Incluso hasta las mejores noticias tienen sus matices. El crecimiento de la economía y la baja de la desocupación en 2017, a lo que se sumará hoy un descenso de la pobreza, generaron más empleo que el mercado laboral registrado no logró absorber en su totalidad.
Por eso, los Indicadores Socioeconómicos del Mercado Laboral, que ayer publicó el Indec, mostraron que el año pasado en la Argentina creció el empleo en negro. Esto significa que de los 433.000 nuevos ocupados que registró la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en su último informe sobre la situación laboral, gran parte son trabajadores a los que no se les realizan los descuentos jubilatorios, por lo que aún no tienen un empleo de calidad.
El organismo indicó ayer que el empleo informal alcanzaba en el cuarto trimestre de 2017 al 34,2% de los trabajadores, seis décimas más que los registrados en el mismo período de 2016 (33,6%).
“Esta era la razón del fuerte aumento del empleo total”, analizó Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL. “Los asalariados en blanco crecieron poco y subió bastante el cuentapropismo. Pero tenía que crecer fuerte el empleo informal para explicar los saltos del empleo en el tercer y el cuarto trimestre”, agregó el especialista. Para Bour, la expansión de la economía generó más probabilidad de conseguir un empleo, pero una parte es informal. “No hay milagros. Si hay costos y regulaciones altas, no se le piden peras al olmo”, ironizó el economista, sobre el alto costo laboral argentino, del que suelen quejarse los empresarios y los expertos.
Justamente, a través de la reforma laboral -que el Gobierno aspira a impulsar con cuentagotas en diferentes leyes- se aspira a regularizar, por lo menos, a cerca de 200.000 trabajadores de los casi 4,7 millones de empleados informales que existen en el país, según los datos del Ministerio de Trabajo. El proyecto impulsa una condonación de deuda para aquellos empleadores privados que regularicen la situación de sus trabajadores. Los empleados podrán contabilizar hasta cinco años de aportes para su jubilación y obtendrán todos los beneficios de la antigüedad en el puesto.
Al mismo tiempo, se buscarían fortalecer los mecanismos de lucha contra la informalidad, se intentaría clarificar el concepto de registración laboral y se establecerían multas por la no registración. A pesar de que aún faltan aplicativos de la AFIP, con la reforma tributaria llegaron además rebajas en las contribuciones patronales a través de un mínimo no imponible, que busca beneficiar sobre todo a los empleados que menos ganan (donde hay más trabajo informal).
“Creo que no mejoraría tanto con el blanqueo, sino con el hecho de que una reforma laboral bajaría la conflictividad de las relaciones laborales”, opinó Jorge Colina, especialista de Idesa. “Simplificaría mucha burocracia que impone la actual legislación y aclararía muchas normas que en su interpretación sesgada generan litigiosidad”, completó. Para Colina, la informalidad del mercado laboral subió en el último año “porque hay gente de bajo nivel de educación que, aun con la economía creciendo, no puede insertarse en un empleo asalariado registrado, dado que ese tipo de empleo es muy exigente”. Básicamente, cree, porque ante el crecimiento y la falta de capacitación lo que consiguen son solo empleos informales.
Un problema que no cambia
- 34,2% – Trabajo en negro: Fue la magnitud del empleo informal durante el cuarto trimestre del año pasado
- 33,6% – Comparación: Era el trabajo en negro en el cuarto trimestre de 2016, según el Indec
- 4,7 – Millones: Son los trabajadores que no tienen en la actualidad un empleo de calidad
Fuente: Diario La Nación