Eso significa que el inquilino –vive bajo el mismo riesgo inflacionario que un hipotecado–, pero sin construir ningún patrimonio a cambio.
Hoy podés pagar lo mismo que un alquiler y empezar a ser dueño
En muchas ciudades del país, un departamento de dos ambientes en alquiler cuesta más de $500.000 mensuales.
La cuota inicial de un crédito UVA, con un anticipo moderado, puede estar en ese mismo nivel, dependiendo del banco y del perfil del solicitante. Pero la diferencia es clave: uno es un gasto, el otro una inversión.
Una casa propia te da algo más que propiedad: te da estabilidad
No se trata solo de pagar algo que queda a tu nombre. Una vivienda propia significa estabilidad familiar, social y económica.
- Tus hijos no cambian de escuela por vencimientos de contrato.
- Conservás tu entorno, tus amistades y vecinos.
- Podés ampliar o mejorar la casa según tus posibilidades.
- Incluso, en muchos barrios, una casa propia permite tener un pequeño emprendimiento familiar.
“Una vivienda propia ordena la vida, no solo la economía”.
Los bancos volvieron a prestar, pero pocos se están enterando
Con la caída de la inflación, los bancos públicos y privados reabrieron líneas hipotecarias UVA, muchas con condiciones especiales para quienes tienen cuenta sueldo en la misma entidad.
Las tasas reales bajaron, los plazos se alargaron, y la cuota hoy puede ser pareja o incluso más baja que el alquiler.
La tasa preferencial no es un privilegio: es una decisión del trabajador
Muchos bancos reducen significativamente la tasa de interés del crédito hipotecario si tenés allí tu cuenta sueldo.
Pero lo que la mayoría no sabe es que vos podés elegir en qué banco cobrar tu sueldo.
Por ley, la cuenta sueldo es portable: no es el empleador quien decide, sos vos.
Si un banco ofrece mejores condiciones al trasladar tu cuenta, esa decisión puede bajar fuertemente el valor de la cuota y hacer viable el acceso al crédito
Ejemplo el BNA ofrece una tasa del 4,5% para los clientes del banco con cuenta sueldo y del 8% sin cuenta sueldo y así en todas las entidades tienen estos descuentos.
Si tenés un ahorro previo, esta oportunidad es real
Lo único que separa a muchos inquilinos de una hipoteca es el anticipo: entre el 20% y el 30% del valor del inmueble.
Si contás con ese capital –propio, préstamo familiar o producto de alguna venta de automotor–, ya estás en condiciones de reemplazar el alquiler por una cuota y cambiar de rumbo.
Comprar ahora, antes de que el mercado despierte
Desde 2018, los precios de las propiedades en dólares vienen en caída constante. La combinación de recesión, cepo, inflación y falta de crédito hipotecario dejó al mercado paralizado, con valores históricamente bajos. Hoy, con el regreso de los préstamos UVA y la posibilidad concreta de que muchas familias vuelvan a comprar, es probable que esa presión genere una suba en los precios.
Por eso, el mejor momento para comprar es ahora: cuando el crédito reaparece, pero los precios aún no reaccionaron. Quien se anticipa hoy a la recuperación, accede a propiedades a valores de oportunidad, que probablemente no se mantendrán por mucho tiempo si el mercado vuelve a moverse.
Entre pagar para vivir y pagar para crecer, hay una decisión
La mayoría de las familias ya hace un esfuerzo enorme para sostener su alquiler. Pero ese esfuerzo puede volverse inversión, estabilidad y crecimiento.
En un país imprevisible, tener casa propia es uno de los pocos refugios posibles.
Y hoy, con el crédito disponible, con precios de propiedad todavía bajos y con tasas preferenciales accesibles, la oportunidad está sobre la mesa para quienes se animen a dar el paso.
Fuente: MDZ