En el mundo de las agencias, marcas e influencers siempre debe existir un perfecto equilibrio. Esta industria no solo mueve audiencias: es una economía con un enorme potencial que también enfrenta desafíos reputacionales cada vez más visibles.
Algunas de las crisis más virales de los últimos años no han surgido por fallas en el producto, sino por situaciones entre los propios creadores de contenido. Esto nos recuerda que la reputación ya no solo se construye desde la comunicación institucional, sino también desde las dinámicas entre quienes representan a las marcas.
En América Latina, el influencer marketing superó los 1.120 millones de dólares en 2024 y se proyecta que alcanzará los 1.820 millones en 2029, según cifras de Statista. Este crecimiento evidencia su poder, pero también nos obliga a tener estructuras más robustas para gestionarlo. Porque a mayor visibilidad, mayor responsabilidad.
Con esa visión, Eduardo impulsa un enfoque estructurado que propone seis principios esenciales para prevenir riesgos y robustecer las alianzas con influencers:
1.Afinidad auténtica, más allá del alcance
La elección de talentos no debe basarse únicamente en el número de seguidores. Es crucial que sus valores, tono y narrativa estén alineados con el ADN de la marca, garantizando coherencia y conexión genuina. La afinidad no solo asegura buena comunicación, también reduce riesgos reputacionales desde el inicio.
2. Expectativas claras y contratos con visión 360°
Todo acuerdo debe incluir no solo metas creativas, sino también estándares éticos, protocolos de contingencia y cláusulas contractuales que protejan a la marca ante posibles crisis. Esto debe traducirse en una estrategia de respaldo integral que contemple herramientas legales, operativas y comunicacionales para afrontar cualquier situación sensible desde una postura preparada y proactiva. Para ello, es recomendable que las marcas y tomadores de decisiones se acerquen a expertos que puedan implementar cláusulas contractuales de protección, estrategias de crisis y herramientas de contención inmediata. Porque más allá del storytelling, se necesita estructura legal y operativa.
3.Escucha activa, reacción estratégica
El monitoreo constante de la conversación digital permite actuar con rapidez e inteligencia. Una respuesta oportuna puede contener un problema antes de que escale. Para lograrlo, es recomendable que las marcas consideren el acompañamiento de especialistas en social listening, capaces de implementar este monitoreo antes, durante y después de cada campaña. Esta herramienta no solo identifica tendencias y oportunidades, sino que en caso de crisis ayuda a mapear narrativas, medir su alcance y activar planes de contingencia basados en datos en tiempo real.
4.Comunidad como eje emocional
6.Agencias más robustas, marcas más protegidas