En una amplia charla con Dossier Web, la titular de la Unión Industrial de Salta, Paula Bibini advirtió sobre una difícil situación para las industrias en la provincia, que ya venían con serios problemas antes de la pandemia. Aseguró que la actividad se ha recuperado apenas un 50 por ciento y que los próximos meses serán muy difíciles. Aseguró que la ayuda del gobierno nacional y el financiamiento de los bancos no llegó a todos por igual y pidió una fuerte decisión política para garantizar las fuentes de empleo.
¿Se pudo recuperar la actividad industrial con las flexibilizaciones que se fueron dando en las últimas fases de la cuarentena?
Es complejo porque todavía no se pudo poner en marcha toda la actividad. Hoy en porcentaje estamos por debajo del 50 por ciento de las empresas en producción y el otro 50 por ciento está prácticamente paralizada con más del 60 por ciento de caída de ventas, con su cadena de pagos cortada y hasta un 15 por ciento no pudo hacer frente a los sueldos de marzo. La situación es realmente de asfixia por las obligaciones que tenemos para cumplir y por otro lado la imposibilidad de volver a la normalidad en un corto plazo.
¿Este escenario se debe exclusivamente a la pandemia y a la cuarentena impuesta?
Lo venimos manifestando ya hace un tiempo a la fecha. En los últimos 5 años hubo un estancamiento, una recesión industrial donde hay una caída de más del 25 por ciento en la actividad. Hace más de 5 años que no hay nuevas empresas, es decir que no se toma mayor mano de obra que la que estaba ocupada en ese momento. Entonces sumado a eso, en los últimos dos años hubo una baja del 50 por ciento en la capacidad instalada. Esto viene con un arrastre mucho más fuerte a partir de abril de 2018 donde las medidas económicas impactaron fuertemente en la actividad económica industrial, con un fuerte derrumbe. A partir de eso, esa situación se miraba con alguna expectativa, con algún cambio y demás, a partir de que asumiera un nuevo gobierno con otro plan económico. Pero esta situación de la pandemia ha acelerado aún más una situación de crisis que ya venía teniendo la industria.
En general el análisis global entre todos los sectores es que estamos hablando de un reinicio de la actividad del 50 por ciento de lo que es la capacidad productiva, sumado a que estamos en un estado de mercado sumamente deprimido por la baja del consumo y la retracción que han tenido las ventas. Tengamos en cuenta que hace dos meses al no haber normalidad en las entregas y los problemas en relación a la circulación y la logística, obviamente impactaron fuertemente y eso hace que hoy el 50 por ciento de las empresas no pueda poner en marcha su producción. Estamos hablando a nivel provincial.
¿Las industrias que engloban a las actividades esenciales, como por ejemplo la alimentación resultaron menos afectadas que otras en este proceso?
En lo que tiene que ver con la realidad provincial y a diferencia del resto del país, podemos decir que en el norte se flexibilizó con cierta rapidez el tema de la vuelta a la actividad. Las actividades esenciales no detuvieron su producción, pero aquellas que pudieron volver treinta días después tampoco pudieron generar una reactivación de manera inmediata. Sucede que hoy uno tiene muchos requerimientos sanitarios para cumplir dentro de una industria debido a que se trabaja en línea, donde muchas veces el personal tiene distanciamiento social y eso requiere una organización de turnos. Así también hay muchas personas que están dentro de lo que se llama grupo de riesgo o que no pueden trabajar por su edad y demás. Hoy la cantidad de personal disponible y las líneas de trabajo terminan no siendo las misas y entonces eso también afecta directamente a la producción. Así y todo sobre las empresas esenciales y no esenciales, para lo que tiene que ver con las mediciones en nuestra provincia, se puede decir que están en un mismo rango, porque muchas que hoy son esenciales tienen muy retraído el consumo y muchas de ellas con la cadena de pagos cortada. Entonces se le hace muy difícil poder reponer los productos para poder seguir fabricando.
¿Qué perspectiva tienen desde la Unión Industrial en el corto y mediano plazo?
