Neuquén ya produce al 50% y agotaría su disponibilidad de hidrocarburos en 5 años. La situación es similar en Río Negro. Plazas emergentes como La Pampa tendrían recursos para apenas 10 años. El postulado parece sacado del más tenebroso relato apocalíptico: si en el corto plazo no se implementan políticas que promuevan la búsqueda y explotación de hidrocarburos, la Argentina podría quedarse sin petróleo ni gas en menos de diez años.
A esta conclusión arriban desde los funcionarios que hoy coordinan la actividad de extracción en los principales distritos petroleros del país hasta especialistas del sector.
En Neuquén, considerada la cuenca nacional más rica, la misma dirección provincial de Hidrocarburos y Energía reconoce lo acotado de los tiempos. Se estima que, a este ritmo, ese distrito agotará su capacidad de producción en un lapso de 5 años.
“Nuestra provincia alcanzó su tope de producción entre finales de 1998 y principios de 1999. Desde entonces todo ha sido en caída”, explicó a iProfesional.com Alex Valdéz, director de la dependencia gubernamental.
“En ese momento la explotación era de casi 50.000 metros cúbicos por día. Hoy estamos en el 50% de esa marca. Y con una tendencia en baja superior al 5% anual”, añadió.
En la misma sintonía, Jorge Amigone, director de Hidrocarburos y Biocombustibles de La Pampa, estableció una fecha límite para las reservas comprobadas en ese territorio, uno de los campos emergentes de la Argentina.
“Tenemos aproximadamente para diez años de petróleo. Las reservas están muy atadas a la exploración y lo cierto es que el bajo incentivo que generan los precios de comercialización no ha hecho más que hacer decrecer la producción nacional”, comentó a iProfesional.com.
Ambos testimonios son una muestra de una problemática que encuentra su punto de partida en una combinación de variables negativas.
“Nos estamos comiendo las reservas de gas y petróleo. Más de gas que de petróleo, habría que decir”, comentaron a este medio desde la consultora Montamat & Asociados, especializada en temas energéticos.
El analista Luis Giussani aportó otro indicador a tener en cuenta en una reciente charla con este medio. “Hace tiempo que el oleoducto trasandino para exportar hidrocarburos a Chile no se carga. Eso es, en buena medida, porque no hay sobrantes de petróleo. Ese recorte ya lleva años…”, dijo.
¿A qué responde esta sensación de voracidad cada vez menos satisfecha? A una ecuación que parte del mayor consumo comercial y residencial, y a una menor búsqueda de fuentes producto, entre otros factores, del establecimiento de un tope al precio al cual se comercializa el petróleo.
Asimismo, otro aspecto a tener en cuenta es el potencial petrolero de la Argentina, que según resaltan doversos actores del segemento, dista en mucho de la capacidad que exhiben países como, por ejemplo, Venezuela. O el mismo Brasil.
“El descenso en lo que hace a los niveles de producción viene prácticamente desde 1998, y está vinculado a la falta de inversión y las características geográficas de la Argentina. Con esto me refiero a que los yacimientos cada vez son menos productivos”, comentó a iProfesional.com Nicolás Bridger, economista de la consultora Prefinex.
Y añadió: “Si existieran mayores incentivos a la exploración estaríamos hablando de otro escenario. Pero como están las cosas en cada provincia puede decirse que hay reservas para, a lo sumo, 8 años. Argentina no tiene el potencial de Brasil, que es capaz de triplicar las reservas como lo acaba de hacer”.
Preocupación gremial
El permanente achique en la disponibilidad de gas y crudo incluso fue abordado en estas últimas horas por los gremios del sector. En esa dirección, trabajadores rionegrinos y neuquinos adelantaron que a raíz del escenario complejo podrían “paralizar totalmente la actividad en todos los yacimientos” de esos distritos.
A través de una solicitada publicada en diversos medios, la dirigencia del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro y Neuquén aseguró que la cuenca neuquina “donde se obtiene el crudo de mejor calidad, y el 56% de la producción nacional de gas, tiene 6 años de reservas comprobadas.
“Al paralizarse la misma y crecer la demanda se acelera la caída de esas reservas y en dos años se agotarían totalmente. Tenemos en nuestra provincia un yacimiento donde hace dos años se comprimían diariamente 40 millones de metros cúbicos de gas y hoy tan sólo 18 millones”, sostiene el texto.
En otro apartado del escrito, el gremio expresó que el agotamiento de las reservas acarreará la caída de 40.000 puestos de trabajo directos y alrededor de 100.000 indirectos.
El problema de los precios
Enarbolado por los productores como el principal argumento que explica el derrumbe de las reservas de la Argentina, la fijación de un valor techo, tanto para el petróleo como para el gas, es un tema que ya suma varios meses de reclamos, que fueron derivados al Ejecutivo.
Parte de esta discusión podría verse saldada este jueves si el Gobierno hace concreto un ajuste gradual en precio del gas en boca de pozo y en el barril de petróleo.
Sucede que durante la jornada representantes del Estado mantendrán una serie de reuniones con líderes de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), la entidad que agrupa a las provincias productoras de crudo y gas, y en ese marco anunciarían subas en la cotización de hasta el 8 por ciento.
“La cuestión de los precios frenó la exploración tras la salida de la crisis del 2001. No ha habido un incentivo. Y eso es muy problemático; sobre todo en el gas, porque Argentina tiene su matriz energética demasiado basada en ese combustible y en los países de alrededor tampoco es que hay tanto”, indicó Valdéz, director provincial de Hidrocarburos de Neuquén.
El funcionario sostuvo además que, incluso de aplicarse una política de exploración agresiva, los tiempos que conllevan el sondeo y posterior extracción del material complicarán el abastecimiento en los próximos años.
“Los resultados de una exploración recién se ven, como mínimo, en 5 años. En el caso de Argentina, también habrá que buscar más profundo para ver si existe más petróleo y gas. Todo eso implica otros costos también”, sostuvo.
La ausencia de créditos internacionales, entonces, aparece como el otro argumento que hace pesado el despegue de las nuevas búsquedas de hidrocarburos. “Habría que buscar una solución para que los usuarios paguen un poco más. Que el negocio sea más rentable para las empresas, porque como estamos no se podrá superar un problema tan a corto plazo”, dijo.
Poca inversión
La poca rentabilidad que obtienen las productoras es, a los ojos de Amigone, director de Hidrocarburos de La Pampa, el elemento que arroja hacia abajo cualquier posibilidad de búsqueda de nuevas reservas.
“Los precios no son convenientes, y es a partir de ahí que las compañías bajan los niveles de inversión. La Pampa es un caso atípico, pero en Neuquén y Río Negro los desembolsos se frenaron mucho”, comentó.
Y agregó: “Hoy las empresas sólo extraen, y en ese caso tampoco aumentaron la explotación, por lo que la disponibilidad de hidrocarburos en el mercado siempre es la misma aunque a menores reservas”.
Tope de producción. Menor cantidad de recursos. Tarifas congeladas y precios máximos. El combo, por primera vez en mucho tiempo, encendió la misma luz en actores de toda índole. El panorama es sombrío, tirando a negro. Casi como el mismo petróleo que, tal como lo aseguran gobiernos, empresas y sindicatos, podría llegar extinguirse en el corto plazo.
Fuente: IProfesional.com