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El nuevo HTC One M8 ya es oficial

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Conserva la estética de la versión anterior y el cuerpo de metal, pero ahora tiene una pantalla de 5 pulgadas; tiene dos cámaras traseras para reenfocar fotos después de que fueron tomadas; sale a la venta hoy en Estados Unidos. 


HTC presentó hoy en simultáneo en Londres y Nueva York su nuevo smartphone estrella, el One M8, el sucesor del muy premiado One que presentó en febrero del año pasado (el One M7), que estuvo a punto de venderse en el país pero que quedó afuera de sus planes , y que pese a ser considerado uno de los mejores smartphones del año y ser el más popular en la historia de la compañía, no logró evitar que el fabricante tuviera, por primera vez en su historia, pérdidas económicas (resultado de vender unos 26 millones de smartphones en 2013, contra 31 millones en 2012).

Pero lo que importa ahora es el nuevo HTC One M8, del que en las últimas semanas se sabía prácticamente todo.

AMOR POR EL METAL

Como su antecesor, tiene un cuerpo hecho en una sola pieza de metal pulido (el 95 por ciento de la carcasa está hecha de metal, dicen en HTC), pero con bordes más redondeados, para suavizar el hecho de que es un poco más grande que el One original: mide 146,3 x 70,6 x 9,35 mm y pesa 160 gramos. El motivo: darle lugar a su pantalla SuperLCD3 de 5 pulgadas y resolución Full HD (protegida por Gorilla Glass 3). Estará disponible en tres colores: el mismo plateado claro del One original, una versión más oscura y otra en dorado.

Conserva los excelentes parlantes al frente (un 25% más poderosos, según la compañía), pero ya no tiene botones capacitivos, sino que opta por hacerlos virtuales, como otros fabricantes de equipos con Android. Tiene un procesador Qualcomm Snapdragon 801 de cuatro núcleos a 2,3 GHz (el mismo del Samsung Galaxy S5 y del Sony Xperia Z2 ), 2 GB de RAM, 32 GB internos y ranura para tarjetas microSD, además de conectividad LTE, 3G, Wi-Fi y Bluetooth; NFC, GPS, y puerto infrarrojo para usarlo como control remoto. Tiene conector MHL (USB y HDMI en un mismo puerto) que ahora está junto al conector de audio.

Peter Chou, CEO de HTC, muestra el One M8 durante la presentación de hoy. Foto: Reuters
La batería es más grande: 2600 mAh contra los 2300 mAh del modelo anterior (no removible), y cuenta con un modo extremo de ahorro de energía al estilo del Galaxy S5 (sólo permite llamadas y SMS, y desactiva los datos en segundo plano, pero alarga muchísimo la autonomía de lo que quede de carga en la batería; 15 horas con 5 por ciento de batería). Usa nanoSIM y viene con Android 4.4.2 y Sense 6, la adaptación que HTC hace de la interfaz de usuario de Android, que incluye a BlinkFeed, una aplicación que agrupa todas las novedades de redes sociales, noticias y más, además de contenido de Foursquare, Fitbit y otros. Sense 6 se podrá instalar en el HTC One original, la compañía dice que le dará soporte y actualizaciones por 2 años a los más recientes modelos.

El One M8 toma algunas ideas presentes en otras plataformas al permitir gestos en la pantalla bloqueada para activar funciones, como el doble toque en pantalla para desbloquearla y luego deslizar el dedo de una dirección para activar una aplicación específica; presionar el botón de volumen con el teléfono bloqueado y apaisado activa la cámara, etcétera. Incluye, según la compañía, nuevos sensores de movimiento de bajo consumo de energía para detectar el uso del equipo (por ejemplo, transformarse en un podómetro).

La funda Dot tiene una grilla que permite mostrar información con la tapa cerrada (usa la pantalla del teléfono como iluminación) y es sensible al tacto, lo que le permite activar varias vistas. Foto: AP
LOS ULTRAPIXELES SIGUEN VIVOS

El HTC One de 2013 era llamativo por el uso de una cámara principal de 4 megapixeles, con un sensor especial que dedica el doble de superficie para cada pixel registrado (2 micrones por lado, contra 1 o 1,5 micrones en un sensor convencional; la compañía los denomina ultrapixeles); la idea detrás está en ofrecer fotos de resolución razonable pero una mayor amplitud cromática, sensibilidad ante poca luz, etcétera.

El nuevo One M8 sigue este concepto. A la cámara frontal de 5 megapixeles para videollamadas y autofotos le suma dos cámaras traseras: la principal, de 4 megapixeles (pero con un sensor grande como la versión anterior, y sin estabilización óptica de imágenes), y una segunda cámara que ayuda en su operación en varios puntos, ya que cuenta con un sensor de profundidad que acelera el autofoco (300 milisegundos, lo mismo que el Galaxy S5).

Por ejemplo, asiste en la captura de una foto especial que permite cambiar el foco una vez capturada la imagen (como las cámaras Lytro y los Nokia con Windows Phone 8 usando la aplicación Refocus). También permite ajustar el brillo del flash y ofrece un mayor control de la captura imágenes. Y estará abierta a que desarrolladores creen aplicaciones específicas para el equipo. sumen filtros que aprovechen las dos cámaras para tener más información sobre la profundidad de campo de la imagen, etcétera.

La cámara permite, además, grabar video en cámara lenta y elegir qué partes se ven a velocidad normal y cuáles no (como el iPhone 5S).

HTC transformará a Zoe, su aplicación para combinar fotos y videos, en un servicio online que permita compartir este contenido.

HOY EN ESTADOS UNIDOS; UNA INCÓGNITA PARA LA ARGENTINA

El HTC One M8 sale a la venta hoy en los Estados Unidos con AT&T (la versión que es compatible con las redes nacionales), Sprint y Verizon; AT&T lo ofrecerá a 200 dólares con contrato. También se podrá comprar desbloqueado por 649 dólares. Según la compañía, en total son 230 operadoras en más de 100 países que ofrecerán el equipo entre hoy y el fin de abril, la mayoría antes del 10 de abril (el 11 de abril sale a la venta el Samsung Galaxy S5).

La compañía confirmó también que habrá una versión Google Play (es decir, sin los cambios cosméticos y las aplicaciones que suma HTC al Android 4.4.2).

Sobre su llegada a la Argentina, lo que se sabe hasta ahora es que no habrá novedades en el país hasta la segunda mitad de este año.

Por Ricardo Sametband | LA NACION


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