Vamos a atravesar meses muy difíciles. Seguimos actualmente sin disponibilidad de financiamiento es decir que no contamos con liquidez suficiente para afrontar una situación de esta naturaleza. Pasada la pandemia y los meses sucesivos necesitamos realmente una ayuda económica, financiamientos, una baja de impuestos de manera tal que podamos inyectar esos fondos a la actividad y podamos mantener los puestos de trabajo, porque ni siquiera estamos hablando de crecimiento sino de poder sostener los puesto de trabajo que hoy realmente estamos garantizando con nuestra actividad. La situación será muy crítica si no hay una decisión política concreta de medidas de carácter impositivo económico y de financiamiento que generen una ayuda para el sector privado que hoy motoriza la economía y que genera los puestos de trabajo para seguir adelante y asegurando el empleo.
¿Pudieron acceder a los créditos a tasa baja que se anunciaron?
La ayuda respecto a los créditos del 24 por ciento fue muy escasa a nivel provincial y regional. Más del 59 por ciento de las empresas no pudo acceder a estas líneas, ya sea porque algunas se autoexcluyeron, porque no estaban en condiciones de acceder a un préstamo con tasas baja porque no tenían la posibilidad de pagarlas. Otras porque directamente no se las otorgaron.
¿Y la ayuda salarial desde el Estado?
Respecto de lo que fue al acceso a la ATP más de 40 por ciento no aplicó porque no accedían al doble requisito. Algunos no tenían una fortaleza administrativa y otros no cumplían con los requisitos para poder acceder. Igual este tipo de cuestiones siempre impactan de manera negativa porque muchas veces las líneas quedan en los principales centros urbanos y las empresas de Salta no acceden con los requerimientos que hoy se exigen. Tengamos en cuenta que muchas de las solicitudes de acceso se tuvieron que hacer a través de plataformas web o vía mail y demás y hay una instancia donde se admite que tenemos dificultades para entender que a través de una plataforma es como se deben cumplir con los requisitos y allí muchas empresas desisten y hay un desánimo ante toda las dificultades y toda las trabas que se ponen para poder tener una línea de crédito. Esa situación obviamente genera algo más complejo aún. Sobre la asistencia salarial en el primer mes de abril hubo asistencia de préstamos para el pago de haberes, pero más del 40 por ciento de las empresas no aplicaron a las solicitud que se hacía a través de la carga de AFIP. Para lo que es la realidad de nuestro norte, esa ayuda fue muy escasa.
¿La Provincia los está ayudando?
Respecto de la ayuda provincial, hoy es mucho más escasa y está limitada a otros segmentos de empresas que tal vez no son las empresa industriales. Son créditos de montos más pequeños orientados a un sector micro emprendedor.
De los créditos nacionales a través del sistema financiero muchas veces todo termina en grandes anuncios pero en concreto las líneas no llegan porque se pierden muchas veces avales de CGR. Muchas industrias no cuentan con calificación previa porque no tienen carpetas calificadas en las entidades financieras. Se suman una serie de trabas y dificultades. Esta es una situación donde se necesita inmediatez y rapidez; una concreción automática. Estos problemas no hacen más que desalentar y generar más dificultades.
Hoy el comercio se queja porque con la reactivación aparece el problema del reabastecimiento. No hay stock en el comercio…
Somos los proveedores de los productos que hoy se comercializan; el primer eslabón que genera la cantidad y variedad de productos para poder inyectar en el mercado comercial. Nosotros, como primer eslabón, estamos manifestando la falta de asistencia y de acompañamiento por parte del Estado llámese a través de créditos o ayuda especial, baja de impuestos que es lo que se pretende. Uno no está diciendo que no vamos a pagar, sino que podemos pagar más adelante o podemos hacer algún tipo de refinanciamiento. Se hace muy complejo que la industria pueda hacerse de materias primas para poder dar valor agregado y generar un producto para la venta. En este eslabón es donde el Estado tiene que poner prioridad y a la hora de tomar decisiones debe analizar que es el sector privado el que motoriza la actividad económica en el país.
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