exige desde el Estado. Uno de los mayores problemas en el plano local, dice Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), es que no hay un panorama homogéneo en las provincias ya que, según el caso, exigen requisitos distintos para el ingreso a su territorio. “Eso desalienta al turista”, afirma el directivo.
El Estado nacional trabaja a partir del Consejo Interministerial para la Reapertura del Turismo (integrado por los ministerios de Turismo, Seguridad, Transporte, Salud y Obras Públicas, y por las secretarías de Innovación y Comunicación Pública), en 18 centros sanitarios modulares en los 18 centros turísticos más importantes del país. El programa incluye la instrumentación del Plan Detectar en los destinos más concurridos, la formación de promotores turísticos para que el Estado esté en la calle haciendo cumplir los protocolos, y una campaña masiva en los medios para concientizar a las personas.
Ya hay aprobados 12 protocolos turísticos referidos a establecimientos de alojamiento, gastronomía, balnearios, centros de esquí y turismo rural, entre otros. “En cuanto a los requisitos, desde el Estado nacional lo único que se va a pedir, pero sin exigirlo como obligación, es que la gente se baje la aplicación Cuidar, que será Cuidar Verano, para que se haga el autodiagnóstico e indique adónde va a viajar. La idea es que haya circulación libre, pero por supuesto que somos un país federal y cada provincia podrá tomar sus decisiones”, informan desde el Ministerio de Turismo de la Nación.
Matías Lammens, ministro de Turismo, destaca la importancia que tiene el turismo en la generación directa e indirecta de empleo a nivel federal. “Por eso, tomamos la decisión política de tener temporada de verano, formamos el Consejo Interministerial para la Reapertura del Turismo y lanzamos PreViaje, la mayor inversión del Estado Nacional en la historia del sector”, cuenta. El Plan PreViaje es un programa de preventa para ir a diferentes destinos dentro del país. Por cada compra que se hace hasta el 31 de diciembre de 2020 para viajar por la Argentina en 2021, se puede presentar el comprobante y recibir el 50% de lo que se haya gastado, como crédito para usar en ese o en otros viajes durante el año próximo.
Según datos del Ministerio de Turismo, hasta ahora hubo ventas por $3700 millones por parte de unas 200.000 personas, con cual se generaron créditos por $1850 millones. El 50% fueron compras a agencias de viajes; el 40%, reservas a alojamientos, y el 9%, a empresas de transporte. “Los destinos más elegidos son Bariloche, Ushuaia, la costa atlántica, Calafate y Mendoza”, cuentan en la cartera.
En el rubro hotelero, los directivos anticipan que será crucial de su parte instrumentar todo lo que garantice el cumplimiento de medidas de distanciamiento social en los espacios comunes. “Se deberá aplicar sanitización en todos los ingresos (vehículos incluidos), controlar la temperatura a diario de todo el personal, y de los huéspedes en el momento del check in, desinfectar los artículos que ingresen a los resorts (equipaje y todo tipo de mercaderías o bienes), e implementar protocolos de operación ante la detección de casos sospechosos”, detalla Ignacio De Nicola, gerente del Club Vacacional Bahía Manzano Resorts Club.
Martín Lagos Gorsky, director del complejo turístico Chocón Medio, dice que llega una etapa en la cual los turistas valorarán mucho más todo lo relacionado con la vida al aire libre, el contacto con la naturaleza y todo lo que implique vacacionar con el menor contacto posible con personas que no pertenezcan al entorno. “La tendencia se dirige a viajes por el país, la mayoría de ellos en auto, y con reservas, pagos, check in y check out y contratación de servicios de manera online o desde el celular. La digitalización deberá estar vigente incluso durante la estadía, para solicitar turnos deportivos, en spa, restaurantes y otros lugares”, detalla.
“De esta experiencia sabemos que el nuevo turismo es un turismo más consciente del impacto del ser humano en el prójimo, hay un turista mas responsable de sus actos -dice Pablo Godoy, director de Club Med para la Argentina y Países Hispanos de América del Sur-. Vemos un viajero absolutamente informado sobre medidas de prevención y de cuidado de él mismo y del otro, pero por sobre todo, que ha redescubierto el valor del encuentro con sus afectos”.
