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“De aquí al 2023, Argentina es una oportunidad muy interesante”

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El mediático economista Matías Tombolini estuvo en Salta participando del Salón Inmobiliario del Norte (SINOA), y dejó sus impresiones acerca de la economía nacional y sus perspectivas.

El“segundo semestre”que anticipó el Gobierno creó expectativas, pero nunca llegó. Ahora noshablande“brotes verdes”.¿Hay brotes verdes o no?

Si, sin duda hay brotes verdes. En principio, el segundo semestre es un poco menos rugoso que el primero en términos de inflación. Ya no es 6%, 4% o 3,5%; sino 1,5% con singularidades como la de agosto (1%) y octubre (2,5% por las idas y vueltas de los ajustes tarifarios). Esto significa que en este final del segundo semestre los precios ya no le están ganando a los salarios, y porlo tanto el consumo no va a caer como lo venía haciendo. Esto se va a notar especialmente en noviembre y diciembre. Este es un año que si lo dividimos por semestre, el primer semestre fue malísimo, el segundo solamente malo. En el primero los precios le ganaron a los salarios por goleada. En el segundo vamos a salir empatados. Respecto de lo que se prevé para el año que viene, está claro que el modelo de crecimiento que el gobierno planteó no está funcionando.Nos dijeron que íbamos a crecer por las inversiones, pero en realidad vamos a crecer por el consumo: de la mano de la reparación histórica de los jubilados, de la obra pública y de la recuperación de las ventas vía una recuperación del salario real.

El Gobierno aseguró que llegaba al poder y con ellos una lluvia de inversiones. ¿Porqué no llegan esas inversiones?

 Porque están esperando que se consoliden ciertos cambios referidos a la protección de la propiedad privada. El presidente ganó las elecciones y no trajo la plata que tenía afuera. Muchos funcionarios de alto rango no tienen su plata en la Argentina. Entonces, la primera ola de inversión real tiene que ser de la mano de los argentinos que confiemos en la Argentina. Es muy difícil convencer a alguien que la tiene que traer de afuera si no la traemos nosotros, si no la traen nuestros funcionarios. Pero no solamente por una cuestión de la ejemplaridad, sino que si el argentino no invierte en la Argentina, es la muestra de que todavía no hay confianza

Pero sin ose hizo en un año,¿cómo se convence a los argentinos de que tienen que invertir?

Yo creo que hay cambios en ciertas cuestiones.No se achicó el déficit fiscal, pero se compone distinto. El año que viene va a ser un déficit más vinculado al gasto en seguridad social, y menos vinculado a los subsidios. Es un tipo de gasto que distorsiona menos la productividad de la economía. Otro dato positivo es el aumento de precio de los bonos. Esto significa que baja el costo del capital y, para invertir, se necesita capital.

 ¿Cuándo van a llegar las inversiones extranjeras y a qué sectores?

La inversión va a llegar cuando baje la tasa y haya un esquema de protección a la propiedad privada razonable. En un mundo donde la renta es muy baja

 

Argentina todavía ofrece diferenciales de renta que permiten pensar en un horizonte de llegada de inversiones. Respecto de adónde irán, el futuro de la economía tiene que ver con el conocimiento, con la posibilidad de agregar valor. Para darte un ejemplo Uber, sin tener un solo auto, vale 62.500 millones de dólares; y Ford vale menos de 50.000 millones. La economía del conocimiento es donde está hoy depositado el desarrollo del mundo. Sobre esto, el Gobierno dio una mala señal al recortar el presupuesto de Ciencia y Tecnología. Es un error que está a tiempo de corregir. Aun así, creo que de aquí al 2023, si no pasa nada raro en el mundo, Argentina es una oportunidad muy interesante.

 ¿Cómo la ves a Salta?

Salta ha sabido aprovecharla diversificación en términos económicos de manera contundente. Si viajás a Jujuy,te das cuenta que es una provincia que tiene todoparahacer;perovenís a Salta y ves, po rejemplo, el desarrollo del turismo. Eso es entender hacia dónde va una economía del ocio, un mundo con cada vez menos chimeneas y más cabezas pensando. En el mundo hay gente cada vez más rica,más gente vieja, que quiere disfrutar su tiempo de manera distinta, y hay que aprovechar esa oportunidad.

Hablemos de cuestiones de coyuntura. ¿Cómo crees que va a cerrar el blanqueo?

Yo creo que va a salir muy bien, porque es un proceso en el que vos podés blanquear acciones y bonos y mantenerlos en el exterior. Este es un blanqueo hecho para ricos, por gente que los conoce bien. El problema es que cuando juntamos una moneda, la vamos a prender fuego en gasto pú- blico, en vez de tratar de reconvertir el gasto público pero generando mayor oferta de bienes públicos

 

Si la calidad del gasto fuera buena, del déficit no sería tan relevante. Ahora, si vos me cobras impuestos altísimos y los servicios que me das son malos, el sector privado se asfixia y eso termina en un avance del sector informal. Por eso yo digo que este es un Gobierno al que le sobra Excel y le falta calle. La implementación de las medidas falla porque se intenta que la gente calce con la teoría, en vez de tratar de que la teoría se termine calzando con la gente.

 Hay medidas que afectan el empleo, como la quita de aranceles a las computadoras. ¿No preocupa la posibilidad de que la apertura afecte el empleo?

Estoy en contra de una apertura indiscriminada, pero también de la protección a los ineficientes, como son las industrias instaladas en Tierra del Fuego. Si estás en un sector estratégico y necesitás protección, te la puedo dar por un tiempo, pero no indefinidamente. El mercado ya no es más de 44 millones de argentinos; el mercado es de 7.300 millones de habitantes a los que se les puede vender bienes y servicios. Hay que entender la apertura comercial dentro de un proceso de integración. Es cierto que mucha gente pierde el empleo, pero cuando se inventó la luz muchos fabricantes de vela tuvieron que echar gente; y después el capitalismo creó nuevos trabajos. Yo soy partidario de una apertura racional, dialogada, con plazos, pero no protegiendo la renta a un tipo que pide que le cuiden la quintita y después se va de viaje a Miami, de compras a Chile, y prende la tele y pone Netflix. ¡Ahí no quiere protección! Hay que tratar de mirar la realidad desde una perspectiva distinta, en el entendimiento de que el progreso es el hijo del esfuerzo.   

Fuente: Dossier Empresario

 

 

 

 

 


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