En el principio de los tiempos fue el astrolabio, luego la brújula dio paso al mapa hasta llegar al móvil. Diferentes dispositivos que a lo largo del tiempo ayudaron al ser humano a desplazarse por el planeta.
Existe un debate sobre si realmente avanzamos en cuanto a nuestra manera de dialogar con los viajes, de relacionarnos con la tabula rasa del nuevo destino, de nuestra capacidad de domar y conquistar la nueva urbe. Lo cierto es que nuestra manera de viajar ha cambiado sustancialmente en los últimos años gracias al móvil, una suerte de oráculo que todo –o casi todo- lo sabe.
Más allá de la pulsión nostálgica o de los anhelos románticos, los dispositivos móviles nos facilitan mucho los viajes, nos permiten ahorrar tiempo, dinero y solucionar problemas tan esenciales como dónde dormir, dónde comer, o qué línea de tren es la mejor para llegar a nuestro próximo destino.
El recipiente digital de aplicaciones llega a casi todos los rincones de la experiencia viajera: visados, reservas, vuelos, itinerarios; ahora queda llenarlo de emociones.
A continuación analizamos el olimpo de las aplicaciones para que te ayuden a no perderte lo verdaderamente importante.
1. Maps.me
Revoluciones industriales, satélites y GPS no logran desbancar al mapa, la representación a escala de nuestra realidad. Eso sí, en su versión digital. Y el de Maps.me es admirable por muchas razones.
Uno de los puntos que la hace destacar respecto al resto es que funciona offline; esto significa que no necesitás conexión a internet para que esté operativo. En el hotel o en el aeropuerto -cuando sí tengas conexión- hay que descargar el mapa de la ciudad/región que deseas explorar y ya lo tenés disponible para el resto del viaje.
Esta aplicación calcula el mejor trayecto entre dos puntos, ya sea en vehículo privado, público, caminando o en bicicleta. Al ser una aplicación de código abierto, los usuarios recomiendan y actualizan permanentemente restaurantes, museos, lugares para salir.
Cuenta con un interesante sistema de navegación en 3D y una guía de voz en varios idiomas.
2. Wikicamps
Wikicamps es la biblia de cualquier amante de las campervans, autocaravanas o furgonetas. Imaginen una aplicación que te revela por arte de magia áreas de servicio gratuitas para pernoctar con la furgoneta, estaciones con baños y agua caliente, zonas para encender una fogata, campings.
Hay que tener en cuenta que para esta forma de viajar la información útil y actualizada ha sido tradicionalmente escasa, por lo que constituye una pequeña revolución.
Actualmente esta aplicación se abona -unos 6 euros- y está tan solo disponible para Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Gran Bretaña, algunos de los países con mayor tradición de turismo sobre cuatro ruedas.
3. Skyscanner
En los cielos de los vuelos Skyscanner planea sin que nadie le haga sombra. Dentro de las aplicaciones de viajes, es unas de las más conocidas, apareciendo en los primeros embates del turismo digital. Su uso sigue siendo vital para arrancar cualquier viaje.
En cuanto a navegabilidad, confiabilidad, y sobre todo oferta, es la plataforma preferida por los dromómanos y demás especies de vocación nómada. La aplicación ofrece un interesante blog de temas viajeros, que incluye aeropuertos, escapadas urbanas e información de diferentes ciudades.
Otra aplaudida función es la posibilidad de visualizar el mes y el día más económico para adaptarlo a tu itinerario. Después de mirar del derecho y del revés las numerosas aplicaciones de reservas de vuelos, Skyscanner es la que ofrece las ofertas más variadas y económicas. Y por cierto, la opción de viajar a “Cualquier lugar”, es toda una oda a la aventura.
4. Traductor Google
En otra época esta aplicación sería señalada como brujería y la persona que la usara hubiera sido quemada en una hoguera. El traductor de Google guarda en sí uno de los mayores anhelos de la humanidad: el entendimiento universal.
Realmente la aplicación ha llegado a unas admirables cotas de perfeccionamiento y desarrollo. Tan solo tenés que darle al botón del micrófono, decir una frase en tu idioma y de inmediato la traduce de manera escrita y hablada al idioma que desees. Y eso incluye armenio, noruego, zulú, bengalí, chino, hawaiano o somalí, por poner un algún ejemplo.
Un viaje sin buenas anécdotas ni nuevas amistades es un viaje errado. Esta aplicación es una verdadera máquina de generar momentos divertidos y curiosos: cómo poder entender a un monje budista en Laos, entablar una amena conversación con un aldeano del Himalaya o entender de qué se reían tanto las vendedoras de flores ucranianas.
5. Tripit
Estamos llegando tarde al aeropuerto, en algún inhóspito lugar del correo electrónico del móvil se encuentra tu boarding pass. Es de madrugada, estás en un recóndito país sin wifi y casi sin batería. Horror. Esta situación que seguro a muchos les suena familiar no se repetirá nunca más con Triplt.
Despistados y desordenados, lanzarán hurras y vítores ante este planificador de viajes, que unifica todas tus reservas de vuelos de avión, bus y tren en un mismo documento generando tu propio itinerario de viaje.
El modus operandi es sencillo: la aplicación detecta los billetes en los correos electrónico y los ordena sin que sea necesario estar conectado a internet. Cuando se avecina la fecha el programa te recuerda tu próximo destino, también podés ver extendido en el tiempo todas tus reservas para así poder ver tu viaje con mayor claridad.
6. Passport Index
Esta aplicación es muy suculenta para los maratonistas del viaje, aquellos que disfrutan de tener el pasaporte regado de tinta, siempre con el siguiente destino en el punto de mira. Su interior alberga un índice con todos los países del mundo y el tipo de visado que exigen.
Están divididos en tres grupos: los que no necesitan visa, lo que sí la necesitan pero se obtiene online o bien on arrival, -al llegar al destino- y finalmente los que sí o sí les toca visitar al embajada.
Passport Index permite comparar dos pasaportes a la vez, por si viajás con una persona de otra nacionalidad. Finalmente ofrece un curioso ranking mundial con los mejores pasaportes, en función del número de países que podés visitar sin visa.
Fuente: Clarín
