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El anticipo del Estimador Mensual Industrial (EMI) que dio a conocer ayer el Indec, seguramente reavivarán la polémica entre la dirigencia ruralista, tamberos, y el gobierno. En rigor los datos del Indec vienen a echar más leña al fuego a menos de una semana en que se mandaron a faena 1.200 animales de genética holando "por falta de rentabilidad".
En el escueto anticipo de tres páginas del EMI en el rubro de la industria alimenticia los datos para la producción de lácteos arrojan un resultado positivo en términos acumulados para los primeros 10 meses del año del 4,4%. En lo que respecta al mes de octubre, y de manera interanual, la suba de la producción que indica el organismo estadístico llega al 5,6%.
Sin embargo, los datos del Indec también reflejan un crecimiento de la producción en el mes de octubre respecto del mes de setiembre último, que según el organismo fue del 7,5%. Esos números contradicen las críticas que vienen formulando las entidades y asociaciones de tamberos enfrentados con el gobierno por la política implementada hasta ahora.
"El quebranto de un tambo por día y el remate de vacas que no pueden ser sostenidas a pérdida en los campos, son el costo que se paga por la implementación de medidas cortoplacistas" resaltaban desde Carbap hace menos de siete días.
Los ruralistas de Buenos Aires y La Pampa se refirieron así cuando un grupo de productores remitieron unas 1.200 cabezas de ganado holando, pura genética lechera, al mercado de Liniers donde fueron vendidas para faena hacia un seguro destino de hamburguesa.
Sin embargo, si los números del Indec reflejan la realidad, el cierre de un tambo por cada día que pasa, como afirman los ruralistas, no estaría haciendo mella en la producción de leche, pero sí desalojando a los tamberos de los campos.
En todo caso, se estarían confirmando las críticas a las "políticas agropecuarias noventistas" del gobierno que se formulan desde la Federación Agraria Argentina que conduce Eduardo Buzzi, sobre una mayor concentración en la producción (en este caso de leche) al verificarse que con menos tambos se produce más. Y que por ello más tamberos se quedarán sin tambo.
Al mismo tiempo las cifras del organismo estadístico se cruzan con las usinas lácteas, como la de Pascual Mastellone, que dio a concer "la verdad ´láctea" a la Comisión Nacional de Valores al informar un quebranto este año por 118 millones de pesos este año, para sumar argumentos al reclamo de más precios para sus productos, y flexibilidad de deudas. Una estrategia que no es la primera vez que aplica la empresa y los tamberos conocen de memoria.
Como cada quien asegura que pierde plata con la producción de leche, un aumento de la producción implica en la práctica un aumento de pérdidas a nivel agregado. Una paradoja de difícil resolución hasta para Guillermo Moreno. |
