El gerente, Carlos Montalvo, aseguró: “Hay mucha voluntad, pero con eso no alcanza para evitar el cierre del ingenio San Isidro”. Calificó de “irreversible” la decisión.
El anuncio del cierre definitivo del ingenio San Isidro provocó una profunda preocupación en el entorno laboral del Valle de Sianca. La empresa adquirida a mediados de 2011 por el Grupo Gloria, de Perú, dio a conocer la determinación en las últimas horas, aunque en ocasiones anteriores ya había entrado en procesos preventivos. Por este motivo el gremio de los trabajadores azucareros advirtió que esta sería otra maniobra de los industriales para despedir a empleados y poner presión en las próximas negociaciones salariales para la campaña que viene. No obstante, Carlos Montalvo, gerente general del ingenio, aseguró que es una determinación irrevocable y que el proceso para el cierre definitivo de la planta ya está en marcha.
¿Cual es la situación actual en la empresa?
Estamos con operaciones detenidas. El ingenio está en un proceso preventivo de crisis y vamos a recorrer este procedimiento de manera ordenada y para adelante, cumpliendo obviamente con todas las obligaciones que correspondan.
¿Cabe la posibilidad revertir esta determinación empresarial?
Este no es un tema nuevo y le diría que no es una sorpresa porque esta situación ya venía de años atrás. No es la primera vez que hacemos un anuncio de aplicación de procedimiento, pero bueno, los resultados del ingenio simplemente no dan para más.
La inversión de 50 millones de dólares fue importante como para que se retiren en menos de una década. ¿Falló el modelo de negocio, el modelo productivo o las políticas que se aplican en la provincia y el país?
Al margen de las cifras de inversión, claramente el modelo de negocio está muy deprimido por una plataforma que afecta no solo a San Isidro sino a la industria azucarera argentina. Y más allá de la industria argentina, en la Bolsa de Nueva York, donde cotizan los commodities hay una guerra en la defensa de los precios. Es una situación de amenaza permanente para la industria. Tenemos un tema estructural que hace que esta actividad no sea viable, por eso la decisión.
Pero ustedes no son improvisados en la industria azucarera. El Grupo Gloria tiene ingenios en otras partes del mundo. ¿Allí les está pasando lo mismo?
Definitivamente no. Sin embargo esto no significa que estemos en una zona cómoda. La situación es compleja en diferentes lugares del mundo. Pero insisto, basta revisar las cotizaciones de los últimos 12 meses de la bolsa de Nueva York y nos daremos cuenta que las tendencias negativas de precios son muy marcadas hacia abajo. Esta realidad significa que toda la industria azucarera debe aspirar a un modelo más eficaz. El problema no es aislado; es un problema que enfrenta un sector y en particular en Argentina, pero es una amenaza también en otras latitudes. En el grupo no tenemos otra circunstancia como San Isidro, pero no estamos libres de tenerla en el corto plazo.
¿Qué tendría que cambiar en la Argentina para evitar lo de San Isidro?
Hay varios aspectos para evolucionar. Me parece que es importante tomar atención a las amenazas estructurales que en estos momentos sufre la industria azucarera argentina. No voy a agregar ejemplos porque siendo extranjero no tengo nada que agregar a lo que es de conocimiento de los industriales locales, que perciben claramente el panorama. Lamentablemente estamos enfrentando como empresa inversionista una circunstancia durísima. Ojalá que esto pueda servir de reflexión para evolucionar hacia un modelo de negocio más competitivo y eficaz en todo el mundo.
¿Cómo perciben la reacción del Estado nacional y provincial ante esta determinación? ¿Sienten que los acompañaron?
Es la lógica: una preocupación profunda por la economía regional, el empleo y la actividad en general. Hay un profundo compromiso para tomar en cuenta algunos elementos que tienen que ver con el problema. Me remito a las últimas semanas y la respuesta es positiva. Trataron de salvar la situación. Hay voluntad y mucha, pero lamentablemente con eso no alcanza para resolver un problema estructural que nos supera y que tiene que ver con las tendencias del mercado mundial.
El sindicato asegura que el grupo obtuvo ganancias por casi 1.000 millones de pesos y que pueden seguir tranquilamente, y sostiene que esto es una maniobra para dejar gente en la calle y presionar en las próximas paritarias…
Esa es una opinión que honestamente no me corresponde calificar. Cada uno es libre de opinar. Nosotros evidentemente tenemos la idea clara y nítida de lo que es un resultado empresarial. Sería absurdo para cualquier tipo de negocio, en cualquier parte del mundo, una paralización si hubiese un resultado de la magnitud que menciona el sindicato.
¿Cómo plantean la relación con el gremio de aquí en más?
No es intención redundar sobre temas en los que no somos los más calificados para hablar, pero nos vamos a hacer cargo de todas las obligaciones que correspondan. No solo tenemos trabajadores, sino también acreedores en general; bancos y proveedores y evidentemente vamos a cumplir con lo que corresponde siguiendo las pautas de la ley.
¿Qué va a pasar con los trabajadores en esta semana?
Vamos a cumplir con el procedimiento y estrictamente con todos los marcos regulatorios y los marcos legales. Lo que estamos haciendo es paralizar las operaciones y estamos brindando una licencia con goce de haberes. Este esquema es algo previsto. La gente está recibiendo sus salarios, no tenemos actividad y entonces no hay necesidad de que físicamente el personal esté en las instalaciones.
¿Que actividades se desarrollan en esta época?
Normalmente la única operación que se sostiene para esta época es la destilería, pero esa actividad sin tener el soporte y sin horizonte a futuro, aparte de no tener razón de ser, es antieconómica; todo es gasto y no hay justificativo para que siga operando.
¿Qué le dice a los empleados de la planta en un momento como este?
Directa y personalmente se lo dije a un grupo de empleados y lo hago extensivo a todos: es lamentable enfrentar este momento, que definitivamente no es una novedad absoluta para el equipo de colaboradores. Todos, de una forma u otra, conocemos la situación y en diferente medida nos hemos esforzado por evitar este acontecimiento. Respetando el momento me queda destacar el compromiso del cumplimiento del procedimiento establecido y las obligaciones que este y el marco de la ley estipulan. La grandeza de una conducta responsable y serena resultará más grande que el desafío que nos toca vivir hoy.
¿Qué pasará con la firma, la marca, el predio, las instalaciones del ingenio?
Evidentemente la importancia y trascendencia de todos y cada uno de los elementos mencionados llama obligatoriamente a preservarlos en integridad y vigencia.
Fuente: El Tribuno