Hell’s Pizza sigue creciendo. Llevará su pizza estilo neoyorkino a más rincones de la Argentina y exportará la marca. La cadena prevé inaugurar 15 franquicias este año, paracontinuar expandiéndose por el interior del país y desembarcar en otros mercados.
Las próximas aperturas incluyen su llegada a Campana, Quilmes, Bahía Blanca y Córdoba, entre otras plazas nacionales. A su vez, la empresa proyecta entrar en los Estados Unidos, Uruguay y México en el segundo semestre.
La compañía nació en 2017 de la mano de cuatro empresarios argentinos. Las primeras sucursales que abrieron fueron las del barrio de Palermo, La Imprenta y Bahía Grande de Nordelta. Hoy, tiene 32 en funcionamiento, en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Salta, Neuquén, Mendoza y San Juan. Cuatro son propias y el resto son franquicias.
Mientras que otras pizzerías cerraron como consecuencia de las restricciones al sector, en cambio, Hell’s se afianzó en el circuito gastronómico y consolidó su presencia en plena pandemia: levantó las persianas de 12 locales. Entre ellos, los de Boedo, Recoleta, Pilar, Escobar, Costa Esmeralda y Mar del Plata.
“Nos expandimos gracias a la adopción de dark kitchens, que nos permitió identificar puntos de venta en distintos barrios, que posteriormente se transformaron en nuevos locales”, asegura Matías Cabrera, socio fundador de Hell’s.
Para poner una franquicia de este negocio se necesita una inversión inicial de entre u$s 80.000 y u$s 100.000. Tiene una rentabilidad del 20% anual y el recupero del desembolso está previsto al cabo de un año. Incluye el uso de la marca, la capacitación del personal y el asesoramiento para el montaje del punto de venta, además de apoyo de marketing y transmisión de know-how.
HELL’S Y SU PIZZA NEOYORKINA
Con el objetivo de revolucionar el modo en que se consume pizza en el país, el grupo de empresarios gastronómicos que fundó Hell’s se propuso traer a la Argentina la pizza por slice, un formato popular en los Estados Unidos. Se trata de una propuesta disruptiva que hasta entonces no existía en el país.
Impulsados por la motivación de generar un concepto que siga la tendencia de comida al paso y que apunte al público millennial, Marcelo Boer, dueño de La Mar, Tanta y Mudrá Plant Based; Danilo Ferráz, creador de 1893, Morelia y Mil y Pico; Juan Martín Ferraro, fundador de Sushi Club; y Matías Cabrera, especialista en comunicación y organización de eventos; se unieron para crear esta pizzería, pionera local en el segmento.
“Fuimos los primeros en desembarcar con este formato en el país. Lo hicimos con un equipo experto en gastronomía, para hacer el desarrollo de una cadena y no de un único local. Afortunadamente, se dio todo según el plan y, sorpresivamente, en pandemia multiplicamos el número de sucursales, a diferencia de otras marcas, a las que les fue un poco más cuesta arriba”, señala Cabrera.
Sus locales transportan a los visitantes a las calles del Soho neoyorkino, a través de su ambientación street art, con graffitis, coloridos murales, luces de neón, pisos de cemento alisado, paredes de ladrillo a la vista y cieloraso de hormigón, de donde cuelgan lámparas de estilo industrial. De fondo, suena música funk y hip hop para completar la experiencia.
El menú incluye 10 variedades de pizzas de estilo americano que, a diferencia de las locales, tienen un mayor tamaño, de 45 centímetros de diámetro. Su masa delgada y crocante contiene semolina, que requiere un largo proceso de levado en frío con poca levadura. Ofrecen acompañar la pizza con cervezas premium, sidra tirada y una amplia gama de etiquetas de vinos.
Bajo la premisa de que “un buen plato surge de un producto de estación”, en la cocina de Hell’s se utilizan ingredientes de alta calidad: salsa de tomate casera y pomodoro italiano, quesos de primera línea y vegetales orgánicos de pequeños productores locales seleccionados minuciosamente.
Por: AGUSTINA DEVINCENZI
Fuente: El Cronista