En los últimos diez años, la Argentina afrontó tres sequías que provocaron, solo considerando a la soja, pérdidas por casi 15.000 millones de dólares.
Ese dato se desprende de un estudio del Programa en Valuación de la Vulnerabilidad Socioeconómica de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que con el apoyo del Massachussets Institute of Technology (MIT) desarrolló un modelo de valuación llamado Sistema de Evaluación de Pérdidas por Sequías e Inundaciones (Sepsi).
Además de la sequía del ciclo agrícola actual, 2017/2018, el informe toma en cuenta las ocurridas en las campañas 2008/2009 y 2011/2012. Con el impacto de las tres sequías, el trabajo llega a una cifra de US$14.948 millones de pérdidas considerando los efectos financieros del valor tiempo del dinero.
Las pérdidas por la sequía de 2008/09 fueron de 4971 millones de dólares, en tanto que en la campaña agrícola 2011/12 se ubicaron en 3174 millones de dólares. Si a eso se suman las pérdidas para esta campaña, de 2361 millones de dólares sin considerar el efecto precio, el impacto ronda los US$10.500 millones.
“A este número se aplica una tasa promedio de riesgo para contemplar el valor tiempo del dinero”, señaló Esteban Otto Thomasz, director del programa que evaluó las pérdidas y doctor en Economía.
“El 25% de las exportaciones totales de la Argentina provienen del complejo de soja y 15 mil millones de dólares de pérdidas por sequía representan, aproximadamente, el 25% del stock de reservas internacionales”, afirmó Thomasz.
Según explicó, “el objetivo del modelo es evaluar órdenes de magnitud, en tanto que luego se trabaja con información definitiva que se publica a fines de año después de levantar la cosecha”.
“Actualmente hay más tierras sembradas, más costos y mayor precio internacional. En la valorización del sector la misma sequía va a tener un impacto más fuerte que hace diez años”, explicó.
En este contexto, el trabajo destaca que todavía falta tiempo para realizar una evaluación más completa y pormenorizada de las distintas áreas agrícolas, pero indica: “Podemos concluir que estamos ante un evento climático de relevancia macroeconómica”. Añade que la mayor valorización del sector y la dependencia que este genera en términos del sector externo provoca que este tipo de eventos pueda tener “impactos macroeconómicos en la economía” del país.
Sobre la campaña actual subraya que, de no mejorar las condiciones climáticas, las pérdidas con una estimación de producción de 45 millones de toneladas ascenderían a 2361 millones de dólares. Vale recordar que la semana pasada la Bolsa de Cereales de Buenos Aires bajó a 39,5 millones de toneladas la previsión de cosecha de soja, es decir, un volumen más bajo que lo señalado en el informe de la Facultad de Ciencias Económicas, que se realizó a principios de marzo.
Cómo se mide el Sepsi
El Sepsi proyecta la producción tendencial bajo un escenario de variabilidad climática normal. Después se evalúan desviaciones extremas en los rendimientos o pérdidas de área que se condicen con eventos climáticos extremos como sequías de nivel severo a extremo e inundaciones que afectan a grandes áreas.
A continuación se monetiza la pérdida de producción a través de los diversos precios vigentes, tomando en cuenta el efecto que la variación de cantidades puede tener sobre la cotización del precio internacional. También se construyen indicadores de pérdida futura, con el valor a riesgo de la producción de soja y el valor de la máxima pérdida esperada.
Según el estudio, dos factores pueden alterar las proyecciones. El primero es un cambio favorable en las condiciones climáticas donde la soja pueda recuperarse y generar un mayor tonelaje final. También puede haber un efecto negativo donde la calidad del grano resulte más deficiente de lo proyectado.
Total país y zona núcleo
El sistema de evaluación consta de un modelo agregado a nivel país donde los resultados consisten en estimaciones.
También tiene uno a nivel departamental configurado para el núcleo agrícola central a partir del cual se imputan las pérdidas efectivas de la campaña (que se realiza con los datos definitivos de cosecha).
Para el nivel departamental, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos las pérdidas estimadas de ingreso directo por la sequía en el cultivo de soja fueron de 4115 millones de dólares en la campaña 2008/9, y 2606 millones en el ciclo agrícola 2011/12.
A nivel nacional, las pérdidas en soja estimadas para la sequía de la campaña actual, 2017/2018, bajarían de US$2361 millones a 2075 millones de dólares si se considera la suba del precio en los últimos meses, que genera “una pequeña compensación positiva”.
Fuente: Diario La Nación