Horas antes de conocerse los paquetes de reforma económica y del Estado trascendió que las multinacionales tabacaleras, especialmente Philip Morris a través de su filial argentina Massalin Particulares, desplegaron su poder de lobby para lograr que el Gobierno de Javier Milei derogue una ley vigente y la reemplace por otra normativa “a medida” que les reduzca los impuestos.
Según fuentes bien informadas, las presiones dirigidas al ministro de Economía Luis Caputo se atribuyen a la Embajada de Estados Unidos en Argentina y a funcionarios y legisladores del PRO, que ya tuvieron intervención en este tema, como Ricardo López Murphy. Las intensas acciones de las compañías extranjeras buscan influir a su favor en el negocio tabacaleros y promulgar una tercera ley.
Esta controvertida reducción de impuestos a las multinacionales y la incorporación de nuevos métodos relacionados con el consumo masivo de nicotina, como tabaco calentado, los vapeadores y los cigarrillos electrónicos, atentan directamente contra la recaudación estatal y auguran un aumento en el número de enfermedades y enfermos.
Los únicos beneficiarios de los cambios a la ley serán Massalin y British American Tobacco, quienes pagarán menos impuestos y generarán cientos de millones de dólares de beneficio que sin dudas irán a sus casas matrices en Estados Unidos o Reino Unidos.
Las fuentes aseguran que desde la casa central del imperio tabacalero Philip Morris en Estados Unidos consideran que el gobierno de Milei atenderá a todos sus requerimientos y negocios.