Cambio en el panorama político de EEUU
Los analistas estiman que las automotrices europeas tienen grandes chances de verse afectadas por posibles medidas proteccionistas del nuevo presidente, Donald Trump, en medio de una fuerte apuesta, al menos por ahora, por el coche eléctrico que ha realizado la Unión Europea.
Durante su primer mandato, Trump ya se mostró como un ferviente partidario de la aplicación de aranceles. En ese momento, varios sectores -como lavadoras, paneles solares e importaciones de acero y aluminio– sufrieron las consecuencias de esa política proteccionista.
Durante la última campaña electoral prometió que, esta vez, será más duro y buscará incrementar el empleo en el sector manufacturero con una economía más cerrada.
Habló de la posibilidad de añadir un arancel del 10% a todas las importaciones; luego habló de un 20%. Todo lo procedente de China se vería afectado por un arancel devastador del 60%.
En materia automotriz, Trump ha puesto mucha atención en China, pero también ha llamado a la UE una “mini China”. “No compran nuestros coches, no compran nuestros productos agrícolas. Venden millones y millones de coches a Estados Unidos” dijo en un discurso de campaña, lo que se consideró como una declaración de guerra a las automotrices europeas.
El avance de China en Europa
Por el otro lado, Europa está sufriendo el avance de las marcas chinas y se encuentra en una difícil negociación para aplicar aranceles a sus vehículos.
La competencia automotriz china, que tiene ya un 2,6% del mercado europeo (un 7,4% entre los eléctricos), es vista no solo como un peligro, sino como una oportunidad.
“Nuestros rivales chinos producen sus eléctricos por un tercio menos que nosotros y controlan el 80-90 % del mercado de materiales claves”, dijo Carlos Tavares, CEO de Stellantis.
La situación es tan delicada que el presidente francés, Emmanuel Macron, se sumó a las peticiones del sector automotor para que la Unión Europea dé “apoyo y estabilidad” en un momento en el que el camino hacia la electrificación de la movilidad se complica.
Fuente: Ámbito