Un equipo de investigadores argentinos de la Fundación Instituto Leloir y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) creó un nuevo test serológico para COVID-19 que detecta un tipo de anticuerpo distinto a los rastreados hasta aquí.
A diferencia del test denominado “COVIDAR IgG”, que se empezó a usar en junio pasado, esta nueva herramienta va en busca de anticuerpos que el organismo produce de manera más precoz frente a la infección por el virus SARS-CoV-2.
Como noticia complementaria, se informó que este segundo camino para la detección también fue aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), publicó TN.
“El llamado COVIDAR IgM, detecta la inmunoglobulina IgM, que es el primer anticuerpo que genera el sistema inmune para combatir una infección. A diferencia de IgG, tiene un período de duración más corto, es decir, está presente menos tiempo en la sangre del paciente. Para el caso particular del nuevo coronavirus, puede permanecer detectable hasta dos meses y luego comenzar a declinar. Mientras que IgG tiene una duración mayor”, afirmó una de las líderes del proyecto, Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del CONICET.
La inmunoglobina IgM se produce antes que la IgG y aparece en el 40% de las personas infectadas en los primeros 7 días de comenzados los síntomas. “Si los resultados para este anticuerpo son positivos, significa que la persona está o estuvo infectada”, explicó Gamarnik.
“La IgG, en el caso particular de la infección con el nuevo coronavirus, puede aparecer unos días después pero, sorprendentemente, hemos notado que en muchos casos aparece en forma simultánea a la IgM”, agregó Diego Ojeda, becario postdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) e integrante del laboratorio de Gamarnik.
Si bien aún no se sabe con precisión cuánto dura la IgG circulante, si se considera información obtenida con otros coronavirus como el SARS-CoV-1 es posible que la inmunidad dure al menos un año. “Este es un tema de intenso estudio y todavía no hay pacientes que hayan pasado ese periodo de tiempo desde el inicio de la pandemia. Por eso es importante hacer el seguimiento de los pacientes midiendo el nivel de anticuerpos a medida que nos alejamos del momento de la infección”, señaló María Mora González López Ledesma, investigadora asistente del CONICET.
Los investigadores de la FIL están realizando una colaboración con profesionales del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, liderados por Beatriz Perazzi, quienes están haciendo un seguimiento de pacientes midiendo los niveles de IgG e IgM a medida que pasa el tiempo.
El nuevo test puede sumarse a las pruebas que buscan evaluar la circulación del virus en la comunidad, y también podría complementar estrategias para la identificación y aislamiento de casos y contactos.
Mediante el uso de SEROKIT, un equipo validado para la recolección y conservación de anticuerpos en muestras de una gota de sangre, se están realizando estudios de seroprevalencia de COVID-19 en la Ciudad de Buenos Aires y estudios para el cuidado de personal de la salud en la Provincia de Buenos Aires. Esas muestras se analizan por medio del método de ELISA en el laboratorio con los test COVIDAR IgG e IgM.
Por mes, se están produciendo aproximadamente 200.000 test serológicos: 160.000 IgG y 40.000 IgM. Están disponibles para las autoridades de salud nacionales, provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires y se distribuyen a más de 70 hospitales y clínicas del país.
Del desarrollo de los test serológicos argentinos para COVID-19 también participaron Marcelo Yanovsky y Julio Caramelo, jefes de laboratorio de la FIL e investigadores del CONICET; Diego Álvarez de la Universidad Nacional de San Martín y del CONICET; otros doctorandos y jóvenes doctores que integran el grupo de Gamarnik: Horacio Martín Pallarés, Guadalupe Costa Navarro y Lautaro Sánchez; y Jorge Carradori, del Laboratorio Lemos.
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