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Molinos, paraíso colonial

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Molinos es un pueblo colonial, que lo espera con su historia, sus paisajes y su tranquilidad.

 

 

Este antiguo pueblo fue asentado sobre la primitiva encomienda de Molinos, tierras que fueron dadas por mercedes reales en 1.659. Nicolás Severo de Isasmendi, a la muerte de su padre en 1.767, heredó la hacienda de San Pedro de Nolasco, la principal de la encomienda de Molinos. Fue el último gobernador realista de Salta y falleció en 1.837. Este fue el período más brillante de la encomienda del feudo de Molinos.

Este antiguo pueblo fue asentado sobre la primitiva encomienda de Molinos, tierras que fueron dadas por mercedes reales en 1.659. Nicolás Severo de Isasmendi, a la muerte de su padre en 1.767, heredó la hacienda de San Pedro de Nolasco, la principal de la encomienda de Molinos. Fue el último gobernador realista de Salta y falleció en 1.837. Este fue el período más brillante de la encomienda del feudo de Molinos.

El padre construyó gran parte de la casa que aún hoy existe. Su hijo Nicolás edificó la parte alta, cerca de la entrada, a la cual se accede por una escalera justo en frente de la iglesia. Cuentan que desde allí escuchaba misa al ser excomulgado por la iglesia. Hoy funciona en este lugar una hostería y un museo arqueológico que pertenecen a la provincia. 

Esta casona es similar a otras construidas en el pueblo con gruesos muros de adobe cimentados en piedra bola. En varios lugares se construyeron enormes contrafuertes para apuntalar los muros. 

Los techos están construidos con vigas de algarrobo, alfajías, cañizo y torta de barro y, originariamente, cubiertos con tejas de tipo españolas realizadas una a una y cuyo molde era el muslo.

También son características en este pueblo y en todos los del valle, las esquinas en ochava y sobrias rejas coloniales, que al principio eran de madera y luego de hierro. 

En frente a la casa antes mencionada, está la Iglesia de Molinos, que guarda los restos de Don Nicolás Severo de Isasmendi, quien la mandara a construir a fines del siglo XVIII. 

En un comienzo fue un oratorio, hacia 1.650. La iglesia pertenecía a la encomienda y recién en 1.760 pasa a la curia eclesiástica. En 1.826 se nombra Parroquia a Molinos, recuperando su carácter de cabecera del curato. 
La iglesia cuenta con una única nave con dos capillas laterales a modo de crucero y coro. 

Hoy es Monumento Histórico Nacional desde 1.942 y se conserva restaurada, aunque corre peligro de desaparición dada su proximidad al río y la gran cantidad de salitre que presentan sus paredes. 

La Fiesta Patronal se celebra el 2 de febrero en honor a la Virgen de la Candelaria. Como es tradicional en el Valle, los misachicos y los gauchos acompañan a su patrona en la procesión. La característica de esta festividad es la salutación con banderas a la patrona que, según Fany Osán de Pérez Sáenz, es común en algunos lugares de España y podría entenderse como una tradición patronal que fuera implantada por los españoles. El día anterior, se realiza la serenata a la Virgen. Ella sale al balcón y el pueblo le canta.

Podrá visitar la reseva de vicuñas y la Asociación de artesanos San Pedro Nolasco de los Molinos. También puede llegar al acceso a la Laguna de Brealitos para caminar por sus alrededores o pescar pejerrey, por Seclantás a 40 km. Además, desde ahí se está a 20 minutos de los restos del Fuerte El Tacuil.

 


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