En las aerolíneas también habrá varios cambios. Fabián Lombardo, director comercial de Aerolíneas Argentinas, cuenta que, como primera medida, se debe generar en el público ganas de volver a viajar. Por eso, se ofrece la posibilidad de hacer un cambio de fecha del vuelo sin cargos ni penalidades. “En los vuelos internacionales ofrecemos, junto con el pasaje aéreo, el seguro médico Covid incluido, que es un requisito que muchos países solicitan”, agrega.
Lombardo confía en que habrá una buena temporada en el segmento doméstico, con buenos niveles de ocupación en vuelos a Bariloche, El Calafate, Córdoba, Salta e Iguazú. “La última semana de octubre comenzamos con la operación regular en vuelos domésticos, y para noviembre programamos más de 650 vuelos. La expectativa es ir aumentando de forma progresiva la oferta, siempre en función de la demanda”, comenta.
En tanto, la empresa de viajes Despegar, hizo un estudio sobre los cambios que tendrá la “nueva normalidad” en los hábitos de las personas y sobre cómo eso se ve reflejado en la forma de planificar los viajes. “Uno de los cambios observados entre los argentinos es que han disminuido los viajes individuales, al mismo tiempo que se duplicaron los de tres o más personas, especialmente para enero y febrero. La vuelta a veranear en familia ha aumentado de manera considerable, seguramente debido a la necesidad de reconectar con los afectos”, se analiza en un trabajo.
Además, en Despegar afirman que la estadía promedio en turismo nacional desde que se lanzó PreViaje es mayor a la de la temporada pasada. “Para el verano observamos que el promedio será de 15 días de viaje, un aumento importante frente a los 10 días promedio del año pasado. Esto reafirma nuestra confianza en que los argentinos amamos viajar y estamos listos para volver a hacerlo”, dice Paula Cristi, gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay.
En el escenario de pandemia, cobran fuerza los seguros de asistencia al viajero. Diego Barón, Latam CMO (director de Marketing) de Universal Assistance, comenta que un estudio elaborado por la compañía muestra que 88% de los viajeros latinoamericanos ve la asistencia al viajero como un requisito indispensable a la hora de viajar. “Será difícil ver que una persona viaje sin cobertura médica, y ya podemos ver que los viajeros de hoy son más exigentes y responsables, priorizan los amplios topes de cobertura y, obviamente, preguntan absolutamente todo respecto de la asistencia por Covid-19”, cuenta.
Además, dice Barón, muchos países han adoptado la exigencia de contratar una asistencia a los viajeros que ingresen a su territorio. “Otro dato a tener en cuenta es que si bien ya tenía un papel preponderante, la tecnología ocupará un lugar más central aún en nuestra industria: la pandemia aceleró la adopción de lo digital y los viajeros demandan soluciones innovadoras en sus smartphones”, señala.
Los hoteles cinco estrellas por su parte, tienen sus propios desafíos. Una parte importante de su clientela (viajeros que llegaban en cruceros para pasar unas noches en la ciudad o turistas de alto poder adquisitivo provenientes de Europa, Asia o Estados Unidos) tendrá poco movimiento por un tiempo. Florencia Saliva, directora de Ventas de Four Seasons Hotel Buenos Aires, estima que lo primero que va a funcionar va a ser el turismo local (argentinos visitando otras provincias o Buenos Aires) y que eso no llegará a cubrir la necesidad de todos los hoteles y actividades turísticas, y menos aún de los cinco estrellas, que dependen del mercado europeo y estadounidense, que a su vez depende de los vuelos que se habiliten.
“En conclusión, los primeros seis meses del año que viene serán los más difíciles, habrá que apuntar a lo local y a lo regional (más que nada, al turismo desde países limítrofes), pero incluso eso dependerá de cuántos requisitos sanitarios se exijan y de la aparición de la vacuna”, destaca.
