Si bien la última palabra será la de Alberto Fernández, con un presidente que tiene hasta el último minuto del viernes, dentro de su administración madura el consenso para prolongar durante este mes el cupo aéreo de apenas 600 argentinos que pueden ingresar al país por día.
Luego de las reuniones interministeriales de hoy, con una idea general de mantener el “cepo fronterizo” frente a presiones del sector y de las noticias sobre “varados” en el exterior, dentro del mismo Gobierno continúan igual sin decretar todavía una decisión final a la espera de anunciarlo en las próximas horas.
En la antesala del vencimiento del DNU que rige hasta el viernes, que limitó de 2000 a 600 viajeros por día, se realizó esta tarde una cumbre entre los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que tiene a su cargo Migraciones; Salud, Carla Vizzotti, y Transporte, Alexis Guerrera.
“No hay nada definido pero la idea general es prorrogarla”, repetían desde distintos despachos, incluyendo la jefatura de Gabinete de Santiago Cafiero que terminará inclinando la balanza en la ronda de consultas que hará el mandatario.
Desde hace días, al menos desde Salud y, dejan trascender, el propio Jefe de Estado, son partidarios de extender la medida tal como está hoy. “Si bien los casos vienen bajando, necesitamos seguir retrasando el ingreso de la variante Delta”, reiteraron fuentes oficiales, al recordar la carrera vigente entre el operativo de vacunación y la circulación local de la temida nueva cepa de coronavirus.
Desde esa óptica, sanitaria, el cepo debería continuar como hasta hoy. Sin embargo, la presión social por los “varados”, junto a las advertencias de las aerolíneas y las críticas opositoras, comenzaron a hacerse sentir puertas adentro de la Casa Rosada. Por lo que, en ciertos ministerios comenzaron a insinuar que podría haber una cierta flexibilización: sin volver a los 2000 pasajeros diarios, se habló de ampliar el cupo de 600.
Una opción que puso sobre la mesa fue habilitar algún vuelo extra para sumar viajeros. Más un gesto simbólico que un cambio de criterio oficial. Ocurre que la defensa al DNU fue férrea desde la dirección de Migraciones de Florencia Carignano. Su titular fue de las primeras funcionarias en justificar el cierre fronterizo en la declaración jurada que firmaron los argentinos al salir del país.
“Todo depende de las jurisdicciones”, apuntan en el Gobierno a los controles que deben hacer las provincias y la Ciudad de Buenos Aires del aislamiento que deben cumplir los argentinos que regresan. El cierre abrupto llegó cuando controles de la Dirección de Migraciones concluyeron que el 40% de los pasajeros no realizaba la cuarentena domiciliaria.
Con una mayor cuota de cumplimiento, la Casa Rosada prometió que podría ir atenuando el cierre fronterizo. Pero a la ecuación hay que sumar el temor al ingreso de la variante Delta.
Por: SEBASTIÁN IÑURRIETA
Fuente: El Cronista