Su historia es la de una empresaria acostumbrada al esfuerzo para crecer y progresar. Es Silvia Magno, propietaria de una empresa de transporte cuyos estándares de calidad en los servicios la llevaron a ser la preferida a la hora de elegir..
Silvia Magno se encontró con la actividad en momentos en los que debía decidir cuál sería su futuro. Lejos de amilanarse enfrentó la realidad con los ojos atentos a la necesidad del mercado, "siempre quise cubrir tanto lo que el pasajero quiere como lo que las empresas buscan". La empresaria trabaja con el turismo y el traslado para empresas multinacionales, a las que les reconoce haberle enseñado a trabajar con excelencia. "Esas empresas, sean mineras o de otra actividad, hacen hincapié antes que en el precio en la calidad, entonces buscan que tengas certificaciones y responsabilidad en muchos aspectos", dice Silvia Magno. En este sentido agregó que para entrar a una licitación se presentan dos sobres uno donde se incluye papelería de normas de calidad, seguridad, y certificaciones. Y si no se completa este paso, no se abre el segundo sobre donde está la cotización. Se decidió por trabajar en forma independiente en 1995, reconociendo en sus comienzos la experiencia adquirida merced a la labor cumplida en la agencia de Turismo Puente del Inca.
Cuando los vaivenes económicos llevaron a la firma comercial en la que se desempeñaba a cerrar sus puertas se vió en la necesidad de aguzar el ingenio y ahí surgió esta emprendedora que resolvió continuar con los viajes que se realizaban a la frontera con Bolivia como "tours de compras". Y comenzó a salir con la camioneta de su padre, que contaba con habilitación nacional, desde la avenida San Martín los días sábados a la madrugada y regresando los días domingos.
"Era un esfuerzo muy grande, ya que sólo transportábamos 8 pasajeros. Sin embargo dio sus frutos, ya que en corto tiempo pudimos cambiar la Ford por una Asia Topic", señaló. Cuando la estabilidad parecía ganar la confianza, la realidad financiera y económica cambió y lejos de "convenir" las compras en la frontera boliviana se frenaron. Entonces, la empresaria tuvo que comenzar de cero otra vez.
Dio un viraje y el vehículo se comenzó a utilizar para transporte escolar y terapéutico de pacientes ambulatorios. "Aprendimos a manejar todo tipo de pasajeros. Por eso hay que saber extraer lo positivo de cada situación y capitalizarla", destacó. Ya en ese momento eran dos los vehículos que se pusieron a disposición de los turistas a través de las distintas agencias para realizar excursiones. Entonces llegaría el salto para realizar el transporte para Massalin Particulares, por una licitación ganada (de esto hace ya 11 años), donde la confianza y la responsabilidad de ambas partes son la base de un acuerdo que se pone en juego cada año en los llamados a concurso. Luego siguió Central Térmica Guemes, permitiendo una relación de largos años basada en la confianza y en la seguridad del buen servicio. Esta empresaria de raza no no tiene prurito de manejar una unidad en el momento que sea y esa modalidad la mantiene cerca de sus comienzos.
Transportes de personal
El 50% de su trabajo está en el transporte de trabajadores y personal para empresas, tanto locales como nacionales. Realizando traslados diarios, mensuales o eventuales, sea para congresos o visitas a fábricas.
El otro 50% es el que llega desde el turismo. Destacando que hasta noviembre por las políticas implementadas, había cierta estabilidad, sin embargo desde diciembre a esta parte, esa realidad cambió y hoy el sector vive una recesión, ahora de cada tres traslados que antes se tenían, hoy sólo dos son seguros. A lo que se agrega la incertidumbre del dengue, donde los viajeros vip, que llegan en sus aviones particulares, por pesca, están retaceando sus viajes.