Quiénes viajarán
Los primeros en volver a viajar, según proyecta Saliva, serán los más jóvenes, porque los más grandes tendrán temor de tomar aviones y trasladarse. “El mercado a apuntar será el de los millennials, el corporativo y, dentro de este último, el de las empresas tecnológicas, que son las que mejor están. Sin dudas, el panorama será complicado para los hoteles premium en una primera etapa”, explica la ejecutiva.
Jordi Busquets, asesor de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) y expresidente de IH&RA International Hotel & Restaurant Association, dice que las adaptaciones esenciales ya realizadas por la hotelería en la Argentina y en el mundo tienen que ver con la elaboración, incorporación y validación de los protocolos sanitarios. “Luego, conforme con las características de cada establecimiento, se han tenido que reformular todas las áreas de mayor contacto con los clientes, para lograr el distanciamiento social preventivo, como también y para rediseñar la prestación de los servicios y experiencias ofrecidas a los huéspedes”, apunta.
Busquets remarca que, luego de estar siete meses a puertas cerradas, su actividad deberá analizar bien los costos de los servicios que los colegas se comprometen a brindar, la heterogeneidad de los aforos, etcétera. “Aunque el precio es uno de los temas más valorizados por la demanda, su reducción en el contexto actual poco ayudará a generar más clientes. El dilema de la actualidad es la supervivencia y, en ese contexto, los clientes exigirán mayor tecnología, digitalización de los procesos e innovación. Todo eso requiere recursos o condiciones financieras que hoy no están”, explica el especialista.
Elías, de la Cámara Argentina de Turismo, también observa con preocupación el futuro inmediato y dice que las condiciones que dispongan las provincias para recibir turistas serán un factor fundamental. “Pedimos que a igual condición sanitaria correspondan iguales requisitos”, dice el directivo.
El jueves último hubo un acuerdo de varios gobernadores con el ministro de Turismo, por el cual no se les exigirá a los viajeros PCR negativo ni realizar cuarentena. Tampoco será obligatorio contratar un seguro de vida. Será así, al menos y según se anunció, en el caso de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Río Negro, Mendoza, Salta, Jujuy, Neuquén, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Tucumán y Chubut. Concentran, según se dijo tras el acuerdo, el 90% del turismo de verano. Además, no habrá requisitos sanitarios para circular por esas provincias.
Desde el Gobierno nacional, en tanto, se señaló que no pondrá requisitos para la libre circulación.
Según Elías, la temporada puede ser bastante floja por varios motivos. “La situación económica es delicada, la sanitaria también, y la vacuna aún no está. Además, hay muchos grupos de riesgo que van a dejar de viajar: por ejemplo, el de la tercera edad es un grupo que se había vuelto de los más interesantes para el turismo y ahora no va a viajar. Entonces, en esa foto todo lo que tenés es pérdida”, indica el directivo.
Por su parte, Busquets cree que hay que ser prudente a la hora de hacer proyecciones. “Preguntar a una persona que lleva siete meses encerrada si quiere viajar y, a partir de allí, soñar con ciertos objetivos brindará una foto muy superficial; hay demasiado desorden, ausencia de coordinación de políticas públicas en materia de aplicación de protocolos sanitarios, aforos y desplazamientos internos. La gente volverá a viajar, pero eso será gradual, por las dudas sobre la salud y la situación socioeconómica del país”, dice.
En ese marco, opina Busquets, los viajes de proximidad serán revalorizados, la naturaleza se priorizará, se desplazarán quienes tienen una segunda residencia o alquilan, los viajeros cada vez más valorarán las restricciones de capacidad de carga que desde ahora tendrán una doble cara: la medioambiental y la sanitaria. “Y, por último, la gastronomía seguirá siendo una motivación importantísima”, concluye el experto.
Se avecina una temporada atípica para uno de los sectores que más divisas le aportaban al país y que tenía un potencial que, antes de la pandemia, permitía soñar con un despegue mucho mayor. Ahora, ante una realidad que no imaginaba ni en la peor de sus pesadillas tiene ante sí el desafío de reconvertirse en gran parte, hacer los cambios necesarios y esperar hasta que amaine la tormenta.
LA NACION