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El FMI quiere que la Argentina tome deuda en dólares

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El acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece que casi todo el fondeo del déficit fiscal financiero (primario más intereses) se deberá lograr en pesos a través de licitaciones de letras y bonos de deuda del Tesoro en el mercado local de capitales.

Este objetivo sería manejable este año, con el dinero que el propio organismo mandará en total (los u$s 4300 millones en Derechos Especiales de Giro que reembolsa el país por la emisión extraordinaria para aliviar los efectos de la pandemia), pero se vuelve cada vez más exigente en 2023 y 2024.

Por eso, los técnicos del FMI en su reporte indican que la Argentina deberá tender a un superávit fiscal primario en el mediano plazo (equilibrio en 2025 y un saldo favorable de 1,3% del PIB para 2027) y retornar a los mercados internacionales de crédito en 2025, de manera de repagar la deuda externa con acreedores privados sin apelar a una nueva reestructuración y, más adelante, cancelar compromisos del programa EFF.

Sobre un déficit financiero fiscal pactado en 4% del PIB para este año, 1,7 puntos vendrían de organismos internacionales: los DEG del Fondo y otros cerca de 2500 millones de dólares (0,5%) de multilaterales y bilaterales.

A su vez, 1,3 puntos deben llegar del mercado doméstico, con un saldo de 1,8 por parte de privados y desendeudamiento neto de entidades públicas. La tasa de roll over de los vencimientos debería alcanzar el 118%, similar a la de 2021. El resto será cubierto con emisión monetaria del Banco Central (BCRA) por el equivalente a 1% del PIB.

El cronograma de financiamiento del déficit fiscal se vuelve más exigente en 2023: con más amortizaciones del FMI (-0,3%), el Tesoro deberá refinanciar el 139% de la deuda doméstica el año que viene, con 2% del PBI (equivalentes a u$s 10.000 millones) colocados a privados y 0,9 puntos porcentuales a entidades públicas.

Con todo, en lo que va del año la Secretaría de Finanzas acumuló financiamiento neto (nuevo endeudamiento) por casi $ 620.000 millones, el equivalente a 0,9% del PIB. El dinero sirve como colchón para futuros vencimientos y un eventual crecimiento del déficit.

Los técnicos del FMI saludaron la recomposición del mercado local de capitales, una de las metas que tenía el equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando asumió en diciembre de 2019.

No obstante, en el staff report que sometieron el viernes pasado a escrutinio del Directorio, los burócratas de Washington plantean que la Argentina tiene la posibilidad de volver a colocar deuda en dólares en los mercados internacionales a partir de 2025 (y que incluso sería deseable), razón por la que aceptan el programa y no exigen una inmediata reestructuración.

Los técnicos llaman a que el país acumule reservas internacionales con mayor inversión extranjera y superávits comerciales sostenidos para que se facilite esa situación y los dólares de la nueva deuda repaguen al propio FMI.

Autor: Santiago Spaltro

Medio: El Cronista


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