Carlos Parodi, anticipó que Salta es el primer gobierno subnacional de Latinoamérica en lograr un índice de progreso social que mida las necesidades reales en materia de salud, seguridad, vivienda y educación.
El exministro de Hacienda y exjefe de Gabinete de la Provincia, Carlos Parodi, accedió a una extensa charla con Dossier Empresario. Dijo que la situación económica a nivel nacional es realmente delicada, y abogó por la necesidad de correcciones en el rumbo de la política económica. Destacó también la necesidad de abordar a nivel local un rediseño en las políticas públicas para bienestar de los salteños y se mostró expectante a la hora de proponer su posible candidatura a gobernador.
¿Cómo ve la economía nivel nacional, con tarifazos y movimientos cambiarios incluidos?
Estamos en un momento complicado de la economía, me parece que delicado. El problema consiste en que donde se toque o se haga algún retoque, impacta directamente en la economía real. En el tema tarifas afecta, no solo a los empresarios sino a cada uno de los ciudadanos. Si eso se retrotrae tiene un impacto directo en las cuentas públicas porque significa un mayor déficit, a pesar de que se anunció que se va a ajustar aún más, como consecuencia de que están convencidos de que por la modificación de las tarifas no va suceder, o sea que van a seguir para adelante respecto de lo que han establecido ya como parámetro de crecimiento de tarifas. Un problema no menor es el tema de las tasas de interés. Elevarla no sólo incentiva lo que tanto se critica, que es la ‘bicicleta financiera’, pero también afecta a quien desee invertir, o que quieran sacar un préstamo, o que tengan la plata para emprender una actividad. En ningún caso podrán hacerlo, porque con ese nivel de tasas, es mucho más rentable.
¿La situación es compleja?
Considero que si porque va a empezar a caer el nivel de crecimiento nuevamente. Además hay una palabra clave que es la previsibilidad, que no existe en nuestro país y eso vulnera cualquier posibilidad de inversión. La situación es compleja, y muy delicada a nivel nacional. Hay que tomar decisiones. El gobierno nacional debe hacer lo que corresponda para recuperar credibilidad en un contexto dónde la economía comience a funcionar…
No solo falta previsibilidad sino también confianza…
Lo que pasa es que cuando se cambian permanentemente las metas, la gente empieza a no creer. Las metas establecidas para el año pasado no se cumplieron. Y las que se anunciaron para este año se cambiaron a mitad de camino. A pesar de que se cambiaron nadie cree que eso se vaya a cumplir. Ahí ya hay un problema. En la ida y vuelta, es prueba y error, algo que utilizó el Gobierno durante los dos primeros años de gestión. Eso suena bien y es bien visto por la sociedad, pero se llega a un punto donde la sociedad también quiere certezas y hoy no hay certezas. Todo esto vulnera no solo el crecimiento de la actividad interna, sino todo aquello que puede llegar desde afuera, que no va a venir, en este contexto lamentablemente no va a venir. Entonces la situación es realmente delicada.
¿Juega en contra el haber hablado sobre las metas de inflación?
Yo diría que es muy difícil con la foto, es más fácil leer todo como una película. La película no está completa, pero en la parte de estos últimos cuatro meses, desde que sucedió esa decisión a la fecha, por lo menos la foto de esta semana, no es alentadora. Habían empezado a bajar las tasas de interés y ahora las elevaron al 40 por ciento, o sea que todo lo que se pensó que se avanzó, que estaba bien, era una visión que podía alentar el crecimiento en la actividad económica, hoy quedó totalmente vulnerada. Lo cierto es que donde se tome una decisión, la sensación es que alguien se complica en el medio, entonces la verdad es muy complicado poder salir adelante.
¿Hay presión por parte de grupos económicos o grandes inversores extranjeros?
La Argentina para que pueda seguir sobre su esquema planteado, necesariamente precisa del financiamiento externo. Las empresas, si quieren tener niveles de crecimiento, van a apelar al financiamiento externo. Entonces los inversores extranjeros, en la medida que vean estos vaivenes. En la medida que vean tantos cambios en las pautas fiscales, lo más probable es que dudarán.
¿No ayuda el contexto político?
Si ven que el Congreso se mete en decisiones que son del Poder Ejecutivo, frenando un incremento de tarifas, me parece que todo eso vulnera la posibilidad de que puedan creer en nuestro país. Es decir que en un contexto en el que también subieron las tasas del Tesoro de Estados Unidos, no le juega a favor tampoco el contexto macro económico al país. Hay un conjunto de cosas que influyen. La cosecha no fue la mejor, ahora deben estar esperando que por favor empiecen a hacer las liquidaciones de las exportaciones. Empiezan ya con soja o maíz, y vale esperar saber qué van a hacer los exportadores. Está claro que esperarán a que el tipo de cambio siga subiendo.

Pareciera que Argentina enfrenta hoy dos escenarios…
Puede ser, pero es parte de la pérdida de credibilidad. La Argentina, la dividamos en dos: una, la que pasa internamente y la otra lo que pasa afuera. Lo que pasa internamente, pareciera que es cultural que nos mentimos entre todos. Es ya una costumbre. Nos mentían antes con el Indec y también ahora con las pautas. Cuál mentira es mejor o peor, yo no lo sé. Cuando fui ministro de economía y jefe de gabinete, a las negociaciones salariales no iba con los números del Indec porque esas reuniones no duraban ni cinco minutos, entonces las negociaciones eran otras. Hoy está pasando lo mismo, si bien no se llega a ser manipulación de datos, pero es no contar verdaderamente las pautas y las metas. Eso genera un desgaste interno, con falta de credibilidad y conflictos internos.
¿Y en el plano internacional?
Desde afuera, es peor. Porque habían empezado a generar confianza en la Argentina, y cuando se modificaron esas pautas ya generaron un alerta en aquellos inversores que confiaron y pusieron su dinero en el país. Habrá que ver la película completa y al final del camino, para mí, se traducirá en más caída de la actividad económica, las tasas altas significan eso o por lo menos los niveles de crecimiento no serán los mismos.
Fracasó el federalismo
Nuestra provincia es parte de un todo. Representa un 1,7% de lo que produce la Argentina y nuestra población el 3% o sea que nuestra economía no es desequilibrante en el todo. No somos ajenos a lo que pasa a nivel nacional. En la provincia se sienten todos estos impactos. A nivel de tarifas seguimos descompensados, son astronómicas comparadas con lo que es Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aunque debemos reconocer, y esto no hago cargo a este gobierno, sino también a los anteriores, que en los últimos 30 años fracasó el federalismo. Desde el punto de vista de las cuentas públicas y de la distribución de recursos y esto se lo puede comprobar, en Salta lo que se le distribuye es la mitad de lo que recibe un ciudadano en San Luis. O sea que nosotros tenemos la mitad de la plata para gastar en salud, seguridad y educación, cuando todavía nos faltan más cobertura en salas de 4 y 3 años, mayor oferta nivel terciario, ampliar las universidades. Todo eso impacta de esa forma.
La Fundación “Imagina Salta”
Se termina un ciclo de 12 años, donde hubo progreso social en la provincia, donde se igualó para arriba algo que se percibe tal vez más en el interior, que en la capital. Y ahora empieza una nueva etapa en la que hay que rediscutir o rediseñar políticas públicas.
¿Dónde me encuentra a mí? Desde que me fui del Gobierno, estoy dentro de una fundación que se llama “Imagina Salta” que tiene como objeto el diseño de políticas públicas. Esta fundación es parte de una red de progreso social que llevó adelante un estudio, que se denomina Índice de Progreso Social, que mide cuál es el estado de bienestar de la provincia de Salta, respecto de un estado ideal o al que queremos llegar. ¿Cuándo?, en el año 2030. Entonces para llegar a eso en el 2030, al ritmo en que venimos no alcanza, hay que rediseñar políticas públicas para acelerar un cambio social en la provincia.